sábado, 31 de enero de 2015

Kirk Franklin: “La sub-cultura cristiana me hizo dudar de Dios"

En un artículo, el compositor de Gospel se muestra crítico con “la apariencia de perfección y felicidad” de las iglesias que parecen un “club cristiano”.

 AUTOR: Redacción P+D ESTADOS UNIDOS 

                      


 El músico y compositor Kirk Franklin ha publicado en un blog de la revista Patheos su experiencia personal con respecto a los estándares en las iglesias cristianas en Estados Unidos.

 Franklin, que es uno de los autores de música gospel contemporánea más reconocidos en los últimos años, cuenta que confió “en Cristo como mi salvador a los quince años”. Entonces notó que había algo en el ambiente de la iglesia “que me hizo sentir como si me hubiese quedado fuera de algún tipo de club privado”. Dice Franklin que le daba la sensación de que en ese lugar “las personas estaban aprendiendo un idioma” peculiar, “ya fuera saludando al pastor o usando frases que parecían sacadas de un manual para principiantes cristianos”. 


El músico explica que le parecía que las personas parecían haber aprendido comportamientos, y que él no encajaba. “No siempre sabía decir cuál era mi versículo favorito de la Biblia, y no entendía por qué todo el mundo parecía tan perfecto y feliz”, explica. Esta sensación le llevó a cuestionarse “si Dios era real. ¿Era su Palabra verdad? Yo parecía muchas veces más un hereje que parte del club cristiano”. Con el paso del tiempo, reconoce que sentirse fuera de lugar es algo con lo que ha aprendido a vivir. “Siento que estoy de viaje, a veces enfrentando preguntas, confusión... Días de miedo pensando en mi futuro. Me he preguntado por qué Dios parece impasible cuando los escépticos y quienes se burlan de él se hacen cada vez más fuertes”, confiesa. Pero “he entendido que no es en mis acrobacias espirituales, o en la frase de moda que se cante en la iglesia” donde está lo importante, sino “en la duda, el camino, el esfuerzo y el fracaso, las preguntas y las lágrimas, en la danza y en la calma”. “Estoy enamorado del amante del universo, no de la subcultura cristiana”, concluye, “y creo que eso es lo correcto”. “No sientas que la experiencia del cristianismo es una forma de vestir, hablar, alabar, cantar, o hasta vivir. Incluso puedes sentirte inferior o que no llegas al estándar – pero quiero decirte que lo que importa es tu corazón”. Para Franklin, la experiencia cristiana está en “un corazón que se consume en el lugar donde sólo Dios ve, donde no puedes esconder quién eres”. “Si no encajas con la gente de la iglesia, no eres capaz de citar versículos de la Biblia, si estás en la cárcel o acabas de salir, si estás tatuado de la cabeza hasta los pies o tienes un piercing en la nariz... No te preocupes. Los hombres no somos la norma, sino que Dios lo es”, concluye.

Fuente: Protestante Digital
Editado por: ARP (Ágape Radio Producciones).



viernes, 30 de enero de 2015

La primera mujer de Stephen Hawking acaba de publicar en España 'Hacia el infinito'



  • La primera mujer de Stephen Hawking acaba de publicar en España
    'Hacia el infinito', el libro de memorias en el que narra los 25 años 
    de matrimonio con el célebre astrofísico.

    En una entrevista con EL MUNDO, revela que, paradójicamente, 
    la fe religiosa fue el pilar fundamental que le ayudó a cuidar de su 
    marido ateo.





