Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. (Eclesiastés 12:9)
Hoy, al sentarme a escribir este Post me he remontado a mas de tres décadas atrás. Aquellos días en que miraba con inusitado interés la labor que desplega el Predicador. En principio déjenme decirles que no se qué era en si lo que más me atraía de ese oficio, pero si puedo decirles que me sedujo la idea de poder comunicarle a otras personas discursos, palabras que se tradujeran en beneficios para ellas. No pensé en si era una multitud o si se tratase de tan solo una persona la que me escuchase. Creo que por un regalo de Dios, logré captar la importancia no del predicador en si, sino el mensaje que él comunica. Era tanto mi deseo de ser uno de ellos, que bien pronto (diría yo) me encontraría hablando ante un público.
En aquellos primeros días, en realidad mi técnica no aparecía por ningún lado. Jamás había escuchado ni mucho menos leído nada semejante a "Hermenéutica" ni tampoco nada que ver con la "Homilética" (eso vendría después en su justo y necesario momento). Lo que si recuerdo con claridad, es que cada vez (con contadas excepciones) que hablaba desde el púlpito (o desde cualquier lugar que lo usurpara), me embargaba una profunda emoción que (en algunas ocasiones) me llevaba inevitablemente a verter lagrimas. Hoy después de todos estos años transcurridos he podido (al fin) captar la esencia de este asunto. ¿Cuál es?: El Predicador enseña, es un maestro, pero eso es secundario comparado con algo más que es permanente e invariable, y que es determinante, y sin lo cual el oficio del Predicador no sería lo que es; El Predicador enseña "Sabiduría". Esta es la característica más importante de este trabajo.
El titulo que le he puesto a esta meditación es acerca de un Predicador que no tiene quien le escriba, como una manera de jugar con las ideas, y con un poco de ironía hacer notar el marcado contraste entre el personaje de la popular novela, que cada Viernes esperaba una carta que nunca llegaba en comparación con este personaje ficticio pero que a su vez soy (afortunadamente) yo mismo, y una pléyade de ellos (que al igual que yo) a través de las generaciones pasadas, presentes y futuras afortunadamente si tenemos quien nos escriba.
Hoy puedo decir que me siento sumamente agradecido de Dios, por haberme concedido el honor de ejercer uno de los oficios más trascendentales, por lo significativo del mismo, y por las consecuencias muy importantes (más de lo que cabría esperar) que se deriva de su ejercicio entre las personas que nos escuchan y nos leen.
¡Gracias Señor por concederme tan alto honor!. Te agradezco porque el Predicador tiene en tus "cartas inspiradas" todo lo que necesitamos para impartir sabiduría, motivar a escudriñar, y hacer que por lo magnifico de tus palabras, las personas nos escuchen. Concluyo toda esta idea, con esta solemne declaración: No me arrepiento que me haya gustado ser un Predicador (y por la Gracia de mi Dios haberlo sido). Si volviera a nacer, escogería de nuevo ese mismo Oficio Sagrado (aunque no escogí en realidad yo, sino Él).
Tengo mi propia convicción teológica en cuanto a este tema, pero no es este el motivo por el cual escribo y publico este punto, que para muchos se les convierte en causa de profunda molestia y desacuerdo. No temo a los que se molestan (hasta el punto de la histeria), ni a los que están en desacuerdo con el tema en si. A lo que le temo es a aquellos que tienen la potestad de enseñar a otros, pero no se enseñan a si mismos. Temo a los que no estudian profundamente (escudriñando cada día) las Escrituras, para ver si son ciertas o no algunas posturas teológicas. Después de todo, cabe una de dos posibilidades: Hay quien tenga la razón y quien no la tenga. Estas dos y no hay cinco patas en un gato, sino cuatro.
Sí no nos despojamos del pecado del orgullo, de la vanagloria, y estudiamos con detenimiento lo que las Sagradas Escrituras tiene que decirnos en cuanto a esta doctrina, nos perjudicaremos a nivel personal, pero también perjudicaremos a todos aquellos que están bajo nuestra influencia (familia, iglesia del Señor). Por lo tanto es necesario que nos aseguremos que cualquiera sea la posición que asumamos en cuanto a este tema, sea realmente la correcta. Dichas estas cosas, pasaré a desarrollar este espinoso asunto.
Hagámonos las siguientes preguntas: 1.- ¿El término Predestinación aparece en las Escrituras?
