sábado, 25 de noviembre de 2017

Carta a mi amigo Arminiano




Por: Pr. Julio César Barreto - 


Estimado amigo mío:
Me es grato dirigirme a usted en la ocasión de retribuirle el tiempo que se tomó para escribirme un mail, que presumo lo haya enviado a otros miembros de la iglesia, tanto como a mí. Ciertamente Dios (nuestro Padre Celestial) me abrió la puerta de la cárcel en la que me encontraba y salí de ella por su infinito amor y misericordia.  Por su gran amor con que nos amó no quise ni querré más permanecer en aquella prisión. Pero, tal como lo señala usted en su escrito; reconocí a Cristo como mi único Salvador personal y Él hizo que las rejas de la cárcel  donde vivía en mis delitos y pecados fueran abiertas.

No sabe cuánto le agradezco que se preocupe por mi (y por todos los que le haya llegado su misiva), al recomendarnos que (tal como lo escribió Pablo a los Gálatas), no estemos otra vez sujetos al yugo de esclavitud (Gálatas 5:1). En realidad debo decir (en honor a la verdad) que sí Dios (nuestro amado Padre Celestial) nos dejara dependientes de nuestro “libre albedrío”, no tendríamos la más mínima esperanza de salvarnos ni de permanecer libres, ya que tal como lo dijo Pablo en su carta a los Romanos; la ley que hay en nuestros miembros se rebela contra la ley de Dios, en la cual el hombre espiritual se deleita,  pero que sin embargo la ley del pecado que está en nuestros miembros nos lleva cautivos a la ley del pecado y esto hace al hombre realmente un miserable y digno de compasión. Necesitamos pues alguien realmente Fuerte (mucho más de lo que nosotros supuestamente somos), Poderoso (para librar), Fiel (para para guardar nuestro deposito hasta el final).

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 

¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado
. (Romanos 7:18-25)

De tal manera que tengo que reconocer que no había (ni la hay en mi carne) ninguna capacidad (según lo denominado “libre albedrío”) para que yo hubiese podido escapar por mi propia decisión o supuesta fuerza de determinación.  Fue algo mucho más grande lo que me atrajo fuera de mi cárcel; Pablo lo dijo: ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.

Amigo mío, le cuento que durante un buen tiempo de mi peregrinaje en esta tierra de los vivientes, viví con el temor, la incertidumbre acerca de mi salvación. Viví creyendo que me era necesario portarme bien, porque si no Dios me quitaría de ipso facto la Salvación de mi alma. A la verdad no sabía por cual pecado perdería mi salvación (son tantos los pecados que cometemos los hombres, aun los creyentes), tampoco sabía si al pecar y perder mi salvación la podría recuperar otra vez o sería definitivo. Creí durante un tiempo de mí caminar en el Evangelio que Dios excomulga a sus hijos. Pero bendito fue el día en que mi Señor me abrió el entendimiento y mis ojos, para ver y comprender la verdad de este asunto crucial.

Desde mi conversión a Cristo,  se me habían mostrado versículos que (descontextualizados) según algunos pastores y maestros de la Biblia, confirman (según ellos) que Dios nos recibe como sus hijos, pero si pecamos (si nos portamos mal), entonces nos entrega a los demonios  (Mateo 12: 43-45) para que habiten en nosotros y nos perdamos por la eternidad. Esto además del temor creaba en mí una zozobra. ¿Qué esperanza podía tener entonces?  Porque yo había creído por Fe en Jesús, no tuve que hacer nada mas sino creer en Él, pero ahora se me decía que a partir de haber creído por Fe, entonces tenía que andar de ahí en adelante por obras.

