viernes, 29 de diciembre de 2017

Este hombre empujó una roca por un año sin parar… Mira lo que pasó

Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: “Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año”

El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró. Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro.
A las pocas semanas llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente: “¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es inútil que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover”.
El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo en pié con su decisión de empujar.
Con los meses, desde que se ponía el sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días.
Cuando se cumplió el tiempo el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo: “Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro”. Y se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jesús apareció en ese momento y le dijo: “¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate, tu problema físico ha desaparecido. NO has fracasado, yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan”.
Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos seguir.
El día de hoy es un llamado a “empujar” sin importar qué tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes, pongamos todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder el tiempo, mas bien, nos hará ser más fuertes!
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Fuente: biblia todo.com

martes, 26 de diciembre de 2017

El Cristiano Sensual




Frecuentemente me he visto tentado a escribir un libro titulado El cristiano sensual. La mujer sensual, El hombre sensual, La pareja sensual. La divorciada sensual … al punto de saturación, todos han sido éxitos de librería. ¿Por qué no El cristiano sensuall?
¿Qué es un cristiano sensual? Un diccionario define sensual como “perteneciente a los sentidos u objetos sensibles: altamente susceptible por los sentidos”. El cristiano sensual es el que vive por los sentimientos más que por su entendimiento de la Palabra de Dios. El cristiano sensual no puede ser movido al servicio, la oración, o el estudio a no ser que él “tenga ganas”. Su vida cristiana es solamente tan efectiva como la intensidad de los sentimientos en ese momento. Cuando experimenta la euforia espiritual, es un remolino de actividad divina; cuando está deprimido, es un incompetente espiritual. Constantemente busca experiencias nuevas y frescas y las utiliza para determinar la Palabra de Dios. Sus “sentimientos internos” se convierten en la máxima prueba de la verdad.
El cristiano sensual no necesita estudiar la Palabra de Dios porque él ya conoce la voluntad de Dios a través de sus sentimientos. Él no quiere conocer a Dios: quiere experimentarlo. El cristiano sensual iguala “la fe de un niño” con la ignorancia. Él piensa que cuando la Biblia nos llama a tener la fe de un niño se refiere a una fe sin contenido, una fe sin entendimiento. Él no sabe que la Biblia dice: “Sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar” (1 Co. 14:20). No se da cuenta de que Pablo nos dice una y otra vez: “No quiero, hermanos, que ignoréis este misterio” (véase, por ejemplo, Ro. 11:25).
El cristiano sensual va alegre por su camino hasta que se encuentra con el dolor de la vida, que no es tan alegre, y se desploma. Por lo general termina por abrazarse a un tipo de “teología relacional” (la más terrible maldición de la cristiandad moderna) donde las relaciones personales y la experiencia toman precedencia sobre la Palabra de Dios. Si la Escritura nos demanda una acción que pueda poner en peligro una relación personal, entonces la Escritura debe ponerse en tela de juicio. La ley más elevada del cristiano sensual es la de que los sentimientos malos deben ser evitados a toda costa.
La Biblia está dirigida primordialmente, aunque no exclusivamente, a nuestro entendimiento. Eso, en cuanto a la mente. Esto resulta difícil de comunicar a los cristianos modernos que están viviendo en lo que podría ser el período más antiintelectual de la civilización occidental. Nótese, no dije antiacadémico ni antitecnológico ni antidocto. Dije antiintelectual. Hay una fuerte corriente de antipatía hacia la función de la mente en la vida cristiana.
En punto de hecho, existen razones históricas para esta clase de reacción. Muchos laicos han sufrido el resultado de lo que un teólogo ha definido como “la traición del intelectual”. Tanto escepticismo, cinismo, y crítica negativa han salido del mundo intelectual de los teólogos que los laicos han perdido su confianza en los proyectos intelectuales. En muchos casos se teme que la fe no pueda sostenerse bajo el escrutinio intelectual, por lo que la defensa se convierte en la denigración de la mente humana. Nos volvemos a los sentimientos en lugar de volvernos a nuestras mentes para establecer y preservar nuestra fe. Este es un problema muy serio al que nos enfrentamos en la iglesia del siglo xx.