2.- ¿Hay textos, porciones Escriturales que avalan la "Elección" de parte de Dios a los que el "Llama? ¿Depende del que corre, o del que puede? ¿o depende de Dios, que tiene misericordia?
3.- ¿Se refirió alguna vez "Jesús" al termino de la Elección?
4.- Pablo, aparte de haberle escrito a los romanos acerca de la Predestinación; ¿Insistió en sus epístolas pastorales con el resto de las iglesias?
5.- ¿Hay alguna evidencia de la elección, predestinación en el Antiguo Testamento?
6.- ¿Acaso Dios es injusto, porque en su Soberanía determinó anticipadamente salvar a algunos de entre todos los que se iban a perder?
Es necesario recalcar que ningún ser humano (de no haber intervenido Dios en su Misericordia) se iba a salvar, porque Todos pecaron y fueron Destituidos de la gloria de Dios.
Por lo tanto "todos" merecemos el "castigo eterno"
Dios habría actuado completamente apegado a Su Justicia, sí hubiese dejado que todos se perdieran, puesto que eso era lo que merecíamos. Justicia es darle a cada quien lo que le corresponde. Dios actuó con clemencia y decidió salvar a algunos de entre los que (de todas maneras) se iban a perder.
Como quiera que esto no pretende ser un estudio exhaustivo de este tema, entonces lo que procede es que cada quien debe sumergirse en las profundidades de la excelsa Palabra de Dios, en humillación, e inquirir del Espíritu Santo que revele la verdad acerca de esta doctrina. Al menos, espero que algo de luz haya podido llegar a los corazones y lo demás se lo encomiendo al Señor, quien aclarará todas las cosas.
Julio César Barreto: Pastor de enseñanza Biblica, Productor y Conductor de los espacios radiales: Síntesis Forever, Gospel Blues & Jazz, Los Protagonistas de nuestra Música; difundidos a través de la plataforma digital de "Ágape en la radio Podcast". Reside en la ciudad de Maturín, Venezuela, América del Sur. E.mail: barret.jucce@gmail.com . .
Juliane Köpcke, una adolescente alemana que trataba de seguir los pasos de sus padres como zoóloga, sufrió a finales de 1971 una de las experiencias de supervivencia más insólitas del siglo XX. Sobrevivió a la explosión en pleno vuelo del avión en el que viajaba y a una caída libre de más de 2000 metros. Pero la historia no acababa sino de empezar. La jungla amazónica la deparó 10 días de aventura y lucha por encontrar, en soledad, el camino de vuelta a casa. Esta es la crónica.
Bosque tropical del Amazonas . Fuente:yannarthusbertrand.org
El viaje.
..Aeropuerto Jorge Chávez (Lima, Perú). 24 de diciembre de 1971.Otra Navidad tan blanca en las historias infantiles como cálida y desapacible en el altiplano peruano. 24 grados entremezclados con nubes chaparras y corrientes andinas. María y su hija Juliana están prestas a embarcar en su vuelo destino ciudad de Pucallpa, en plena Amazonia Peruana.
Estaba muy contenta de terminar el curso y visitar a ‘papi’ en su nuevo trabajo.Me prometió íbamos a clasificar juntos las fichas de insectos y coleópteros andinos: cucarachas de 20 centímetros, hormigas urbícolas y nuevas especies de mariposas. Orgullosa estaba de mi reciente graduación y de poder pasar junto a mi familia los tres meses de ‘estación biológica’ que correspondían a mis padres como responsables del nuevo programa de investigación de historia natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde ambos trabajaban. Otra vez unas vacaciones en plena selva amazónica con los mejores profesores de ciencias naturales del mundo. ¡Qué más podía pedir!
El vuelo 508 partía con retraso. La compañía LANSA (Líneas Aéreas Nacionales S.A.) no se caracterizaba por el cumplimiento estricto de los horarios establecidos. Hacía poco había perdido dos de sus tres aviones y los requerimientos de seguridad y compromisos administrativos lastraban los tiempos comprometidos. Hans, el marido de María, hubiera preferido que volaran con Faucett Perú, de mayor prestigio y resolución, pero una semana antes de la reserva carecía ya de billetes.
