Pregunta: En nuestra iglesia algunas personas enseñan que después del rapto de la Iglesia, la ‘gracia’, o el ‘Espíritu Santo’ le será quitado a los gentiles y dado a los judíos. Ahora creemos que muchas personas judías no creen en Jesús porque no es el tiempo de su gracia, sino el nuestro (las personas gentiles), y que una vez que la Iglesia se ha ido, este tiempo de ‘gracia’ le será dado a los judíos. ¿Es cierto eso de acuerdo con la Biblia? En caso afirmativo, ¿sería justo decir que cualquier persona que permanece en la tierra durante el período de tribulación, le será muy difícil entregarle su vida a Dios ya que el Espíritu Santo no estará para convencer a las personas de sus pecados? ¿Es eso cierto? Gracias por su respuesta.
Respuesta: Sería más preciso decir que el Espíritu Santo revierte su ministerio al estilo del Antiguo Testamento. Ezequiel 39:29 y Zacarías 12:10 dicen que el Espíritu de Dios es derramado sobre los judíos durante la Semana 70 de Daniel. El derramamiento en Ezequiel los devuelve a una relación de Antiguo Pacto con Dios al inicio de esos 7 años finales, y en Zacarías los ojos de ellos serán abiertos al Mesías justo antes de la 2da Venida.
Pero a través de todo ese período, el Espíritu Santo también estará activo entre los gentiles. Una gran mayoría de las personas que han sido martirizadas en la tribulación será gentil. Apocalipsis 7:9 menciona una gran multitud de cada nación, tribu, pueblo, y lengua que se habrá hecho creyente después del rapto. Apocalipsis 20:4 describe los mártires que han sido decapitados por rehusar ponerse la marca de la bestia durante la Gran Tribulación.
Y en el juicio de las ovejas y las cabras (Mateo 25:31-46) podemos ver reunidos a los sobrevivientes de la tribulación provenientes de todas las naciones. Todas estas personas son gentiles. Las llamadas ovejas serán bienvenidas en el reino milenial en la tierra, lo que significa que son personas creyentes. Ya sea que hayan sido martirizadas o que aún estén vivas, todas esas personas creyentes llegaron a la fe debido a la convicción del Espíritu Santo.
¿El Espíritu Santo se irá con la Iglesia?
Pregunta: ¿Dejará la Tierra el Espíritu Santo cuando suceda el rapto?
Respuesta: Yo creo que la influencia que refrena y que ejerce el Espíritu Santo será removida de la tierra cuando la Iglesia sea raptada (2 Tesalonicenses 2:7). Pero el Espíritu Santo como tal no se irá. Una vez que la Iglesia se ha unido con Jesús en el rapto, el papel del Espíritu Santo como depósito que garantiza nuestra herencia (Efesios 1:13-14) se habrá completado, y él reanudará una posición similar a la relación que tenía con la humanidad en el Antiguo Testamento.
Él estará con los creyentes y vendrá sobre ellos con poder de tiempo en tiempo, pero ya no estará sellado en ellos (1 Samuel 16:14, Salmo 51:11). Debido a que una gran cantidad de personas serán salvas durante los juicios de los tiempos finales (Apocalipsis 7:9), yo creo que Él también continuará convenciendo a la gente de sus pecados y atrayéndolas al Señor para salvación como él siempre lo ha hecho.
El Espíritu Santo después del Rapto
Pregunta: Yo espero que me pueda contestar una pregunta. ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo después del Rapto?
Respuesta: Después del Rapto, el Espíritu Santo será liberado para reanudar Su papel original en la Tierra, el cual es atraer a las personas al Señor. Él estará haciendo eso de una manera similar a Su ministerio en el Antiguo Testamento, que es diferente al que tiene durante la Era de la Iglesia. Por ejemplo, después del Rapto, Él ya no estará sellado en los creyentes pero estará con ellos mientras permanezcan fieles.
En tiempos del Antiguo Testamento el Espíritu Santo estaba con los creyentes, y de tiempo en tiempo venía sobre ellos en poder, pero no estaba sellado en ellos como lo está con la Iglesia (Efesios 1:13-14). Jesús explicó este cambio de papeles a Sus discípulos en Juan 14:17. Él dijo, “ustedes lo conocen, porque mora con ustedes, y estará en ustedes.” Los discípulos recibieron el Espíritu Santo en ellos la noche de la resurrección del Señor (Juan 20:22).
Fuente: gracethrufaith.com
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