martes, 31 de marzo de 2020

La cuarentena despierta la creatividad en las iglesias evangélicas

Diversas iniciativas, potenciadas por la red, muestran la vitalidad evangélica en los primeros días del enclaustramiento obligatorio por el coronavirus.

Momentos de oración a través de Zoom. / EOPT, Carlos Fumero,





DANIEL HOFKAMP

Las iglesias evangélicas asumen que el tiempo en cuarentena supone un desafío para el que la creatividad es un factor indispensable. Oración y atención pastoral online, talleres, cultos en streaming e incluso el humor son respuestas de los evangélicos en España a la crisis del coronavirus.

El culto dominical, en casa y en las redes

La limitación de movimientos decretada el sábado llevó a que muchas iglesias preparasen un culto a través de las redes sociales. Mientras las Asambleas de Hermanos facilitaban una guía para la retransmisión y Asambleas de Dios montaba un seminario sobre retransmisiones online en la plataforma Zoom (con más de 130 participantes). Las iglesias bautistas de UEBE también se volcaron. “Ayer casi unas 40 iglesias de UEBE compartieron sus cultos online, streaming o por whatsapp -comenta Daniel Banyuls, secretario general de la unión bautista-. Nunca se había hecho eso y tiene su carácter histórico. Eso demuestra que hay cambios en el aprovechamiento tecnológico”.
“El enfoque está puesto en la oración, el cuidado, la formación y el culto familiar”
Otros han aprovechado el domingo para potenciar el culto familiar. Así nos lo explica Marcos Zapata, pastor de la Iglesia Buenas Noticias de Lugo, que aprovechan el funcionamiento regular de la iglesia en células para que todos los miembros estén cuidados durante este tiempo. “Hemos confeccionado un documento de crisis para la pastoral de la iglesia, aun estando todos en casa. El enfoque está puesto en la oración, el cuidado, la formación y el culto familiar. Para ello usamos wasap como medio de comunicación, por ser directo y rápido”, explica. 
Maxi Álvarez, pastor de Buenas Noticias en Ourense, comentaba que “la primera gran lección que quizás nos dejará esta crisis es que la Iglesia no es un lugar. Quizás aprendamos que no podemos seguir siendo templocéntricos ni cultocéntricos. El centro es Jesús, lo importante es la gente”.
En Salamanca, la iglesia evangélica de Hermanos situada en Paseo de la Estación también tuvo su culto online. “Fue un trabajo intenso y urgente, pero pudimos aprovechar la experiencia de varios hermanos en el manejo de la edición de vídeo y el uso de Youtube. ¡De hecho alguno estaba realmente feliz de poder usar esas habilidades más bien lúdicas para servir al Señor y ser de utilidad a la iglesia!”, explicó Rubén Lugilde a Protestante Digital.

Orar juntos

Algo que muchas iglesias están fomentando es la oración a través de grupos de Whatsapp, Facebook, o llamadas telefónicas. Sin duda, en situaciones tan tensas como las actuales, las iglesias están potenciando su conexión directa con Dios.
Una iniciativa interesante ha sido la de España Oramos Por Ti. La plataforma convocó este lunes un tiempo de oración conjunto en el que participaron, desde sus casas y haciendo uso de la aplicación Zoom, más de 50 líderes evangélicos de todo el país. Varios cientos de personas seguían la retransmisión en Youtube y comentaban también, en un espíritu de oración conjunto.
También desde el movimiento de Oración 24/7 se ha realizado una convocatoria de oración por la crisis del coronavirus. Se estará orando por este tema de forma específica del 17 al 23 de marzo.

 

Atención pastoral

Muchos pastores están utilizando Whatsapp y otros canales para mantenerse en contacto con los miembros de sus iglesias. “A cada persona se le llama, se ora por ella, nos interesamos por su vida y salud, gracias a la estructura celular”, comenta Marcos Zapata. Otros misioneros y pastores se ponen a disposición de todos, como Claudenir Martines, en Madrid: “me pongo a disposición para poder pedir a Dios por los enfermos y por los contagiados por coronavirus, también para todos los que necesitan una ayuda o palabra de Dios. tel: 644448193 (whatsapp y telegram)”.
Pero también desde distintos ministerios se están poniendo en marcha espacios para la consultoría. Por ejemplo, desde el servicio de Capellanía Evangélica de Madrid, Juan José Román nos informa que están disponibles para ayudar. “Si vives solo/a o aislado/a, y sientes que necesitas compartir tu día a día con alguien, si la situación te inquieta o te preocupa, y deseas que alguien te escuche y comparta contigo unas palabras de aliento y de edificación personal o espiritual, ponte en contacto con nosotros y uno de nuestros/as capellanes/as establecerá comunicación contigo. Escríbenos un email a capellaniacec@ce-madrid.es con tu nombre, edad y teléfono, o bien manda un Whatsapp al 610089487 y nos pondremos en contacto contigo. Este servicio es gratuito y la confidencialidad está garantizada. El horario de este servicio será de 09:00 a 22:00”.