El cristianismo es supremamente intelectual, aunque no intelectualista. O sea, la Escritura está dirigida al intelecto sin al mismo tiempo abrazar un espíritu de intelectualismo. La vida cristiana no debe ser una vida de meras conjeturas o racionalismo frío; debe ser una vida de pasión vibrante. Fuertes sentimientos de gozo, amor, y exaltación se manifiestan una y otra vez. Pero esos sentimientos pasionales son una respuesta a lo que con nuestras mentes entendemos que es verdad. Cuando leemos en la Escritura: “Confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33), el bostezo no es una respuesta apropiada. Podemos sentirnos animados porque entendemos que Cristo ciertamente ha vencido al mundo. Eso estremece nuestras almas y nos hace bailar de contento. ¿Qué es más maravilloso que experimentar la dulzura de la presencia de Cristo o la cercanía del Espíritu Santo?
Dios no permitió que perdiésemos nuestra pasión o que pasáramos por el peregrinaje cristiano sin una experiencia de Cristo. ¿Qué sucede cuando hay un conflicto entre lo que Dios dice y lo que yo pienso? Debemos hacer lo que Dios dice, nos guste o no. Eso es de lo que trata el cristianismo.
Reflexione un momento. ¿Qué sucede en su propia vida cuando usted actúa según lo que tiene ganas de hacer y no según lo que sabe y comprende que se le está pidiendo que haga? Aquí nos enfrentamos a la cruel realidad de la diferencia entre la felicidad y el placer. ¡Cuan fácil es confundir las dos cosas! La búsqueda de la felicidad se considera nuestro “derecho inalienable”. Pero la felicidad y el placer no son la misma cosa. Los dos son agradables, pero sólo uno es duradero. El pecado puede traer placer, pero no la felicidad. Si el pecado no fuese tan placentero, apenas representaría una tentación. Pero, mientras que el pecado frecuentemente “es agradable”, no produce felicidad. Si no conocemos la diferencia o, peor aun, no nos importa la diferencia, habremos avanzado a grandes pasos para convertirnos en el máximo cristiano sensual.
Es precisamente en el punto de discernir la diferencia entre el placer y la felicidad en el que el conocimiento de la Escritura es tan vital. Existe una relación maravillosa entre la voluntad de Dios y la felicidad humana. El engaño fatal de Satanás es la mentira de que la obediencia jamás nos podrá proporcionar felicidad. Desde la tentación primordial de Adán y Eva a la seducción satánica de anoche, la mentira ha sido la misma. “Si haces lo que Dios ordena, no serás feliz. Si haces lo que yo digo, serás ‘liberado’ y conocerás la felicidad”.
¿Qué tendría que ser verdad para que el argumento de Satanás fuese cierto? Parecería que para que el argumento de Satanás fuese cierto, Dios tendría que ser una de estas tres cosas: ignorante, malévolo, o engañoso. Podría ser que la Palabra de Dios no funcione para nosotros porque procede de sus divinas equivocaciones.
Simplemente, Dios no sabe lo suficiente para decirnos lo que necesitamos hacer para obtener la felicidad. Probablemente desea nuestro bienestar, pero simplemente no sabe lo suficiente como para instruirnos adecuadamente. A Él le gustaría ayudarnos a salir adelante, pero las complejidades de la vida y las situaciones humanas sobrecogen su mente.
Tal vez Dios es infinitamente sabio y sabe lo que es bueno para nosotros mejor que nosotros mismos. Tal vez Él entiende las complejidades del hombre mejor que los filósofos, moralistas, políticos, maestros de escuela, pastores, y la Sociedad Psiquiátrica. Pero nos odia. Él conoce la verdad pero nos lleva por mal camino para Él seguir siendo el único ser feliz en el cosmos. Probablemente su ley es una expresión de su deseo de deleitarse alegremente en nuestra miseria. Por tanto, su malevolencia hacia nosotros lo lleva a adoptar el papel del Gran Impostor. ¡Disparates! Si eso fuese cierto, entonces la única conclusión a la que podríamos llegares que Dios es el diablo y el diablo es Dios, y las Sagradas Escrituras son en realidad el manual de Satanás.
¿Absurdo? ¿Inconcebible? Yo desearía que lo fuese. Literalmente en miles de estudios de pastores, la gente está siendo aconsejada a actuar en contra de la Escritura porque el pastor quiere que sean felices. “Sí, Sra. Pérez, vaya y divorcíese de su esposo a pesar de que no tiene usted la orden bíblica, ya que estoy seguro de que usted nunca encontrará la felicidad casada con un hombre como ese”.
Si hubiera algún secreto -un secreto cuidadosamente velado- para alcanzar la felicidad humana, sería aquel expresado en un catecismo del siglo que dice: El fin primordial del hombre es el de glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre”. El secreto de la felicidad se encuentra en la obediencia a Dios. ¿Cómo podemos ser felices si no somos obedientes? ¿Cómo podemos ser obedientes si no sabemos a qué obedecer? En resumen, la felicidad no puede ser completamente descubierta mientras permanezcamos ignorantes de la Palabra de Dios.
Dicho sea de paso, el conocimiento de la Palabra de Dios no garantiza que haremos lo que dice, pero cuando menos sabremos lo que deberíamos estar haciendo en nuestra búsqueda de realización como humanos. La cuestión de la fe no es tanto si debemos creer en Dios, como si realmente creemos al Dios en quien creemos.
tomado del libro ‘Cómo estudiar e interpretar la Biblia’
Fuente: http://aldiosnoconocido.blogspot.com