«¡Por favor, Señor, que Stephen esté vivo!». Atrapada en un agujero negro de terror y angustia cuando le comunicaron por teléfono que su marido, el científico más famoso del mundo, estaba al borde de la muerte, Jane Hawking susurró en voz baja esta desesperada plegaria. Como tantas otras veces, se aferró a Dios, ese Dios en el que ella siempre creyó «para resistir y mantener la esperanza» frente al ateísmo ferviente de su esposo enfermo, que despreciaba e incluso se burlaba de sus «supersticiones religiosas», porque «la única diosa de Stephen Hawking es y siempre fue la Física».
La desgarradora escena -narrada por Jane Hawking en Hacia el infinito (ed. Lumen), su libro de memorias recién publicado en España- tuvo lugar hace casi 30 años en Ginebra. Fue en el verano de 1985 cuando una neumonía virulenta dejó al profesor Hawking en coma y estuvo a punto de matarlo, mientras participaba en una escuela de verano en el CERN. Hasta tal punto fue así, que los médicos suizos le dieron a entender a Jane que no había nada que hacer, y que si ella les daba su autorización, desconectarían la respiración artificial que mantenía vivo a su marido para dejarle morir con el mínimo dolor posible. Jane, sin embargo, se negó en redondo: «Desconectar el respirador era impensable. ¡Qué final más ignominioso para una lucha tan heroica por la vida! ¡Qué negación de todo por lo que también yo había luchado! Mi respuesta fue rápida: Stephen debe vivir».
Sthephen y Jane Hawking durante su noviazgo.
La situación era tan dramática que los médicos no tuvieron más remedio que llevar a cabo una traqueotomía, una operación que le salvó la vida al científico pero también le dejó sin habla, obligándole desde entonces a comunicarse con la legendaria voz robótica de su sintetizador. En todo caso, Jane no se equivocó cuando tomó la decisión de mantener vivo a su marido a toda costa: tres décadas después, el infatigable astrofísico acaba de cumplir 73 años el pasado 8 de enero, sigue en activo escribiendo libros superventas y dando conferencias multitudinarias, no para de viajar por todo el mundo, y su extraordinaria vida acaba de llevarse a la gran pantalla en La teoría del todo, la película nominada para los Oscar que se estrenó el pasado viernes en España.
Sin embargo, lo que no resistió el paso del tiempo fue su matrimonio con Jane, en cuyas memorias se basa el guión del filme. Hacia el infinito es una montaña rusa de emociones fuertes que relata la impresionante odisea de amor y desamor, felicidad y sufrimiento, éxtasis y miseria del brillante genio ateo y su admirable mujer creyente, divorciados desde 1991, cuando el astrofísico dejó a Jane por Elaine Mason, una de sus enfermeras.
Cuatro meses después de que EL MUNDO publicara una entrevista exclusiva con el profesor Hawking realizada en Tenerife, este periódico ha viajado hasta Cambridge para dialogar con la heroína oculta de su historia. La mujer que -como reconoce el astrofísico en su propia autobiografía, Breve Historia de mi vida (ed. Crítica)- le dio «un motivo para vivir» cuando le diagnosticaron su cruel enfermedad degenerativa a los 21 años, y se ocupó de cuidarle durante un cuarto de siglo hasta su tormentoso divorcio.
«Quiero que hagamos toda la entrevista en español», nos dice Jane con un entrañable acento British, nada más abrirnos la puerta de su acogedora casa y ofrecernos de inmediato la clásica taza de té. La primera mujer de Hawking habla con gran elocuencia el idioma de sus poetas favoritos, Lorca y Neruda, ya que desde su adolescencia, cuando sus padres le llevaron de vacaciones a España, se quedó hipnotizada por nuestra cultura. A pesar de haber tenido que cuidar de su marido discapacitado durante 25 años, además de criar a los tres hijos que tuvieron en común, Jane también logró licenciarse en Filología Hispánica por la Universidad de Londres y (aunque tardó 13 años) consiguió terminar una tesis doctoral sobre la poesía medieval de la Península Ibérica, que analizó en profundidad las jarchas de la España musulmana.
Stephen y Jane Hawking durante su boda, en 1965.