Fueron muchos los versículos que me mostraban (estos avezados maestros de la Biblia) como la evidencia de la excomunión de los creyentes que pecan: Gálatas 5:1 (el cual no habla de perder la salvación, sino de la amonestación que hacía Pablo a los Judíos y Prosélitos que se habían convertido a Cristo, a que no volvieran a estar sujetos a la Ley y la Tradición de los Judíos, porque nadie puede justificarse por medio de la ley, sino que la salvación -aseguró el apóstol- es por la Fe en Cristo. Sí se devolvían a los rudimentos de la ley, estarían de nuevo esclavos de ella) Además de Gálatas 5:1 también son buenos para justificar la perdida de la salvación, estos: Mateo 24:13, Mateo 7: 21-23, 1 Juan 3: 6-9, 2 Tim. 2: 11-12, Mateo 12:43-45, Filipenses 2:12, y unos cuantos más.

Bendito el día y la hora cuando decidí  (por la misericordia de mi Señor) mirar atentamente lo que Jesús (mi Señor y mi Salvador)  me tenía que decir en Su Palabra al respecto. Examiné detalladamente estos versículos contentivos de las promesas de mi Dios para todos sus redimidos:


Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.  Yo y el Padre uno somos. 

(Juan 10: 27-30)

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 

(Juan 1: 12-13)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)


*Creer en Jesús es igual a no perderse y a tener vida eterna. Sí fuere posible perder la salvación, luego la vida no sería eterna, sino temporal.

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 

Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; 
Somos contados como ovejas de matadero.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

(Romanos 8: 26-39)




Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,  para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. 

En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. 

En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

(Efesios 1: 3-14)


Desde mi conversión al Cristianismo, he sido enseñado por el Espíritu Santo acerca de la santificación y de cómo (ahora como creyentes) debemos vivir nuestras vidas consagradas a la Fe y a la Obediencia a Cristo. No como insensatos sino como sabios. Agradando al Señor en todo lo que hagamos. ¿Porque cómo los que hemos muerto al pecado viviremos en él?

Romanos

Capítulo 06
1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.


De esta manera  puedo decir que he sido liberado de todo temor, y hoy disfruto de una firme esperanza puesta en las promesas fieles de mi Señor Jesús. Vivo agradecido de mi Dios y con la ayuda del Espíritu Santo corro esta carrera, teniendo plena confianza de que el que comenzó en mi la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Filipenses 1:6).

Con mi corazón rebosando alegría puedo exclamar al término de este escrito: ¡Aleluya! ¡Soy libre al fin!


Saludos cordiales y un abrazo efusivo y que Dios te bendiga amigo mío.



P.D.:  Por esta y muchas razones más, es que me gastaré por entero en predicarle a todos cuantos pueda, esta gran verdad: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).

miércoles, 15 de noviembre de 2017

¿Por qué yo no debería cometer suicidio?





Mi corazón acompaña a aquellos que tienen pensamientos de terminar con sus propias vidas a través del suicidio. Si al momento ese es usted, debe experimentar muchas emociones tales como, sentimientos de desesperanza y desesperación. Usted puede sentirse como que está en el foso más profundo, y duda que haya un rayo de esperanza, de que eso puede mejorar. A nadie parece, o importarle, o entender de dónde viene usted. Simplemente, la vida no vale vivirla… ¿o sí?


Emociones debilitantes son experimentadas por muchos, en uno u otro tiempo. Cuando estaba en un hoyo emocional, a mi mente venían preguntas como, “¿Podría alguna vez ser la voluntad del Dios quien me creó?” “¿Es Dios demasiado pequeño para ayudarme?” “¿Son mis problemas demasiado grandes para El?”

Me complace decirle, que si usted se toma unos pocos minutos y considera permitir que Dios verdaderamente sea Dios en su vida ahora mismo, El va a probar justamente, ¡cuán grande es El en realidad! “Porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37). Tal vez cicatrices de las heridas del pasado, han resultado en un abrumador sentido de rechazo o abandono. Eso puede conducir a pensamientos o caminos de autocompasión, enojo, amargura, deseos de venganza, temores enfermizos, etc., eso ha causado problemas en algunas de sus relaciones más importantes. Sin embargo, el suicidio serviría solamente para traer devastación a los seres queridos a quienes nunca intentó herir; cicatrices emocionales con las que van a tener que tratar el resto de sus vidas.