jueves, 21 de diciembre de 2017

Esta es la verdad sobre el encantador de perros Cesar Millan

Millones de televidentes de todo el mundo han visto al entrenador canino Cesar Millan. Este hombre, también conocido como «el encantador de perros», tiene la habilidad no solo de rehabilitar perros problemáticos, sino también de hacerlo con una calma que suele sorprender al propio dueño del animal.
cesar millan
la verdad sobre el encantador de perros Cesar Millan
No importa si el perro es excesivamente agresivo, o si se altera o si se asusta con facilidad; es como si Millan hablara su lenguaje.
Generalmente, el resultado es sorprendente. Sin embargo, Millan no hace milagros; solo usa su conocimiento del comportamiento de las manadas. Él explica que, entre ellos, los perros instintivamente se evalúan para determinar con exactitud cuál es su lugar con respecto al resto del grupo.
Si la inteligencia es la habilidad de usar el conocimiento para lograr un objetivo deseado, esto es lo que hace ese entrenador. Usa su conocimiento de por qué los perros actúan como lo hacen, y así se superan los problemas que impReflexión

las mascotas disfruten a sus amos y viceversa.
En el proceso, creo que este hombre hace algo mucho más importante que entrenar canes; me parece que, en su sabiduría, refleja algunas de las formas en que nuestro Amo trabaja con nosotros. En realidad, también nos podría ayudar a ver a Dios como el «encantador de personas».
La delicadeza de la sabiduría divina. En lugar de gritarnos desde el cielo con enojo y frustración, nuestro Dios sabe cómo aparecer con calma y delicadeza aun en los terremotos, los vientos y los incendios de nuestra vida. En respuesta a nuestras conductas ruidosas, frenéticas y desgastantes, el Señor dice: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» (Salmo 46:10).
El profeta Elías experimentó la voz y el toque tierno de Dios en uno de los peores momentos de su vida. Agobiado por sus esfuerzos para escapar de las amenazas de muerte de Jezabel, la reina de Israel, el profeta llegó al extremo de sentirse tan solo y desilusionado que deseaba la muerte (1 Reyes 19:4). Sin embargo, esos sentimientos de desesperación le dieron a Dios una oportunidad para mostrar Su sabiduría.
En primer lugar, el Todopoderoso se encargó del cuerpo de Elías; renovó la fortaleza física de Su siervo brindándole descanso, alimentos y agua (19:5-8). Después, reavivó su perspectiva espiritual hablándole, no en el bramido del viento, ni en el estruendo del terremoto ni en el rugido del fuego, sino en un «silbo apacible» (19:9-12).
La sabiduría de la delicadeza divina. Otros hombres y mujeres de la Biblia también experimentaron lo que escuchó Elías en la calma de la voz de Dios. Personas con problemas como Abraham, Job, Rut, Rahab, José y el apóstol Pablo descubrieron que, hasta en sus peores situaciones, Dios usaba delicadamente la voz de Su sabiduría para atraer su atención, devoción y confianza.
Recordándonos que no nos pertenecemos a nosotros mismos, Así como el animal necesita comprender su lugar en relación al líder de la manada, nosotros necesitamos descubrir exactamente dónde nos encontramos respecto a nuestro Amo, Proveedor y Protector.
Padre celestial, ayúdanos en este momento a confiar y a actuar de manera que refleje la calma de tu presencia, la paz de saber que tú comprendes y la expectativa de ir a vivir contigo en tu morada para siempre.
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Fuente: biblitodo.com