El mismo Lockheed Electra L-188 fotografiado en Líma un par de años antes del accidente
Recuerdo un paisaje espectacular y muy cercano, claros y nubes dejaban paso a los colores perennes de la jungla. Esponjas verdes, quietas, tan mullidas como densas no dejando entrever un ápice de tierra. Todo era armoniosamente bello y acompañaba mis sentimientos de júbilo prevacacional. Mi madre complacía mi sonrisa con una mano sobre la mía. Con ella a mi izquierda y el paraíso a la derecha me sentía poderosa, dichosa. Una reina
Poco a poco los claros eran los menos y las nubes se agrisaban, el movimiento de la aeronave acompasaba los pasadizos cada vez más esponjosos. La luz dejó de entrar con intensidad por mi óculo, difuminando las sombras y el semblante de nuestra vecina, acongojada y presa de manos y pánico desde que partimos de Lima.
El traqueteó derivó en pequeñas sacudidas y éstas en latigazos asumibles. El repentino silencio humano en el tubo metálico dio paso a los sonidos grotescos de la máquina. Algunos maleteros vomitaron objetos personales dejando caer las viandas de nochebuena sobre nuestras cabezas. Mientras, pitidos y crujidos indescifrables precedieron a una voz que para entonces sonó divina:
“Señores pasajeros les informamos que la zona de turbulencias que estamos atravesando se debe a una importante tormenta sobre la selva Amazónica. Abróchense los cinturones…”
El alivió debutó con un suspiro generalizado, no así los movimientos cada vez más bruscos de la máquina. Yo fijaba la vista en el motor derecho como recurso virtual a mi falta de apoyo físico. La fría humedad de la mano de mi madre delataba su consabido sufrimiento.
En ese punto, el viaje se tornó en la aventura de mi vida cuando una inmensa y cegadora luz atravesó la hélice que yo contemplaba. El avión se escoró rápidamente y comenzó a caer picado gobernado ahora únicamente por la ubicua gravedad.
La causa del accidente responde a un patronaje típico de la aviación comercial bajo tormenta. El piloto habría estado volando a altura media para evitar el cielo denso y así poder vislumbrar la pista de aterrizaje, cuando una ráfaga de aire descendente habría empujado y desequilibrado la aeronave produciéndose la fractura posterior debido, probablemente a algún rayo y a la baja calidad de unos materiales sin el mantenimiento preciso que se merecía la última nave de la LANSA: Un Lockheed Electra L-188 turbopropulsado.
Todo trascurría lento para el recuerdo pero raudo en su desarrollo. El avión se partió en dos justo delante mí a unas filas de la cola, por momentos la ingravidez acompañó la sensación de vértigo de un abismo visible a nuestro alrededor. Mi madre desabrochó forzada su mano de la mía para no volver a tocarla viva nunca más. El aterrador sonido de las turbinas que ahora se alejaban era de despedida y el fuerte olor a combustible desparramado me mantuvo lúcida hasta poco antes del impacto. Me esperaban 2000 metros de caída libre antes de llegar a ‘mi’ alfombra verde.
Recreación de los hechos para la película “Milagro en el Infierno Verde” de Giuseppe Scotese
Juliana estaba encadenada al asiento cuando éste se desprendió del fuselaje, lo que le salvó la vida. Según la investigación posterior el centro de gravedad del conjunto pasajero-asiento determinó la posición protectora durante la caída sobre una ladera muy tupida y densa unos 2 kilómetros por debajo del avión. La inclinación de la montaña acompaño la trayectoria (efecto trampolín de esquí) y el asiento sirvió de coraza para mitigar los latigazos de las copas de los árboles.
Me desperté sentada en el mismo asiento, como iniciando otro viaje pero, esta vez, al infierno. Había tres cuerpos desmembrados a mí alrededor, creía que se trataba de una pesadilla y me volví a dormir por unos instantes. Cuando creí volver en sí me atraganté de realidad. Cuerpos inertes colgaban de los árboles, hierros, asientos, ropas y maletasdesparramadas por la selva, humo, mucho humo y crepitar de combustiones desperdigadas hasta donde la espesura de la jungla dejaba distinguir. Estaba sola, muy sola y desconcertada. Tenía 17 años.