«Fue precisamente en Granada cuando me di cuenta de que me había enamorado de Stephen», recuerda Jane con el brillo de la nostalgia en sus ojos, rodeada de las múltiples flores que decoran la terraza cubierta de su casa en Cambridge. «Después de terminar la carrera, pasé un verano viajando por España y estuve mucho tiempo en La Alhambra. Me senté en los jardines del Generalife, pensando mucho sobre mi vida, y me di cuenta de que verdaderamente estaba enamorada de Stephen porque no quería estar allí, en el lugar más romántico del mundo, sino que quería volver a Inglaterra para estar con él».
Jane había conocido a Stephen el primer día de 1963, en una fiesta de Año Nuevo que se celebró en casa de unos amigos en Saint Albans, una ciudad romana cerca de Londres donde vivían sus familias. Allí se fijó en un joven con el pelo alborotado, una chaqueta negra de terciopelo y una excéntrica pajarita roja que no paraba de hacer bromas sobre sus desastrosos exámenes finales en Oxford (por aquel entonces a Hawking, aunque siempre fue brillante, le gustaba mucho más salir de fiesta que estudiar). Fue precisamente aquel sardónico sentido del humor, hoy tan conocido en todo el mundo, lo que le fascinó a la joven Jane: «Conseguía verle el lado gracioso a todo y pensé que era alguien con quien podía entenderme. Parecía un poco tímido, como yo, pero tenía ese gran sentido del humor, que me atraía mucho».
El flechazo fue mutuo, pero tan sólo un mes después, Jane se enteró de que aquel chico que le gustaba tanto había recibido la noticia más dramática imaginable. Tras empezar a tropezarse continuamente sin ningún motivo aparente, e incluso sufrir serias dificultades hasta para atarse los cordones de los zapatos, los médicos le diagnosticaron la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), un trastorno neurodegenerativo que generalmente suele condenar a sus víctimas a una esperanza de vida de dos o tres años como mucho.
A Jane, sin embargo, la tremenda noticia no enfrió su atracción por Hawking, sino todo lo contrario. «Era un desafío, pero yo creía que juntos podríamos vencer a la enfermedad», recuerda. «Yo era muy joven, y cuando uno es muy joven, no piensa en la muerte. La muerte está ahí para superarla, y yo estaba segura de que íbamos a ganar la batalla. Estábamos enamorados, en un estado de euforia. Decidimos casarnos, y la verdad es que no pensábamos mucho en la enfermedad. Aún éramos lo bastante jóvenes para ser inmortales».
Así, la valiente pareja se embarcó en una aventura matrimonial que les llevó a saborear las mieles del triunfo académico de Hawking, cuyos éxitos científicos le llevaron a convertirse en poco tiempo en uno de los astrofísicos más respetados del planeta. Mucho antes de que se convirtiera en una estrella mundial mediática a mitades de los 80 -tras la publicación de su mítico libro superventas, Historia del Tiempo- los trabajos de Hawking sobre los agujeros negros le transformaron en una de las figuras más prestigiosas de su disciplina con sólo 28 años. «Yo siempre supe que era un genio y que iba a triunfar en la ciencia», asegura Jane.
Stephen y Jane Hawking en 1974, cuando el astrofísico ingresó en la Royal Society británica.
Pero hasta que llegó la época de losbest-seller, los contratos multimillonarios, el glamour de los flashes y el amplio ejército de enfermeras con el que Hawking cuenta en la actualidad las 24 horas del día, fue Jane la que -prácticamente sola y sin ayuda de nadie- se ocupó no sólo de su marido enfermo, sino de sus tres niños: Robert, Lucy y Tim.
Conforme avanzaba la cruel enfermedad de su marido, más dependiente se volvía de ella, y más duro era el desafío de bañarle, asearle, vestirle y darle de comer cucharada a cucharada al brillante cerebro con el cuerpo paralizado. Cuando le pregunto a Jane cómo soportó este calvario, su respuesta desvela la gran paradoja del matrimonio Hawking: la clave de su resistencia fue precisamente la fe en ese Dios rechazado por las teorías cosmológicas del profesor Hawking.
«Yo entendía las razones del ateísmo de Stephen, porque si a la edad de 21 años a una persona se le diagnostica una enfermedad tan terrible, ¿va a creer en un Dios bueno? Yo creo que no», admite Jane. «Pero yo necesitaba mi fe, porque me dio el apoyo y el consuelo necesarios para poder continuar. Sin mi fe, no habría tenido nada, salvo la ayuda de mis padres y de algunos amigos. Pero gracias a la fe, siempre creí que iba a superar todos los problemas que me surgieran».