miércoles, 20 de diciembre de 2017

¿Por qué Dios permite las tragedias? Una respuesta a una pregunta frecuente




ando nos encontramos frente a acontecimientos como los ocurridos en la reciente caída del avión en el cual perdieron la vida la mayoría de los miembros del equipo de la ciudad de Chapecó de Brasil, sus acompañantes y la tripulación de Lamia Corporation, personas correctas que no hacían mal a nadie, nos pueden llevar  a momentos de confusión, dado que en las calles habitan cientos de delincuentes que viven haciendo todo tipo de fechorías sin que nada les pase.
Ahí puede surgir la pregunta,  ¿Por qué Dios permite las tragedias?
La Biblia habla un hombre íntegro que contestó a Satanás de la siguiente manera: “Desnudo vine a este mundo y desnudo saldré de él, sea el nombre de Jehová bendito”, ese hombre fue Job

¿Qué tienen que ver estas palabras con una tragedia? Precisamente que Job se encontraba en la peor tragedia que hombre alguno haya podido experimentar y la razón por la cual Satanás lo sometía a esa prueba era para demostrar que el ser humano sólo ama a Dios cuando las cosas van bien, cuando no permite nada malo en su vida; es decir, el ser humano solo tiene fe en Dios cuando evita las tragedias en nuestras vidas. Ese es el discurso que Satanás usa, y en momentos como esos quiere hacernos creer que Dios es injusto.
Entonces, ¿Quién manda en el mundo? Si tu jefe hace todo lo que le pides y va donde quiera que tú lo envíes, ¿quién es el jefe? ¿él o tú? Si Dios está para hacer todo lo que le ordenamos y le declaramos, entonces ya no sería soberano.
Si podemos hacer que no ocurra nada malo y lograr que todo lo bueno suceda a nuestro favor,  ¿quién es Dios y qué papel cuenta en él mundo? Entonces podría cualquier persona sin importar su convicción hacerle actuar de cualquier manera.
Dios es soberano, y en medio de su soberanía espera que con gratitud, podamos  entender la tragedia y  aunque nos inunden las lágrimas podamos entender que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, y lo que  define Su soberanía es la posibilidad de que cosas que queremos que ocurran debemos pedírselas a él y él que sí es sabio decide si lo hace o no.
Si no existieran esos momentos de dolor y de dificultad, ¿manifestaría el ser humano tanta compasión como cuando sucede un evento de gran magnitud?  Pensemos en la forma en cómo la gente se mueve y se unifica cuando hay una tragedia.
¿Es igual la manifestación de unidad, de amor y de benignidad cuando no la hay?  Seamos sinceros.
El dolor, el sufrimiento, la angustia suelen hacernos preguntar si Dios anda en el avión que se cae, en el carro que choca, en el barco que se hunde. Ahora veamos la pregunta desde otra perspectiva, pensemos en los millones de aviones que no se caen, los miles de carros que no chocan, los barcos que no se hunden que son la gran mayoría, entonces ¿en esos anda Dios? de ser así, por un asunto estadístico tendríamos que decir que Dios hace mucho más cosas buenas que malas.
Dios ha sufrido más que todos nosotros juntos. Él tuvo que ver el sufrimiento de su propio hijo al ser lacerado en una cruz, en medio de la burla, del sufrimiento, del dolor y de la muerte.
Jesús no hizo nada como para merecerlo y sin embargo dijo: “Hágase tu voluntad”, pidió que pasara el sufrimiento, pero aceptó la soberanía de Dios.  Dios nos ama y está presente en medio de todas nuestras tragedias.
Le pido a Dios que dé paz y consuelo a todas las familias de la tierra que en este momento pasan por momentos trágicos, y puedan comprender que Dios permite todas las cosas por un bien para sus hijos