¿Por qué no debería cometer suicidio? Amigo, no importa cuán malas estén las cosas en su vida, hay un Dios de amor que le está esperando, para que le permita guiarle a través de su túnel de la kdesesperación, y conducirlo hacia Su luz maravillosa. Él es su esperanza segura. Su nombre es Jesús.

Este Jesús, el inmaculado Hijo de Dios, se identifica con usted en su tiempo de rechazo y humillación. El profeta Isaías, escribió de Él, “Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió él nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga (azote) fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:2-6).

¡Amigo, Jesucristo soportó todo esto, a fin de que todos sus pecados pudieran ser perdonados! Sepa que cualquier peso de culpa que cargue con usted, El va a perdonarlo, si humildemente se arrepiente (vuélvase de sus pecados a Dios). “Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás (Salmos 50:15). Nada que alguna vez haya hecho, es demasiado malo como para que Jesús lo perdone. Algunos de sus siervos escogidos en la Biblia cometieron pecados flagrantes, como asesinato (Moisés), adulterio (Rey David), y abuso físico y emocional (Apóstol Pablo). No obstante, encontraron perdón y una nueva vida abundante en el Señor. “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmos 51:2). “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2ª Corintios 5:17).

¿Por qué no debería suicidarse? Amigo, Dios está dispuesto a reparar lo que se ha “roto”… concretamente, la vida que tiene ahora, que quiere terminarla con el suicidio. El profeta Isaías escribió: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos… se les de gloria (la corona de la belleza) en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Isaías 61:1-3).

Venga a Jesús, y permítale restaurar su gozo y comodidad, mientras confía en Él para comenzar una nueva obra en su vida. “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” “Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmos 51:1215-17).

¿Aceptaría al Señor como su Salvador y Pastor? El va a guiar sus pensamientos y pasos, un día a la vez, a través de Su Palabra, la Biblia. “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmos 32:8). “Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro” (Isaías 33:6). En Cristo todavía va a tener luchas, pero ahora va a tener ESPERANZA. El es un “amigo más unido que un hermano” (Proverbios 18:24). Que la gracia del Señor Jesús esté con usted en su hora de decisión.

Si usted decide confiar en Jesucristo como su Salvador, diga a Dios en su corazón estas palabras. “Dios, te necesito en mi vida. Por favor perdóname por todo lo que he hecho. Pongo mi fe en Jesucristo, y creo que El es mi Salvador. Por favor límpiame, sáname, y restaura mi gozo en la vida. Gracias por Tu amor hacia mí y por la muerte de Jesús en mi lugar.

Fuente: gotquestions

lunes, 13 de noviembre de 2017

"¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios para mi vida?"



 

Hay dos claves para conocer la voluntad de Dios en una situación dada (1) Asegurarse que lo que está pidiendo o considerando hacer, no sea algo que la Biblia lo prohíbe. (2) Asegurarse que lo que está pidiendo o considerando hacer, va a glorificar a Dios, y va a ayudarlo a usted a crecer espiritualmente. Si estas dos cosas son ciertas, y Dios todavía no le ha dado lo que le está pidiendo – entonces es probable que no sea la voluntad de Dios que usted obtenga lo que está pidiendo. O tal vez, usted simplemente necesita esperar un poco más de tiempo para recibirlo. Algunas veces, conocer la voluntad de Dios es difícil. La gente quiere que Dios básicamente les diga qué hacer – dónde trabajar, dónde vivir, con quién casarse, etc. Romanos 12:2 nos dice, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Dios raramente da a la gente esa información directa y específica. Dios nos permite hacer decisiones referentes a aquellas cosas. La única decisión que Dios no quiere que hagamos es pecar o resistirse a Su voluntad. Dios quiere que tomemos decisiones que estén de acuerdo con Su voluntad. De manera que, ¿cómo saber cuál es la voluntad de Dios para usted? Si usted está caminando cerca del Señor, y deseando de verdad Su voluntad para su vida – Dios va a colocar Sus propios deseos en su corazón. La clave es desear la voluntad de Dios, no la suya propia. “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4) Si la Biblia no habla en contra de sus peticiones, y si éstas genuinamente pueden beneficiarle espiritualmente – entonces la Biblia le da “permiso” para tomar decisiones y seguir a su corazón.