Cuando me explica la importancia crucial de la religión en su vida, no me resisto a enseñarle la portada de EL MUNDO en la que publicamos nuestra entrevista con su ex marido, cuyo titular fue: «El milagro no es compatible con la ciencia». En cuanto lee estas palabras, Jane esboza una sonrisa irónica y dispara: «¿Dijo eso? Pues tiene gracia, porque yo creo que es un milagro que él siga vivo. Es un milagro de la ciencia médica, de la determinación humana, son muchos milagros juntos. Para mí es muy difícil explicarlo».
Stephen Hawking con sus dos primeros hijos en 1970.
De hecho, la ex mujer de Hawking cree que, con el tiempo, el ateísmo del astrofísico se volvió progresivamente más radical, mientras ella necesitaba aferrarse cada vez más a sus creencias religiosas, y éste fue uno de los factores fundamentales que les distanció y erosionó su matrimonio. En su libro, Jane escribe que mientras Stephen «se mofaba» de la religión, ella «necesitaba fervientemente creer que en la vida había algo más que los meros hechos de la leyes de la Física y la lucha cotidiana por la supervivencia», porque el ateísmo de su marido «no podía ofrecer consuelo, bienestar ni esperanza respecto a la condición humana». En medio de esta tensión creciente, el tremendo esfuerzo físico y psicológico de cuidar de su marido y los niños fue «minando mi optimismo», recuerda Jane, y la «falta de comunicación» de un hombre enfermo y «casado con la Física» le llevó a una situación límite: «Sólo pensar en mis hijos me impedía arrojarme al río... rezaba por recibir ayuda con la desesperada insistencia de una potencial suicida».
Fue entonces cuando una amiga le animó a que se uniera al coro de su parroquia local para poder distraerse del infierno en el que se estaba convirtiendo su propio hogar, y así es como conoció a Jonathan Hellyer Jones, el organista y director del coro del que se enamoró y que acabó convirtiéndose en su marido tras divorciarse de Hawking. Jonathan -un hombre viudo que había perdido a su mujer por una leucemia y que, como Jane, era creyente- se convirtió no sólo en un amigo y confidente, sino en el apoyo vital que Jane necesitaba para seguir cuidando de Hawking y sus hijos. Fue gracias a Jonathan, escribe Jane, que durante años «pude mantener la cordura, desahogar mis penas y sentirme querida».
Felicity Jones y Eddie Redmayne, junto a Jane y Stephen Hawking en el estreno de 'La teoría del todo'.
En su propia autobiografía, sin embargo, el astrofísico habla con dureza de una relación a la que en principio no se opuso porque entendía que a Jane «le preocupaba que yo muriera pronto, y quería que alguien los mantuviera a ella y a los niños cuando yo no estuviera». Pero con el tiempo, el profesor Hawking confiesa que «fui sintiéndome más infeliz por la relación cada vez más estrecha que existía entre Jane y Jonathan. Al final no pude aguantar más la situación y en 1990 me mudé a un piso con una de mis enfermeras, Elaine Mason».
Cuando le pregunto a Jane por la versión que da su marido de este doloroso episodio, su tensa respuesta refleja hasta qué punto las heridas de aquella dramática ruptura no han cicatrizado del todo: «Sólo diré una cosa: si Jonathan no hubiera entrado en mi vida, yo me hubiera suicidado».
Pero a pesar de todo, las memorias de Jane tienen un final feliz. Desde que Hawking se divorció de Elaine Mason en 2007, Jane se ha reconciliado con su ex marido y ahora son frecuentes los encuentros de la antigua pareja con sus tres hijos. Aunque hoy le sigue reprochando que «nunca me ha agradecido nada», su libro finaliza con un emotivo homenaje al genio que, sobre todo gracias a ella, se convirtió en el científico más famoso del mundo, e incluso logró cumplir su sueño de volar en gravedad cero: «Su sonrisa mientras flotaba en ingrávida liberación me conmovió profundamente, y me indujo a reflexionar sobre el gran privilegio que fue viajar con él, aunque fuera una corta distancia, hacia el infinito».