Me tomé un tiempo para incorporarme física y mentalmente a mi nueva angustia. Aturdida y muy mareada concluí que no tenía grandes heridas, apenas unos cortes en la pierna y en el ojo y un dolor fuerte en clavícula y rodilla, nada que no me permitiera deshacerme de las ataduras del asiento para ponerme en pié. Tan sólo unos cuantos pasos sin gobierno y rumbo me separaban de la peor imagen de toda mi vida. El cuerpo inerte de mi querida madre… Agarré su mano y cerré los ojos esperando que el tiempo diera, por primera vez, un pequeño paso atrás. ¿Soñaba?… ¿Vivía?….No sabía.
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La aventura.
Juliana estaba perdida en algún lugar de la selva entre Lima y Pucallpa. Tenía la clavícula fracturada y un ligamento de su rodilla derecha seccionado. 77 de los 91 pasajeros del último vuelo del Lockheed Electra L-188 habían fallecido en el accidente y también otros 13, incapaces de sobrevivir a la selva. Los restos del percance estaban desperdigados en un área de unos 15 kilómetros. Sin visibilidad más allá de las copas de la densa arboleda amazónica.
restos de la cabina de la nave siniestrada
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Nada puede superar el terrible dolor que sentía por entonces. Era el momento de sobrevivir o entregarse a los caprichos del destino, a los encantos del azar. ¿Por qué me tocó a mí vivir esa experiencia? ¿Por qué sobrevivir así es más doloroso que morir allá arriba? Las preguntas duraron lo que tardé en escuchar la voz de mi padre, lo que tardé en recordar su abrazo, su olor, su inmenso cariño, su increíble hazaña de llegar, a pie, de Recife (Brasil) a Lima (Perú) durante todo un año. No estaba ya sola.
Aprendí de mi padre el amor por la naturaleza, la vida y costumbres de muchos de los seres que ahora me rodeaban. Un año y medio viviendo en la ‘estación biológica’ hacían de aquél lugar un sitio no tan extraño para mí. Sabía imitar el sonido de la tarántula. Había estado oteando nuevos pájaros apenas hace unos meses, coleccionando insectos anónimos hasta el bautizo paterno.. Estaba en casa y mi padre me esperaba para la cena….
Después de comer algún fruto y los restos de alguna vianda que encontró, abandonó el lugar de la tragedia tras observar la llegada de los primeros carnívoros depredadores. Siguiendo las directrices de su padre buscó la fuente de agua más cercana para seguir su curso y buscar ayuda. Lo que Juliana no sabía es que se encontraba a más de 600 Km. de cualquier núcleo habitado.
Antes de la primera noche encontré un pequeño manantial que me sació de agua y esperanza parar seguir un curso. Aproveché un pequeño barranco para pasar mi primera noche y guarecerme de la incipiente lluvia. ¡Había sobrevivido a mis miedos!
26 de diciembre. Se me acabaron los caramelos y golosinas que encontré arriba. No volví a comer nada en la selva. El temor por comer los frutos silvestres venenosos que me enseño mi padre me llevó a ignorar la llamada gástrica. Seguí caminando con el mismo sentido que el agua, buscando mayores flujos.
Dos días más tarde la luz seguía atrapada en aquél ‘techo verde’. Nada parecía cambiar en el paisaje salvo mi ánimo y el tipo de canto de algún que otro pájaro. Reconocí entonces el sonido de uno cuyo hábitat sabía se movía cerca del bosque bajo, al lado de ríos algo más caudalosos. El Uirapurú es un bello pájaro que canta sólo al amanecer y al anochecer, cuando está construyendo su nido haciendo callar al resto de aves de su entorno. El gran río estaba cerca.
1 de enero. El río era ya ‘nadable’. Los reptiles y animales se apartaban a mi estela lo que me sugería posible presencia humana. Me pasé el día nadando y flotando a merced de la corriente, procurando no sumergir las heridas abiertas para no convocar el festín de las pirañas. Mis piernas no daban ya para andar ni aguantar mi peso. Débil y exhausta varé en una de las orillas arenosas dejándome llevar por la inconsciencia. Al despertar divisé una vieja barca escorada en la ribera. ¿Era un segundo sueño?, ¿Estaba despierta?… incapaz ya de distinguir el síncope del sueño.
Alcanzarla fue todo un desafío, el cuerpo apenas respondía a estímulos. Reptando conseguí llegar a la embarcación y divisé lo que parecía ser un pequeño refugio. Dentro, al abrigo de la selva, había un motor viejo y un bidón con algo de gasolina. Sólo tuve fuerzas para derramar el combustible en la herida de mi cuello, infestada de larvas de ‘mosca tornillo’. Con la idea de fumigar la plantación de ‘mis’ gusanos caí de nuevo, derrotada por el escozor, la fiebre y el cansancio.
