jueves, 22 de enero de 2015

La Calumnia y la Difamación


             


Por: Pr. Julio César Barreto.


La Difamación:
¿Se ha sentido usted alguna vez acusado por alguien, por sus propios errores? ¿Alguna vez le han calumniado? ¿Alguna vez le han difamado? ¿No? ¡Lo felicito entonces! La Verdad es que esto parece ser muy común en medio de la humanidad. Porque el que digan cosas contra usted o contra mí, pues no debería extrañarnos, porque realmente vivimos en medio de una sociedad que tiene esa tendencia a criticar, a censurar. Algunas veces las cosas que se dicen contra nosotros, contra una persona, vamos a decirlo; fue justificado, está justificado que hablen contra esa persona ¿no? 

En otras ocasiones no lo es así. En el caso de  que los comentarios  que se esten haciendo acerca de  una persona, que eso en realidad sucedió y nosotros le demos cabida a esos comentarios, para propagar entre otras personas lo que le sucedió a "x" o fulano de tal, "x" persona, eso vendría a ser "Difamación".

Es quitarle la buena fama, la reputación que tenga una persona, aprovechando como ocasión sus errores, el que esta persona haya cometido alguna equivocación, haya fallado. Pero como todos en esta vida somos seres humanos, que no hemos alcanzado  todavia la perfección, sobre todo hablando estoy de los que  ya han depositado sus vidas en Cristo Jesús como nuestro Señor y nuestro salvador, nosotros como creyentes tenemos nuestra mirada puesta hacia el autor y consumador de nuestra fe, a Él  le estamos mirando, su modelo estamos siguiente.

Pero en este transitar, en este seguir las pisadas de Jesús, no está exento que cometamos algún error en nuestra vida: ¿Y por qué no? ¡algunos errores!. ¡Nadie está exento de eso!. ¿Pero qué sucede?  Y ¿Cuál es el tema que en este momento quiero tratar con mis  amables oyentes? He observado que hay personas que cuando ven que otra comete un error, parece que llevan cierta complacencia en murmurarlo, en su ambito, (e inclusive entre los propios cristianos), y pues, toman a esa persona y hacen de ella tal como lo dice un proverbio: "Hacen del árbol caido leña". Esto no es bueno, Dios no lo aprueba. Se les olvida a esas personas que ellos también son seres humanos y que ellos no son perfectos, que también estan proclives a cometer errores; hoy pude haber sido yo, mañana puede ser otro, y así sucesivamente.

¿Y qué debemos hacer con estas situaciones que se presentan con la difamación?. En primer lugar la persona que cometió errores debe analizarse, examinarse, y debemos corregir nuestros errores para no seguir permanentemente incurriendo en los mismos, sino que debemos corregirnos porque esto es bueno, porque esto agrada a Dios, esto le glorifica a Él. Debemos acudir al Señor en procura de su perdón, de su restauración  y nosotros mismos estar muy conscientes de que lo que hicimos no debemos reiterarlo, tenemos que corregir, enmendar nuestro camino.

Para las personas que critican, que difaman, la instrucción que hay en cuanto a ese mal es: ¡Dejar de difamar!  Porque la palabra de Dios nos enseña que el amor cubrirá multitud de pecados. No nos enseña el Señor en su Palabra  condenar a nadie. Jesús dijo: Yo no he venido para condenar al mundo, he venido para que el mundo sea salvo por mi. Sí Él (Jesús) que es el Rey de Gloria, El es el Salvador; Bueno: La pregunta pertinente sería: ¿Quienes somos nosotros para que si querramos condenar a los demás?. 


La Calumnia:
Hay otro mal que se llama la "Calumnia" que hasta cierto punto tiene un rostro más feo que el primero, que es la Dimación, Porque la difamación (como lo dije) está basada en hechos que en realidad tienen sustentación, sucedieron, la persona se equivocó, cometió un desliz, pero entonces hay quienes se dedican a publicar por doquiera y a perseguir (inclusive) a esa persona, a cerrarle el paso, a tratar de destruirla en vez de rescatarla que es el llamado que Dios nos hace, porque dice: "Sí ves que tu hermano ha caido, entonces teme tú y restaurale con espíritu de mansedumbre, teniendo temor de ti mismo, no sea que tu también caigas" (Galatas 6:1).

En la Calumnia hay un agravante que lo que se murmura es incierto, es una invención. Y entonces comienza alguien a murmurar acerca de algo que está infundado, pero que se le achaca por ejemplo a cualquier otra persona y así de esa manera destruyen el testimonio de aquella persona que está siendo objeto de una calumnia, y le son de un gran tropiezo, porque sí es una persona que está comenzando en los caminos de Dios y es atacada de esa forma, existe un alto porcentaje de probabilidad de que esa persona no quiera seguir más a Jesús, no quiera seguir  los caminos del Señor, porque una voz en su mente le dice: ¡Mira,  sí  así son los cristianos, ve como difaman, ve como calumnian! ¿Qué haces tu allí? ¡Mejor te quedas como estabas!. ¡Claro!, esto no justifica. ¡Nada justifica que nos apartemos de Jesús!, pero, solo estoy trayendo esto a colación  porque han habido casos. Y es lo que Dios no quiere. Él dice: ¡Ay! de aquel por quien vienen los tropiezos.

Nosotros debemos más bien ser muy cuidadosos y poner en práctica las enseñanzas del Maestro, las enseñanzas del Señor Jesús que están en su libro la Santa Biblia. Debemos amar a nuestro prójimo, debemos cuidar de nuestros hermanos en la fe. Sí vemos que estan difamando a alguien, debemos abstenernos de formar parte de esa "Bola de nieve" que va rodando, va corriendo y que amenaza con destruir el testimonio de una persona, lo desanima. Inclusive se dan  ocasiones (en casos más extremos) en que algunas personas llegan al borde del suicidio porque les han hecho mucho daño moral, que también se refleja en lo espiritual.  Así que amables; que Dios nos bendiga, nos ayude, y que verdaderamente refrenemos nuestra lengua, y que tengamos plena conciencia  de lo que Dios nos ha instruido en su Palabra: "Amarás al Señor tu dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente  y con todas tus fuerzas  y el segundo es semejante ; amarás a tu prójimo como a ti mismo". 

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