jueves, 29 de enero de 2015

Zamperini, el cristiano que asombró a Angelina Jolie



Louis Zamperini
Autor: Pedro Tarquis (Protestante Digital).

Habla José de segovia de "Invencible", film de Angelina Jolie sobre Louis Zamperini. atleta de EEUU, record en las Olimpiadas de Berlin ante Hitler. En la II Guerra Mundial cayó al Pacífico, sobrevivió 47 dias en un bote. Fue torturado dos años por los japoneses.




Louis Zamperini

miércoles, 28 de enero de 2015

Seguir o no Sus Instrucciones es la gran diferencia

El Piloto de un avión tiene un plan de vuelo, el Capitán de un Crucero, tiene una Carta de navegación, un Explorador cuenta con mapas y un Gps, brújula, etc. El creyente ha sido dotado con instrucciones dadas por el Señor Jesús. Cada discipulo del Señor debe guiarse fielmente por esas instrucciones. El éxito o no de nuestra misión en esta tierra, dependerá en buena medida de que obedezcamos o no sus instrucciones. A Dios sea la gloria.

 "Clic" aquí para escuchar el audio de este tema:

 

martes, 27 de enero de 2015

El Holocausto 70 años después


Este 27 de enero se celebra el Día en Recuerdo del Holocausto. Hace siete décadas llegaba la liberación para los pocos que sobrevivieron al exterminio en los campos de concentración.
AUTOR Redacción P+DVanesa Moreno ESPAÑA 

Supervivientes del campo de concentración de Auschwitz. / Archivo

El 27 de enero se eligió especialmente como fecha de recuerdo del Holocausto debido a que hace exactamente 70 años el ejército soviético consiguió liberar el mayor campo de concentración y de exterminio nazi de Auschwitz.


Según palabras de Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas, el propósito de este día es el de “hacer algo más que recordar y velar por que las nuevas generaciones conozcan esa parte de la historia, más bien, aplicar las lecciones del Holocausto al mundo actual y hacer cuanto podamos para que todos los pueblos gocen de la protección y de los derechos por los cuales luchan las Naciones Unidas”.


En este y otros campos de concentración y exterminio, los nazis eliminaron a millones de personas. Seis millones de judíos, un millón de gitanos, y otros grupos y etnias que eran transportadas a estos escenarios de una crueldad que se fraguó en una sociedad moderna.


A lo largo de la semana en todo el mundo se realizan diferentes eventos y actividades. Muchas en recuerdo de las víctimas, pero también para destacar la vida de personas que se rebelaron contra la barbarie que veían. Setenta años después nos lleva a una reflexión sobre nuestra capacidad para convertir la compasión hacia los demás en acciones decisivas y heroicas en tiempos de necesidad.





OSKAR SCHINDLER


En 1982, se publicó “El arca de Schindler”, una novela que dio a conocer al mundo entero a Oskar Schindler, un empresario alemán con gran poder económico que salvó a cientos de judíos de una muerte segura en las cámaras de gas creadas por los nazis.


Oskar Schindler fue un habilidoso hombre de negocios que tenía una facilidad innata para hacer contactos y acuerdos entre personas situadas en altos cargos y pronto pudo hacerse un hueco en la alta sociedad alemana. Gracias a esto, pudo abrir una fábrica durante la Segunda Guerra Mundial cuyos trabajadores eran judíos.


Oscar schindler



En aquella época los judíos vivían amenazados, al borde de la muerte y se encontraban en los campos de concentración controlados por los nazis. Aquellos que tuvieron la suerte de trabajar con Schindler, trabajaban durante el día en la fábrica y por la noche volvía en tren a los campos de concentración.


En un principio, parece ser que la intención de Oskar al contratarlos para su negocio era únicamente económica, debido a que la mano de obra de estos resultaba ser mucho más barata. Sin embargo, el trato diario con ellos hizo que aquella fábrica se convirtiera, más que en un lugar de trabajo, en un refugio para salvar la vida de muchos.


El propio Schindler fue testigo de los horrores y desgracias que los nazis cometían contra los judíos, lo que provocó que se determinara firmemente por sacar de aquel infierno a cuantos más judíos, poniendo en riesgo su propia vida. Tal fue su cambio de mentalidad, que Schindler, perteneciente al Partido Nazi, pasó a negociar con el coronel Goeth, pagando cierta cantidad de dinero por cada judío y con la ayuda de Itzhak Stern, un magnífico contable judío, elaboraron una lista con cada uno de los nombres de los hombres, mujeres y niños que lograron escapar de las garras de la muerte.


El magnate de los negocios prácticamente llegó a la bancarrota debido a que su intención última era la de mantener a cuantos más judíos posibles con vida más que sacar beneficios con la fábrica. Pese a que al principio en la fábrica elaboraban utensilios de cocina, después empezaron a crear artefactos para la guerra, pero el propio Schindler dio órdenes para que algunas de las balas que fabricaran tuvieran defectos de fabricación. En un descubrimiento reciente, se ha encontrado que la lista se componía de 13 páginas con los nombres y nacionalidades de 801 personas. Se cree que en total Schindler salvó alrededor de 1100 personas.