 

Voluntariado, atención a vecinos...

Las iglesias en Madrid están animando a sus miembros a apuntarse al voluntariado de la Comunidad
Muchas iglesias en Madrid están animando a sus miembros a servir a la ciudad en este momento crítico. En los últimos días, ha circulado entre los grupos de iglesias la convocatoria realizada desde la Comunidad, a través de este enlace.
En Fuerteventura, la Iglesia Misión Cristiana Moderna también ha puesto a disposición su guaguaseo y albergue. “Debido a las medidas adoptadas por el Gobierno de España en relación a la crisis del coronavirus. Nos ponemos a disposición de los cuerpos y seguridad del estado para, si fuera necesario, cuenten con las instalaciones de nuestro albergue social para traer a aquellos/as indigentes o personas en riesgo de exclusión social que necesiten tener techo y comida. Las normas del albergue se adecuarán a las medidas de protección recomendadas”, cuenta el pastor Ángel Hernández.
La cuarentena despierta la creatividad en las iglesias evangélicas
Otras iglesias utilizan sistemas quizá más rudimentarios, pero igual de efectivos a la hora de estar al lado de las personas que puedan necesitar ayuda, como en este cartel que envía Marcos Zapata de un miembro de su iglesia que ha colocado en su portal.
La cuarentena despierta la creatividad en las iglesias evangélicas
También se extiende la atención a familias en situaciones complicadas. Pedro Tarquis nos cuenta cómo en su iglesia están haciendo turnos para ayudar con la comida a una familia cuya madre no puede estar en casa por trabajo. “Es una forma de mostrar también como somos una comunidad de amor”, apunta.

 

Niños, música, humor

Con los niños en casa, son muchos los padres que están buscando recursos para que estos también puedan edificar su vida espiritual. Así, desde la Iglesia Revive en Cangas (Galicia) han lanzado dos iniciativas por Youtube, para memorizar versículos y el relato de una historia misionera.
La cuarentena despierta la creatividad en las iglesias evangélicas
Iniciativas a través de Youtube para los niños, como contar la historia misionera. / Youtube Revive
La música es otro vehículo importante para estos días de reclusión. “Hemos creado una lista de reproducción en Spotify con la música que cantamos habitualmente los domingos, para que todos la puedan escuchar en sus casas en estos días!”, cuenta Marcos Zapata. En Youtube también se pueden encontrar muchas de las canciones que se cantan habitualmente en las iglesias evangélicas en España, algunas incluso en formato Karaoke para poder cantar siguiendo la letra.
Incluso el humor es un recurso que está siendo explorado en estos momentos. En Instagram se ha abierto el perfil @yonotengoculto donde están compartiendo mensajes para hacer más llevadera esta cuarentena obligatoria.
La cuarentena despierta la creatividad en las iglesias evangélicas
Algunas de las frases del perfil @notengoculto en Instagram.
“La iglesia evangélica en España es tremendamente creativa”, comentaba recientemente José Hutter en una entrevista con este medio. Sin duda, en tiempos de crisis como los que vivimos, el pueblo evangélico enfrenta este desafío tal vez sin muchos recursos, pero sí con la voluntad y el ingenio de su parte.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ESPAÑA - La cuarentena despierta la creatividad en las iglesias evangélicas


lunes, 30 de marzo de 2020

Abigaíl


David y Abigail, un cuadro de Guido Reni. /Wikimedia Commons


La suave y humilde súplica de Abigaíl ablandaron el corazón de David, hombre de guerra, acostumbrado a las emociones fuertes.