Fuente: Bibliatodo.com 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

¡No hay Dios tan grande como Tú!



Por: Pr. Julio César Barreto /


Por generaciones y generaciones han sido concebidos  por los seres humanos muchísimos dioses, pero yo quiero referirme al Único y Verdadero Dios, al que creó los cielos y la tierra con entendimiento:

Él es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia. (Jeremías 51:15).



¿Hay alguna razón para escribir un Post como este? !Claro que si! Porque siempre están presentes los que ponen en duda la existencia de Dios. Los que niegan al Creador realmente resultan ser insensatos y malagradecidos. Cabe preguntarse ¿Por qué la religión Budista (por citar un ejemplo) niega la existencia del Dios Creador, pero paradójicamente tienen muchas deidades?

Dice el necio en su corazón: no hay Dios (Salmos 14:1; 53:1).
El ateo no es tanto aquel que no cree en la existencia de Dios, sino la persona que quiere a Dios fuera de su vida para luego entronizar a un ídolo.





Definitivamente, no pretendo hoy escribir un tratado apologético acerca del tema, sencillamente quiero y necesito expresarme ante mis lectores y decir con corazón agradecido: ¡No hay Dios tan grande como Tú! ¡Bendito sea mi Señor Jesús!




Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a El sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. (1 Timoteo 1:17).

         

martes, 12 de diciembre de 2017

¿Qué es la predestinación? ¿Es bíblica la predestinación?"




Romanos 8:29-30 nos dice, “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” Efesios 1:5 y 11 declaran, “... en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad.... En Él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de Su voluntad.” Mucha gente tiene gran hostilidad hacia la doctrina de la predestinación. Sin embargo, la predestinación es una doctrina bíblica. La clave es entender lo que significa bíblicamente la predestinación.


Las palabras traducidas como “predestinado” en las Escrituras arriba mencionadas, vienen de la palabra griega “proorizo” que significa “determinar anticipadamente”, “ordenar”, “decidir sobre un tiempo futuro”. Así que predestinación es Dios determinando anticipadamente ciertas cosas que ocurrirán tiempo después. ¿Qué es lo que Dios determinó anticipadamente? De acuerdo a Romanos 8:29-30, Dios predeterminó que ciertos individuos serían conformados a la semejanza de Su Hijo, llamados, justificados, y glorificados. Esencialmente, Dios predeterminó que ciertos individuos serían salvados. Numerosas Escrituras se refieren a los creyentes en Cristo como habiendo sido elegidos. (Mateo 24:2231Marcos 13:2027Romanos 8:339:1111:5-7,28Efesios 1:11Colosenses 3:121 Tesalonicenses 1:41 Timoteo 5:212 Timoteo 2:10Tito 1:11 Pedro 1:1-22:92 Pedro 1:10) La predestinación es la doctrina bíblica de que Dios en Su soberanía eligió a ciertos individuos para ser salvos.