EL CRISTIANISMO Y LA IDEOLOGÍA NAZI


Aún existe mucha controversia a la hora de tratar el tema de cuáles fueron las posturas que adoptaron los cristianos alemanes frente al nazismo. Lo cierto es que tanto católicos como protestantes apoyaron a Hitler durante su mandato, y es que muchos consideraban el nazismo un movimiento cristiano. Es más, los propios soldados nazis llevaban hebillas en las que se leía “Dios es con nosotros”.


Karl Barth, un importante teólogo suizo que se vio obligado a abandonar Alemania debido a que se negó a prestar juramento a Hitler, afirmó: “La Iglesia evangélica casi unánimemente dio la bienvenida al régimen de Hitler, con auténtica confianza, incluso con las más altas esperanzas”.


El propio Barth estuvo firmemente en contra de asociaciones cristianas como la “Deutsche Christen”, un grupo de presión cuyo objetivo era el de alinear el protestantismo alemán con los principios nazis. El símbolo de los “Deutsche Christen”- en español traducido como “Cristianos Alemanes”- era una cruz con una esvástica en el centro y las iniciales “D” y “C”. Para fomentar el sentimiento antisemita entre los cristianos en Alemania, solían afirmar continuamente que los judíos habían sido los culpables de haber matado a Cristo. Sin embargo, pese a que la mayoría cristiana apoyó al régimen, fueron varios los que se levantaron en contra de Hitler.

Dietrich Bonhoeffer

Este es el ejemplo del pastor Dietrich Bonhoeffer que luchó contra el nazismo conjuntamente con el ya mencionado Barth, el pastor luterano Martin Niemöller y otros opositores a Hitler, creando la “Iglesia Confesante”, que se oponía a las políticas antisemitas del régimen nazi. Bonhoeffer fue arrestado y permaneció en distintas cárceles alemanas y varios campos de concentración durante dos años, hasta que el 9 de abril de 1945 fue asesinado en la horca. Según un testigo, sus últimas palabras fueron: “Este es el fin, para mí el principio de la vida”.








































Editado por: Julio César Barreto (Ágape en la radio Producciones).
















 

lunes, 26 de enero de 2015

Cada puerta una Perla

                             



¿ DE QUÉ ESTÁ HECHA TU PERLA?
“Dios me hizo fértil en la tierra de mi aflicción” (Gén. 41:51) “Las doce puertas eran doce perlas” (Apc. 21:21:)
En una ocasión el Doctor Edward Sullivan usó como texto de su predicación el que dice: “cada puerta una perla”. Cada entrada a la vida celestial es una perla, ¿qué es una perla? El marisco se hace una herida con un grano de arena, y el grano queda metido en la llaga. Se ponen en función todos los recursos para sanar la herida, cuando queda sana y el proceso de reparación termina, es una perla lo que cierra la herida.
El sufrimiento hace aparecer recursos insospechados en una ostra y el resultado es una belleza que no se puede obtener de ninguna otra manera.


¡LA PERLA ES UNA HERIDA CICATRIZADA, SI NO HAY HERIDA, NO HAY PERLA!
A continuación Sullivan mostró de qué modo los infortunios de nuestra vida pueden ser transformados en bendiciones, las heridas en perlas preciosas de gran valor. Aún una desventaja muy dolorosa, puede ser una potencia salvadora. Este mismo predicador, relata la historia de Nidia, la florista ciega de “Los últimos días de Pompeya”. Su ceguera no la amargó, ni la hizo aislarse del mundo, ni quedarse sentada en su casa: ¡salió a enfrentar la vida!
Ganaba su sustento en la mejor forma posible. Entonces llegó el día terrible de la erupción del Vesubio, que sumió a la ciudad en tinieblas de medianoche bajo una espesa mortaja de humo y cenizas.

Pompeya

Los aterrorizados habitantes corrían a ciegas de un lado a otro, perdidos en la horrorosa negrura. Pero Nidia no se perdió.
Debido a la desventaja de la ceguera había aprendido a caminar guiada por el tacto y el oído, de modo que podía ir directamente a rescatar a su amado. Por haber aprendido a caminar con rapidez y seguridad en la oscuridad de su ceguera, había transformado su desventaja en un tesoro, en una enviada de Dios para la hora oscura.
“Cada puerta, una perla”. Cada infortunio, cada fracaso, cada pérdida, puede transformarse. Dios tiene poder para transformar las desgracias en mensajeros Suyos. De este modo, Jesús transformó la Cruz, símbolo de vergüenza criminal, en símbolo del amor de Dios. Una herida transforma al Pedro que niega a Jesús, en un hombre intrépido, en una verdadera roca. “Si no hay herida no hay perla”. De los embates de la vida pueden venir nuestras más ricas recompensas.