Fue la novelista gallega Concepción Arenal la que dijo, que a la mujer, además de por su fuerza, su suavidad y su dulzura, se la ha de reconocer por su prudencia. Ignoro si la novelista leía la Biblia, pero en esta definición del sexo femenino está retratando a Abigaíl.
Esta es su historia, según la cuenta la Palabra inspirada.
Desde su consagración por el profeta Samuel hasta la muerte del rey Saúl, David anduvo errante por muchos lugares de Palestina. El viejo rey, obsesionado con la idea de que el joven guerrero quería quitarle el trono nunca lo perdonó. Lo hizo perseguir por hombres asesinos y él mismo se puso al frente de una fuerza armada con la intención de quitarle la vida. David se retiró con un batallón de sus hombres armados hasta una pequeña ciudad llamada Carmel. Allí vivía un hombre que “era muy rico. Tenía tres mil ovejas y mil cabras. Se llamaba Nabal, y su mujer, Abigaíl. Era aquella mujer de buen entendimiento Y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras”. (1º de Samuel 25:2-3).
Un día de primavera David oye decir que Nabal va hacia el esquileo, una fiesta que tenía lugar cuando se acababa de recoger una cosecha. Falto de alimentos suficientes para sus hombres, David envía 10 jóvenes guerreros que saludaran a Nabal y le pidieran una contribución alimenticia. Le recordaran al mismo tiempo que sus tropas habían ayudado y protegido a los pastores de Nabal cuando faenaban en el desierto.
Hay hombres que se portan como una estúpida lombriz de tierra. Hombres que llevan dentro una fiera salvaje, que tienen algo de Nerón, malvados, coléricos, implacables, crueles. Pío Baroja definió a este tipo de hombres como un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo.
De esta calaña era el tal Nabal. Los jóvenes enviados por David lo saludaron con estas palabras: “Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes. He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel. Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.
Cuando llegaron los jóvenes enviados por David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron. Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores. ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?” (1º Samuel 25: 6-11).
A Nabal le sobraba el pan, le sobraba el agua, le sobraba la carne, sabía quien era David, conocido en todas aquellas tierras y de cuyo buen comportamiento le habían hablado sus pastores. Pero la soberbia y el egoísmo le nublaron la mente.
También David reaccionó con furia. Armó a cuatrocientos hombres y al frente de ellos se propuso castigar y matar a Nabal.
¿Existe la casualidad, esa combinación de circunstancias que no se puede prever ni evitar? No lo sé. Más creo que la casualidad es un desenlace, pero no una explicación. En lo que llamamos casualidad debemos al menos tres partes a la razón. Y en esta historia hubo un hombre que razonó: Un criado, con buen concepto de David, agradecido por su ayuda cuando pastoreaba, enterado de lo que estaba ocurriendo, se llegó a Abigaíl y le contó todo.
En este instante interviene la mujer de nuestra historia. La mujer prudente que vale más que una herencia. Quien dijo que el hombre es la cabeza y la mujer el corazón, se equivocó. ¿Acaso la mujer no piensa, sólo siente? ¡Mujer, cuántas injusticias se cometen contigo!
Quien dice que la mujer no piensa le reto a que lea en el capítulo veinticinco del primer libro atribuido al profeta Samuel los versículos 18 al 31. Ante la brutalidad cometida por Nabal, la esposa piensa al momento el camino a seguir. Los pensamientos cruzaron por su mente como bandada de pájaros por el cielo. Si decir nada al marido, no tenía por qué, manda cargar en asnos doscientos panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de pan tostado, cien racimos de uvas pasas y doscientos panes de higos secos, monta ella en otro asno y acompañada de criados se dirige al encuentro de David. Este ya había sentenciado a Nabal. "De todo lo que fuere suyo no he de dejar con vida ni un varón”, juró ante sus hombres. La mujer y el guerrero se encontraron. Bajando de la cabalgadura ella se hecho a los pies de David y dijo: “Señor mío, sobre mí sea el pecado, más te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos”. Las palabras razonadas que Abigaíl dirigió a David ocupan un espacio del que no dispongo en este artículo. Aconsejo vivamente su lectura, especialmente a las mujeres que estén leyendo estas letras mías. Las encontrarán, como he apuntado en 1º de Samuel 25: 23-31.
La suave y humilde súplica de Abigaíl ablandaron el corazón de David, hombre de guerra, acostumbrado a las emociones fuertes. Los labios de aquella mujer hermosa suplicaron el perdón para el marido insensato. Y lo obtuvo. Conmovido dijo David a la mujer: "Bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano”.
A continuación, recibió la carga de alimentos que Abigaíl le había llevado y le dijo: “Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto”.
Regresó Abigaíl y encontró al marido celebrando un banquete de rey, comiendo y bebiendo. Borracho.
No termina aquí la historia. ¿Existe el amor a primera vista, eso que llaman flechazo, en honor a Cupido? El amor penetra por los ojos, sigue por los oídos, se asienta en el corazón y se adueña de todo el cuerpo.
En aquel encuentro tan desigual, ¿se enamoró David de Abigaíl? ¿Se enamoró Abigaíl de David? ¡Vaya usted a saber! Hay amores súbitos que tienen finales felices, que atan los corazones con eslabones de oro.
Parece que esto ocurrió a nuestros protagonistas. Diez días después del encuentro entre ambos murió Nabal. Cuando David conoció la noticia mandó mensajeros que dijeron a Abigaíl: “David nos ha enviado a ti para tomarte por su mujer”. Fue, diríamos hoy, una petición de matrimonio por mensajería. ¿Lo estaba esperando Abigaíl? Parece que si, porque de inmediato montó en un asno, se hizo acompañar por cinco doncellas, siguió a los mensajeros de David “y fue su mujer”, aún cuando el futuro rey de Israel tenía otras mujeres.
Pido permiso para esta reflexión. Nada se dice en la Biblia de que Abigaíl y Nabal tuvieran hijos. En este caso, la heredera de todo sería Abigaíl. Al contraer matrimonio con David toda la riqueza de Nabal pasaría a él, porque era el hombre, el varón, el macho. Le fue bien el matrimonio.
No es mucho lo que sabemos de Abigaíl, pero si lo suficiente para deducir que fue una mujer bella, de corazón tierno, fuerte, una mujer de gran prudencia. Salomón diría de ella lo que aplicó a la mujer virtuosa en el último capítulo de Proverbios: “Su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - Abigaíl