Fuente: gotquestions




miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿Qué quiere decir en las Escrituras estar sentado bajo la higuera?

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Está escrito: “Yehudá (Judá) e Israel, desde Dan hasta Beerseba, vivían seguros todos los días de Shelomó (Salomón), cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera”. I Reyes 5:5
“Él juzgará entre muchos pueblos y arbitrará entre naciones poderosas, hasta las más distantes. Y convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente, porque la boca del Eterno de los Ejércitos ha hablado”. Miqueas 4:3-4
El estar sentado debajo de la vid y de la higuera, es una imagen figurada usada en épocas del Tanaj para representar una era de paz, prosperidad, seguridad y armonía.
La vid representa la abundancia, la felicidad, y la calma en compañía.
En tanto que la higuera representa el conocimiento, la productividad y el no desperdicio.
Por último, se usa esta imagen para darnos una idea de la época mesiánica en la cual todas las personas (judías y gentiles) estaremos bajo la vid y la higuera, gozando de lo que hasta ahora no hemos podido disfrutar: la paz y la confianza.

Fuente: Bibliatodo

lunes, 6 de noviembre de 2017

Seguridad eterna: ¿Es bíblico?






Cuando la gente llega a conocer a Cristo como su Salvador, se los lleva a una relación con Dios que les garantiza su seguridad eterna. Judas 24 declara: "Al que puede impedirte caer y presentarte ante su presencia gloriosa sin falta y con gran gozo". El poder de Dios puede evitar que el creyente caiga. Depende de Él, no de nosotros, presentarnos ante su gloriosa presencia. Nuestra seguridad eterna es el resultado de que Dios nos mantiene, no nosotros manteniendo nuestra propia salvación.


El Señor Jesucristo proclamó: "Les doy la vida eterna, y nunca perecerán, nadie puede arrebatarlos de mi mano. Mi Padre, que me los ha dado, es más grande que todos, nadie puede arrebatárselos. de la mano de mi Padre "( Juan 10: 28-29b ). Tanto Jesús como el Padre nos tienen firmemente agarrados en sus manos. ¿Quién podría separarnos de las garras del Padre y del Hijo? 

Efesios 4:30 nos dice que los creyentes están "sellados para el día de la redención". Si los creyentes no tuvieran la seguridad eterna, el sellamiento no podría ser verdaderamente el día de la redención, sino solo hasta el día del pecado, la apostasía o la incredulidad. Juan 3: 15-16nos dice que quien crea en Jesucristo "tendrá la vida eterna". Si a una persona se le prometiera la vida eterna, pero luego se la quitaran, nunca fue "eterno" para empezar. Si la seguridad eterna no es verdad, las promesas de la vida eterna en la Biblia estarían en error. 

El argumento más poderoso para la seguridad eterna es Romanos 8: 38-39 , "Porque estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente, ni el futuro, ni los poderes, ni la altura ni la profundidad, ni nada más en toda la creación, podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor ". Nuestra seguridad eterna se basa en el amor de Dios por aquellos a quienes ha redimido. Nuestra seguridad eterna es comprada por Cristo, prometida por el Padre

Fuente: gotquestion

jueves, 2 de noviembre de 2017

Yo También Celebro





- Por: Pr. Julio César Barreto –


Hay mucha alegría en las personas en un día especifico del año, ya que conmemoran la fecha  en que nacieron. Ese día sus familiares y amistades le felicitan y le hacen obsequios. Luego a una hora determinada se reúnen todos en casa del agasajado, para compartir juntos una celebración. Este cumpleaños al cual me referiré en este artículo, es uno de los más importantes de recordar, ¿De qué se trata? – Me refiero a los 500 años de la Reforma Protestante (31 Octubre de 1517).

