Antes de retirarse de las pistas y convertirse en un locutor, el piloto de NASCAR, Darrell Waltrip, fue uno de los grandes campeones en el deporte ‘stock car’. Pero desde hace algún tiempo, también fue uno de los pilotos más impopulares pues fue blanco del odio de muchas personas.
“Mi pasión era pilotar y correr y honestamente, seguí todos los caminos equivocados en los primeros años”, dijo durante el tradicional Desayuno de Oración en la Casa Blanca en 2016.
“Yo era muy agresivo, dentro y fuera de las pistas. No tenía muchos amigos. no pensé que necesitaba amigos”.
Él era el piloto que tenía el mayor número de ‘haters’ (personas que odian abiertamente alguna personalidad famosa). “Me decían que era impetuoso, implacable, agresivo, arrogante, vanidoso, distante, presumido, y francamente molesto”.
Los fans de NASCAR lo abucheaban cuando era presentado con los otros conductores. Parte de la multitud incluso usó camisetas con lemas como “cualquier persona, menos Waltrip.”
“Ellos me odiaban” admitió Waltrip.
“Los pilotos también me despreciaron”. Una vez que el piloto y también campeón de NASCAR, Richard Petty lo miró le dijo Waltrip. “No sé cómo todavía consigue un patrocinador. Usted es muy impopular entre los aficionados”.
Waltrip también le gustaba discutir con los oficiales de NASCAR. “No me gustan las reglas, sobre todo porque nunca me han beneficiado”, les decía él.
Fuera de la pista, no era mucho mejor. “Yo era muy arrogante. Bebía demasiado. Me gusta ir a bares y salir. Hice todo para encontrar satisfacción”, dijo.
Darrell Waltrip ganó muchos torneos de NASCAR en los años 80, pero su fama no era muy buena entre los aficionados de este deporte y otros conductores.
Waltrip recordó que a pesar de su arrogancia y su dificultad de llevarse bien con la gente, su esposa, Stevie nunca lo abandonó.
“Stevie siempre oró por mí. Ella era una mujer de Dios que amaba al Señor y siempre oraba para que algún día, de alguna manera, yo estuviera con ella en un estudio de la Biblia en la casa de alguien o en la iglesia”.
A pesar que lo invitaba su esposa a Waltrip, él se negaba poniendo una excusa, mientras que ella con paciencia, siempre respondía: “Bueno, voy a seguir orando”.
Pero Darrell Waltrip dijo de que Dios empezó a llamar su atención con mayor claridad en el año 1983, en el torneo ‘Daytona 500′. Su carro giró en la pista y fue expulsado de ella a una velocidad de casi 320 kilómetros por hora en la vuelta 64, cuando trató de esquivar un carro que corría a un ritmo más lento, frente a él.
La fuerza del impacto fue muy violenta, Waltrip sobrevivió por un milagro. “Tenía una conmoción cerebral”, dijo. “Cuando desperté finalmente me di cuenta de que ese accidente me había hecho ser consciente”.
“Eso me asustó demasiado”, continuó. “Podría estar muerto. ¿Y si he hubiera perdido mi vida ese día en Daytona? ¿Qué me hubiera pasado? ¿Me habría ido al cielo o al infierno?”.
La incertidumbre sobre su destino en la eternidad de repente le llamó la atención. “Eso fue una llamada de atención para mí que, literalmente, me hizo tomar conciencia”, dijo.
Después de este accidente Darrell decidió empezar a madurar su espiritualidad, acompañando a su esposa al culto en una iglesia de su ciudad.
Waltrip reconoció su necesidad de hacer de Jesús el número uno en su vida. Había llegado por fin al punto de rendirse a Dios. “Ese fue el día más grande de mi vida”, dijo Waltrip.
noticiacristiana.com
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