¿DE QUÉ ESTÁ HECHA TU PERLA?......
¿CUÁL ES EL SUFRIMIENTO QUE CONTÍNUAMENTE AZOTA TU VIDA?....
¿Recordais a Pablo? Tenía un aguijón en su carne, no sabemos a ciencia cierta qué era; pero sí que era lo suficientemente doloroso como para calificarlo ¡un mensajero de Satanás que me abofetea! Fuerte, ¿no?.....
Dice el Gran Apóstol, que por tres veces pidió a Dios que se lo quitara y.... las tres veces escuchó la misma respuesta por parte del Señor: “BÁTATE MI GRACIA”.
No nos es fácil aceptar esta respuesta del Señor pero como decía Sullivan: “CADA PUERTA UNA PERLA, SI NO HAY HERIDA NO HAY PERLA”.
¿Habéis observado alguna vez a alguien, alguna persona que por alguna razón que desconocemos es “preciosa” como una perla?.... Seguro, esa persona ha sido pulida, probada, madurada y perfeccionada en la escuela del sufrimiento.

De los embates de la vida pueden venir nuestras más ricas recompensas. Es absolutamente cierto, pero ¡qué maravilloso es comprobar que Su gracia es más que suficiente para toda nuestra debilidad! y así, día a día, si nos dejamos moldear por el Señor, terminaremos siendo esa perla preciosa, en palabras de aquel viejo himno infantil: “su corona adornando”.
Nunca olvidemos lo que alguien escribió una vez: “el que la vida muela a un hombre o lo pula depende del material con que está hecho”.
¿De qué material estás hecho?.... ¡Que Dios nos ayude a ser barro moldeable en manos del Gran Alfarero para llegar a ser vasos nuevos llenos hasta el borde y que reflejen Su gloria.
“Yo quiero ser, Señor amante,
Como el barro en manos del Alfarero Toma mi vida, hazla de nuevo,
Yo quiero ser // un vaso nuevo.
¿Te animas a cantarlo conmigo?

Fuente: Beatriz Garrido

Editado por: ARP (Ágape en la radio Producciones
).

viernes, 23 de enero de 2015

El Airbus 380














Acompañeme a entrar a la Cabina del A380 >
http://www.gillesvidal.com/blogpano/cockpit1.htm


Fuentes: Airbus.
Edición: APR - Ágape en la radio Producciones. http://agaperadiotv.blogspot.com/

Niña de 7 años única sobreviviente de accidente aéreo

                               Niña De 7 Años Sobrevive Milagrosamente A Accidente Aéreo. Esta Historia Impacta Muchas Vidas!

EEUU.- Las autoridades estan impactadas por la historia de la niña de 7 años, Sailor Gutzler, quien es la única sobreviviente de un accidente aéreo en el que perecieron el resto de los tripulantes familiares de ella.

Sailor Gutzler, una niña de 7 años de EE.UU., sobrevivió al accidente aéreo de un pequeño avión Piper PA-34 en que murieron el resto de los tripulantes de la avioneta, familiares de ella y caminó 1,6 kilómetros a través del bosque sola, herida, descalza y sin ropa de abrigo para buscar ayuda, informa la cadena NBS News.

De acuerdo con los medios locales el accidente, ocurrido en el estado de Kentucky, se cobró la vida de cuatro personas: el padre de la niña, Marty Gutzler, de 48 años, su esposa, Kimberly Gutzler, de 46, la hermana de Sailor, Piper Gutzler, de 9 años, y su prima Sierra Wilder, de 14.
"Un milagro"
Las autoridades consideran la supervivencia de esta niña como un milagro.
La manera en que la persona más joven del avión logró salir con vida también impactó a muchas personas como Trooper White, quien tiene una hija de 8 años.
"Cuando esta noche vi ...lo que parecía ser una niña de 7 años que había caminado a través de este denso bosque en un terreno muy escabroso, en condiciones muy malas y que había logrado sobrevivir", dijo, "este realmente es un milagro".



Fuentes: Noticias Cristianas Me.
Editado por: ARP - Ágape en la radio Producciones.

Libres de la aflicción