Hay interrogantes que surgen espontáneamente al hablar de este tema, como por ejemplo: ¿Qué es la Reforma? ¿Cómo surgió? ¿En qué nos benefició? – Bueno, comenzaremos por el principio (la Reforma y cómo surgió); Hace cinco siglos atrás la sociedad en general, no le daba a las Escrituras Sagradas, la importancia que ella siempre se ha merecido. Así que esta se encontraba en un segundo o tercer plano (sino más menospreciada aun). La Fe había sido desplazada por la religión absolutista. La inmoralidad reinaba en medio de los templos, las liturgias pomposas pero vacías de Dios, y llenas de tradiciones y mandamientos de hombre, era lo que se avizoraba por doquier.

Dios levanta entonces a un hombre llamado Martín Lutero, quien nació un 10 de Noviembre de 1483 en Eisleben pequeña ciudad de Turingia. El 5 de Enero de 1505, Martín se encontraba cursando estudios de Derecho, pero un acontecimiento imprevisto transformó el curso de su vida y también el cristianismo. Aquel día Lutero iba de regreso a la Universidad y a pocas horas de Erfurt, Stotternheim, se desató una fuerte tormenta eléctrica, un rayo le cae muy cerca, la fuerza del impacto lo hace volar por los aires, en medio de aquel gran susto, prometió hacerse monje y cumplió su palabra.  Después de transcurridos algunos años como monje católico, Lutero llegó a la convicción de que las cosas no se estaban haciendo bien en el seno de dicha institución religiosa. Así que para demostrar su desacuerdo, Martín escribió en Latín sus 95 Tesis y las clavó en la puerta de la iglesia que funcionaba en el castillo de Wittemberg.

Durante los siglos anteriores al XVI sucedieron algunos eventos precursores, que hacían presagiar que  algo grande acontecería, que cambiaría radicalmente el curso de la historia de la iglesia y de la Fe. Pero, no fue sino hasta aquel día (31 de Octubre de 1517) cuando Lutero, lleno de fervor y de valentía hizo pública su protesta, y de allí en adelante nada en el mundo de entonces y hasta el presente fue igual.

¿En qué manera nos benefició la Reforma? – No solo la iglesia se vio bendecida por los nuevos vientos de avivamiento debido al regreso a la “Sola Escritura”, sino que toda la sociedad alemana, y (gracias a la Imprenta) luego toda Europa y de allí con el paso de los años, los demás continentes, vieron importantes transformaciones en el campo de lo social, político, económico, cultural, como consecuencia de este importante acontecimiento, que sin duda fue provisto por la buena mano de Dios.


Yo también celebro que este feliz acontecimiento haya cumplido 500 años. Y celebro también que hoy permanecen cinco columnas inamovibles que surgieron desde aquel glorioso día, y que todos los siervos de Dios nos apoyamos en ellas: SOLO ESCRITURA, SOLO FE, SOLO GLORIA A DIOS, SOLO CRISTO, Y SOLO GRACIA. Por todo esto y mucho más es que concluyo dando gloria a Dios y diciendo con mi corazón regocijado: ¡Yo También Celebro!

Este si que es un Pastor de verdad verdad





Por: Pr. Julio César Barreto / 

No podemos hablar del oficio del Pastor sin hacer referencia de las ovejas. El Pastor es alguien que ayuda, que guía, que defiende al rebaño. La oveja tiene entre sus características; su fragilidad, su dependencia (digamos) de alguien que sea más fuerte que ellas y que las alimente y las abreve.

Los seres humanos compartimos con las ovejas, muchas (sino todas) de estas características de las ovejas, o sea;  que somos en realidad (aunque muchos no lo reconozcan) frágiles, dependientes, con necesidad de un protector que nos guie, que nos alimente, que nos abreve (en sentido espiritual). Esto se manifiesta desde que somos apenas un bebé recién nacido. Luego en la adolescencia, juventud y adultez necesitaremos un brazo protector, una mano amiga que nos sustente.

Hay que reconocer que a un buen número de personas no les gusta reconocer nada de esto. En un mundo como el contemporáneo está prohibido ser débil; Hay que ser “fuerte”. Es allí donde muchos comienzan a usar máscaras de personas que tienen fortaleza, cuando en realidad por dentro son lo contrario. Ellas aparentan ser independientes, que no necesitan de nadie y que pueden ir por la vida sin nadie más que su propia fuerza, su intelecto, su capacidad.