La objeción más común hecha a la doctrina de la predestinación es que es injusta. ¿Por qué Dios escogería a ciertos individuos y a otros no? El punto más importante que debemos recordar es que ninguno de nosotros merecemos ser salvados, porque todos hemos pecado (Romanos 3:23) y todos merecemos el castigo eterno (Romanos 6:23). Como resultado, Dios sería perfectamente justo en dejar que pasemos una eternidad en el infierno. Sin embargo, Dios generosamente decidió salvar a algunos de nosotros. Él no está siendo injusto con aquellos que no eligió porque ellos reciben lo que merecen. El hecho de que Dios fuera clemente con algunos, no lo hace injusto para con los otros. Nadie merece nada de Dios, por lo tanto nadie puede objetar si no recibe algo de Dios. Una ilustración sería el que yo regalara dinero a 5 personas de entre un grupo de 20. ¿Las 15 personas que no recibieron dinero, estarían molestas? Probablemente sí. ¿Tendrían razón para estar molestas? No. ¿Por qué? Porque yo no le debía dinero a ninguno de ellos. Simplemente decidí ser generoso con algunos.



Si Dios elige quién es salvo, ¿no mina eso nuestro libre albedrío de elegir y creer en Cristo? La Biblia dice que tenemos la libertad de elegir – todo lo que tenemos que hacer es creer en Jesucristo y seremos salvos (Juan 3:16Romanos 10:9-10). La Biblia nunca describe a Dios rechazando a alguno que cree en Él o alejando a alguien que lo haya estado buscando (Deuteronomio 4:29). De alguna manera, en los misterios de Dios, la predestinación trabaja mano a mano con una persona que es conducida por Dios (Juan 6:44) y cree para su salvación (Romanos 1:16). Dios predestina a quien será salvado, y debemos elegir a Cristo para ser salvados. Ambos factores son igualmente verdaderos. Romanos 11:33 proclama, “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios, e inescrutables Sus caminos!”

Fuente: gotquestions.org


martes, 5 de diciembre de 2017

¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?


 El bautismo del Espíritu Santo puede ser definido como la obra mediante la cual el Espíritu de Dios coloca al creyente, al momento de la salvación, en unión con Cristo y en unión con otros creyentes en el Cuerpo de Cristo. 1 Corintios 12:12-13 y Romanos 6:1-4 son los pasajes centrales en la Biblia donde encontramos esta doctrina. 1 Corintios 12:13 dice, “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” Romanos 6:1-4 dice: “¿Qué pues diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” Aunque Romanos 6 no menciona específicamente el Espíritu de Dios, sí describe a los creyentes posicionalmente delante de Dios y 1 Corintios 12 nos dice cómo sucede esto.

Son necesarios tres factores para buscar lo que nos ayude a concretar nuestra comprensión del bautismo del Espíritu. Primero, 1 Corintios 12:13 dice claramente que todos hemos sido bautizados, así como también se nos dio a beber de un mismo Espíritu (la morada del Espíritu). Segundo, en ninguna parte de la Escritura se exhorta a los creyentes a ser bautizados con / en / por el Espíritu. Esto indica que todos los creyentes han experimentado este ministerio. Por último, Efesios 4:5 parece referirse al bautismo del Espíritu. Si este es el caso, el bautismo del Espíritu es una realidad en cada creyente, al igual que lo son “una fe” y “un Padre.”

En conclusión, el bautismo del Espíritu Santo hace dos cosas, (1) nos une al Cuerpo de Cristo, y (2) realiza nuestra co-crucifixión con Cristo. El estar en Su cuerpo significa que somos resucitados con Él a una vida nueva (Romanos 6:4). Debemos entonces ejercitar nuestros dones espirituales para mantener funcionando ese cuerpo apropiadamente como se nos dice en el contexto de 1 Corintios 12:13. El experimentar el bautismo de un mismo Espíritu sirve como base para guardar la unidad en la iglesia, como está en el contexto de Efesios 4:5. Estando asociados con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección a través del bautismo del Espíritu, establece las bases para estar conscientes de nuestra separación del poder perseverante del pecado y nuestro caminar en una vida nueva (Romanos 6:1-10Colosenses 2:12)

Fuente: gotquestions

Libres de la aflicción