martes, 17 de enero de 2017

LA SUPREMA META PARA EL 2017: "SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO"


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No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu
               Efesios 5:18


Por: Pr. Julio César Barreto

Como reiteradamente lo hemos dicho, cada inicio de año crea nuevas expectativas. Las personas (si no todas, al menos algunas) se proponen alcanzar algunas metas. Al final de cada año muchos de esos propósitos quedan olvidados y listos para ser reciclados para el próximo mes de enero del año 2018. Pero hay un detalle, cada día los retos para el cristiano se hacen más grandes. 

Definitivamente los días son malos y el cristiano se enfrenta hoy a un aluvión de maldades. Ha aumentado exponencialmente la inmoralidad, el ocultismo, la corrupción, el hambre, la miseria, etc.
Muchos de estos males son como granadas que explotan muy cerca del creyente e inevitablemente atemorizan, crean zozobra y desestabilizan emocionalmente a las personas. ¿Qué hago? ¿Me voy? ¿Me quedo? ¡En fin! Hay confusión. ¿Que hacer en los días que Dios nos dé durante este 2017?

Este año que apenas tiene 17 días de iniciado, le tengo una propuesta que viene de parte de Dios; decidamos alcanzar una meta suprema, un único y fundamental objetivo: "Ser llenos del Espíritu Santo". Dos preguntas, cada una muy importante nos haremos y nos responderemos:

¿Por qué hacerlo?
¿Cómo hacerlo?


¿Por qué Hacerlo?

1. Porque Jesús dijo: “Recibirán Poder cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo y me serántestigos hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Resulta evidente que para ser testigos del Señor tenemos que ser investidos de Su Poder, por cuanto nuestra lucha es contra agentes del mal que son poderosos:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6: 12-13).

2. El Apóstol Pablo doblaba sus rodillas en oración para pedir por los creyentes a fin de que por el Espíritu recibieran (al menos) cuatro grandes bendiciones (Efesios 3: 16-19):

  a. Ser fortalecidos con poder en el hombre interior (v. 16)
  b. Arraigados y Cimentados en amor (v. 17)
  c. Plenamente capaces de comprender (v. 18)
  d. Conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento (v. 19)


¿Cómo Hacerlo?

1. Es un acto de fe. Simplemente pedirlo al Señor. Jesús dijo:

Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?
¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas 11: 9-13).

Es evidente que lo que pediremos al Padre no es el Espíritu Santo, puesto que ya Él mora en nosotros desde el día en que creímos (Efesios 1: 13-14):

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.


Entre los  mandamientos que se nos han dejado en las Escrituras  en relación con el Espíritu Santo está: ¡Sean llenos del Espíritu! (Efes. 5:18).  Por lo tanto eso es justamente lo que le hemos de pedir al Padre. Dios no da el Espíritu por medida (Juan 3:34). Somos nosotros los que nos entregamos a medias a Él y por lo tanto tenemos que rectificar y hacer una rendición total a Su Voluntad, para que seamos dirigidos (controlados) por el Espíritu (Rom. 8: 14-16):

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 

También se nos manda: “No apaguéis el Espíritu” (1 Tes. 5:19) y “No contristéis el Espíritu…” (Efesios 4:30). La desobediencia y el pecado en general cometidos continuamente, atraerán indefectiblemente estas dos consecuencias. Dios no nos dejará sin advertencia previa. Él nos avisará por su Espíritu para que rectifiquemos. De no obedecerle entonces entraremos en la lamentable condición de ser cristianos en los cuales el Espíritu ha sido apagado y contristado. Todo esto se traducirá en una falta de Poder para vivir una vida Cristiana victoriosa.


El Reto: Al momento de publicar este artículo, nos quedan 348 días del nuevo año 2017, y seremos responsables de lo que  hagamos o dejemos de hacer. Algunas cosas que dejaremos de hacer nos afectarán en nada, un poco, otras nos afectarán mucho. Sí dejamos a un lado una propuesta como esta, es seguro que sufriremos perdida.

El mundo recibió (como cada Diciembre) el “espíritu de la navidad”, pero nosotros recibimos (el día bendito en que creímos) el ”Espíritu Santo”. Nosotros sabemos que el Espíritu de Dios nos da su Poder para alcanzar todo lo que Dios quiere que hagamos para Él este nuevo año. No lo eche al olvido hermano(a). Considérelo y tome su decisión. La Suprema Meta para el 2017: “Ser llenos del Espíritu Santo”. Amén.

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Al Maestro con cariño