Hasta este punto cabe preguntarse: ¿Será eso cierto? ¿Es el ser humano (hombre o mujer)  realmente fuerte? –Dios dice que el hombre es como la flor del campo (la hierba) cuya existencia es muy breve. Que es polvo y al polvo volverá. El ser humano es finito.

“Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,
Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
Porque mil años delante de tus ojos
Son como el día de ayer, que pasó,
Y como una de las vigilias de la noche.
Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,
Como la hierba que crece en la mañana.
En la mañana florece y crece;
A la tarde es cortada, y se seca”.
(Salmo 90: 3-6)

Sí esto no es fragilidad, entonces: ¿Qué lo será? – Por otra parte vemos a un Dios que tiene eternidad en sí mismo, que es Fuerte (verdaderamente), el Shaddai (todopoderoso). ¿Quién mejor que Él para pastorearnos?

A través de la historia humana vemos ejemplos de hombres ensoberbecidos,  que terminaron abatidos por su orgullo. Vemos el caso de Nabucodonosor al cual le costó 7 años de locura, viviendo como un animal, comiendo hierba del campo…

“Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?  Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;  y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán;

y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.
En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves”. 

Hasta que reconoció que Dios (el Creador), es el Todopoderoso y que el hombre es la criatura…

“Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 

 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?  En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. 

Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”.
(Daniel 4).




Al preguntar: ¿Quién es tu pastor?, es indagar  esto: ¿Te pastoreas a ti mismo? ¿Tienes poder suficiente para guiarte a ti mismo en la salvaje jungla de la vida? ¿Te crees autosuficiente? ¿Eres más fuerte que Dios? ¿Podrás caminar por la vida sin que haya una mano  fuerte que cuide de ti, que te guie, que te proteja? – La respuesta es sencilla y contundente; ¡No lo podremos hacer por si mismos!


Entonces la conclusión de esta breve reflexión es: Necesitamos un Pastor, y ese Pastor tiene que ser el que se llama: “Jesús”. Él dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). De tal manera que si alguien te preguntare: ¿Quién es tu Pastor? – Con sumo gozo podrás responder: ¡Jesús es mi Pastor y nada me faltará! Ah! Y no hay duda alguna: ¡Este si que es un pastor de verdad verdad!.

¿Si me entendiste, verdad?









miércoles, 1 de noviembre de 2017

JOVEN ES EXPULSADO DE UNIVERSIDAD POR OPINAR CONTRA EL MATRIMONIO GAY EN REINO UNIDO

  • Joven es expulsado de universidad por opinar contra el matrimonio gay en Reino Unido
"La libertad de expresión es un derecho. Ejercer ese derecho y expresar mi punto de vista cristiano merece respeto en una sociedad democrática.", fueron las palabras del estudiante cristiano, que  fue expulsado de la Universidad, después de publicar una opinión personal con base bíblica sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La corte suprema de Reino Unido tomó la decisión de rechazar su apelación y expulsarlo de su centro de estudios. "Estoy de acuerdo con Kim Davis", dijo Félix Ngole, de 39 años quien era estudiante de maestría de Trabajo Social en la Universidad de Sheffield.
"El matrimonio homosexual es un pecado, nos guste o no. Son las palabras de Dios y los sentimientos del hombre no cambiarían sus palabras.”, expresó sus creencias cristianas sobre el tema. Asimismo, le preguntaron dónde dice en la Biblia que el matrimonio entre personas del mismo sexo está mal, y citó varios pasajes para demostrarlo.
Casi dos meses después, Félix recibió un correo electrónico de un funcionario de la universidad informando que sus comentarios de Facebook estaban siendo investigados. Posteriormente, un equipo de investigación lo entrevistó y lo retiró de su curso por un panel presidido por el profesor Marsh, un defensor de los derechos LGBT.
Actualmente Félix cuento con el apoyo del Centro Legal Cristiano, y es representado en la corte por el abogado permanente y abogado principal de derechos humanos, Paul Diamond.
Fuente: LifeSiteNews

Al Maestro con cariño