Juliane durante el rodaje del documental de Herzog
Los vacíos se mezclaban entonces con recuerdos y sueños y la realidad se fundía con los deseos. Las voces de mis padres amortiguaban la lasitud y el sufrimiento mientras la consciencia luchaba por discernir entre todos esos estímulos…
2 de enero 1972 Unas voces de ángeles confundieron de nuevo. Eran tres cazadores y madereros que casualmente venían a cobijarse a su refugio. Al verme tirada ahí, medio desnuda, famélica, piel a jirones y regada por la lluvia me confundieron con ‘La diosa del Agua’ un ser mitológico que poblaba las leyendas y fábulas de la zona. Como tal me trataron, proporcionándome los primeros auxilios, comida, abrigo… Tras 10 horas de navegación en su canoa, alcanzamos el puesto de salud, donde me inyectaron los primeros antibióticos y me extrajeron los más de 70 gusanos escondidos bajo mi piel. De ahí partimos a la estación misionera donde pasé tres largas semanas recuperando cuerpo y ganas. ¡Gracias!
Últimos minutos del documental “Wings of hope” de Werner Herzog con entrevista a Juliane
Juliana dio detalles precisos del lugar del accidente para movilizar a las patrullas civiles y militares y así localizar los restos. Sólo constataron el infierno y la ausencia de más supervivientes.
La aventura de Julianne Köpcke se paseó por las portadas de medio mundo: Life (E.E.U.U), Stern (Alemania) y toda Sudamérica se hizo eco de su odisea. Unos años más tarde nuestro amigo Werner Herzog ( recordando a Fitzcarraldo) produjo un interesante documental en 1999 sobre la hazaña de Juliane, titulado en castellano “Alas de esperanza”. Actualmente Juliane es una reputada bióloga y reside en Alemania.
Fuentes, citas y referencias:
Las peripecias de Julianne, noveladas en primera persona por kurioso, se pueden encontrar en cualquier listín de grandes supervivientes de tragedias aéreas. La seleccioné por ser junto al desastre de los Andes la única historia con doble ración de suerte y supervivencia: accidente+selva, también consulté aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Las fotos son de la revista Caretas
Este apunte lo consagro y se lo dedico con lazo a mi amiga Sanchesky. Reina del pánico abordo y que comparte más cosas con Juliane de la que seguro piensa. Buena suerte.!
En la historia de este planeta Tierra hay gran cantidad de registros de seres humanos, teniendo que escoger entre uno u otro, entre este o aquel. Esos momentos llegan (casi siempre) en escenarios, donde está en juego nuestra credibilidad, nuestra verticalidad ante lo que pensamos, o lo que creemos. Somos confrontados y presionados a tomar una decisión que dependiendo de cual sea la misma, nos puede pasar una factura muy costosa a pagar.
Uno de esos momentos cruciales, lo vivieron en carne propia los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Comenzaba la persecución contra la iglesia, y los Fariseos y los Saduceos (principalmente), les pusieron tras las rejas. Pasaron toda la noche presos y al día siguiente, pensaron los Fariseos y sus cómplices, que ya los siervos del Señor habrían escarmentado y estarían dispuestos a ceder ante las amenazas y sinsabores que se les avecinaban, si continuaban predicando al pueblo acerca de Jesús, pero se llevarían una sorpresa ese día, porque cuando los amenazaron para que no siguieran hablando de Él, esto es lo que registra el relato biblico...
Pedro, ahora ya no era el mismo hombre temeroso que negó al Señor tres veces aquella noche. Ahora predicaba con denuedo la Palabra de Dios. El miedo se había ido y junto a los otros apóstoles, ya no estimaban valiosa sus propias vidas, con tal de cumplir fielmente todas las instrucciones que el Señor les había dado antes de partir a ocupar su lugar al lado del Padre.
¿Qué produjo ese repentino e importante cambio de los discípulos (no tan solo en los apóstoles)?
Esto fue lo que sucedió...
¿Cuál es el reto para la iglesia del siglo 21?
Procurar que en todo tiempo estemos...
¿Si me entendieron verdad?
Saludos y Bendiciones Iglesia del Señor.
Amor, amor, amor. ¡Cuántas veces se escucha mencionar esta palabra de tan solo 4 letras!. Muchas personas no saben qué contestar cuando se les plantea la interrogante: ¿Qué es amor?. Otras dan respuestas equivocadas como esta...
Esta declaración está desacertada. Veamos por qué. Investiguemos qué significa el verbo "Querer".
1.
Tener el deseo, la voluntad o la intención de hacer, poseer o lograr algo.
"¿quieres un té?; solamente quiero que seas feliz; el gobierno quería liberalizar los precios; quiero una casa nueva; queremos que vengan con nosotros; quisiera salir un rato a tomar el aire; no sé qué más quiere si ya lo tiene todo"
2.
Se usa para preguntar cortésmente a una persona si puede hacer lo que se expresa.
"¿quieres acabarme esto, por favor?; ¿quieres cerrar la puerta cuando salgas, por favor?"
¿y qué es amor?
¿Por qué le cuesta tanto al ser humano amar?
La respuesta es: Ningún ser humano puede amar, si no ha conocido a Dios.
En primer lugar lo que los seres humanos necesitan no es amor, lo que prioritariamente el género humano necesita es (conocer) a Dios (porque Dios es amor). Si no se tiene a Dios en el corazón, no se puede tener amor.
¿Quieres tener amor? ¡Haz esto!
Haz esta oración con todo tu corazón (con sinceridad)...
Sí hiciste esta oración y necesitas información acerca de tu nueva vida en Cristo, ponte en contacto conmigo a través de mi correo: barret.juce@gmail.
Recuerda esto: "Todo lo que necesitas es amor" (All you need is love). Como Dios es amor; entonces lo que supremamente necesitamos es a Dios.
Y esta vez queremos contarles acerca de un hombre que ha impactado a todo el equipo y del cual muchos conocen, pero que tal vez no se roba la atención de los medios completamente.
Se trata de Santiago Benavides, un hombre que nos impacta con sus letras. Es músico profesional y en su adolescencia casi es sacerdote, sin embargo el destino le fue llevando poco a poco a lo que es Hoy. Es colombiano de nacimiento pero de pequeño vivió en un pueblo pequeño de Venezuela, y como el lo describe en su Biografía todo parecía indicar que iba a ser futbolista, pero el destino le cambio al llegar a la ciudad de Bogotá.
Con una guitarra y muchos sueños inicio sus estudios, y lo más impactante de su vida es la manera como habla de su esposa, de su familia y la manera tan sencilla y sincera como describe su Vida.
Durante mucho tiempo, la humanidad se ha hecho esta misma pregunta. Algunos dicen que si existen, otros alegan que no. ¿Quién tiene la razón?. La respuesta puede ser compleja, dependiendo de los argumentos que cada quien esgrima, y de las evidencias que puedan mostrar. Habría que empezar por lo más elemental: ¿Qué es un extraterrestre?. La respuesta sería: Relacionado con el espacio exterior a la Tierra. Que procede de un planeta distinto de la tierra.
Luego veamos a nuestro planeta llamado "Tierra"...
¿Hay más cuerpos celestes alrededor de nuestro planeta? ¡Claro que si! ¡Veamos!
La Tierra acompañada de los planetas, el Sol en lo que se le conoce como el "Sistema Solar"
¿Y el Sistema Solar está solo en el espacio interestelar? ¡No! ¡Veamos!
El Sistema Solar es parte de una Galaxia llamada "Vía Lactea"
(1) Vista de la vía láctea en España.
A su vez les diré que los astrónomos han buscado durante mucho tiempo determinar cuántas galaxias hay en el Universo. Durante los últimos años, los científicos han utilizado imágenes del telescopio espacial Hubble para estimar que el Universo puede contener de 100.000 a 200.000 millones de galaxias.
Hasta aquí surge una última y definitiva pregunta: ¿En medio de este vasto Universo estamos solos los seres humanos?
La respuesta es: ¡No!
El libro de Dios (las Sagradas Escrituras) nos dice que a los lados del Norte del vasto Universo, hay una ciudad que se llama la Nueva Jerusalen, y que allí está el Trono de Dios. En ese lugar moran los ángeles de Dios.
"Hermoso en su elevación, el gozo de toda la tierra es el monte Sion, en el extremo norte, la ciudad del gran Rey". (Salmo 48:2) "Pero tú dijiste en tu corazón: ``Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte". (Isaias 14:13).