sábado, 28 de marzo de 2020

Un giro inesperado

En este tiempo de adversidad yo sigo creyendo en el Dios de lo imposible.



Foto de Daniel Mingook Kim en Unsplash.n Unsplash.


Me despierto a medianoche y pienso que esto no está pasando, que es parte de una pesadilla.

Voy a la cocina para tomar un vaso de agua y encuentro un dibujo pegado en el frigorífico que dice: Todo saldrá bien. Un precioso dibujo que muestra un arcoíris desplegado entre dos nubes sonrientes. Entonces vuelvo a ser consciente de que estoy despierta y que la realidad es eso que yo presagiaba como un mal sueño.

Un giro inesperado, un manotazo frío nos ha acometido a todos con tanta crudeza que algunos aún pensamos que todo esto es irreal. Porque aunque hayamos visto decenas de películas sobre estados de excepción donde la población es atacada por virus mortales, jamás imaginamos que confinados en casa podríamos ser espectadores de primera fila de esto que nos está aconteciendo, un estado de alarma difícil de entender.

Nuestras vidas han experimentado un cambio de sentido ocasionándonos vértigo, tristeza, miedo. Así que, ahora es tiempo de hace uso de todas esas herramientas de las que solemos alardear pero que apenas si utilizamos en el día a día. Valores macerados durante las épocas bien avenidas donde presumimos de poseerlos sin necesidad de ponerlos en práctica. Es tiempo de recolectar lo cultivado y sacarlo a relucir.

Enarbolados de fe dejar de ser holgazanes en la oración y pedir constantemente al Padre que proteja esta gran aldea global. Rogar por quienes sufren los golpes de esta enfermedad, por quienes se ocupan de que nada nos falte: sanitarios, trabajadores de supermercados, farmacéuticos, panaderos, fruteros, pescaderos y así hasta el último eslabón de esta gran cadena de personas que trabajan para que nos lleguen los suministros necesarios y para que la espera no nos llegue a desesperar.

Durante este tiempo de cuarentena quiero hablaros de todo lo que percibo a través de ese pequeño espacio que me permite conectar con el mundo exterior. Un reducido balcón desde el que cada tarde me uno a mis vecinos en un sonoro aplauso, emotivo e intenso en el que además de descargar toda mi energía en forma de agradecimiento a todos los que están haciendo posible que esto no sea un caos, consigo hermanarme con aquellos que abandonan un momento la reclusión y se asoman a balcones, ventanas y me hacen compañía.

Ese balcón me permite conectar con el prójimo en unos momentos en los que la cercanía se ciñe de distanciamiento, donde el contacto es imposible, donde confinados en nuestro pequeño universo nos resulta vital sentir que otros están ahí, cercanamente alejados, pero que sus corazones emiten el mismo golpeteo esperanzador.

¡Todo saldrá bien! Confío en Dios, Él lleva el control de todo.

En este tiempo de adversidad, en la tormenta, cuando la normalidad se percibe lejos, yo sigo creyendo en el Dios de lo imposible. Un Dios que no nos abandona y que protege nuestras vidas guardándolas bajo las sombra de sus alas.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Íntimo - Un giro inesperado

viernes, 27 de marzo de 2020

Una Iglesia confinada... pero activa

¿Cuál es el resultado de vivir un confinamiento activo y centrado en Dios? Que Dios derramará su paz en nuestra mente y corazón.


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Por Carlos Cevallos
“La iglesia son las personas, no el edificio.” Hemos oído esta frase innumerables ocasiones. Bueno, como nunca, y creo que por primera vez a nivel mundial, la iglesia dejó de ir al “edificio” para “ser” iglesia, una iglesia que ha tenido que aprender a “conectarse” por los medios digitales tratando de mantenerse viva.
Para la mayoría de la iglesia en el mundo, esta primera experiencia “virtual” fue curiosa, novedosa y hasta divertida. Pero lo cierto es que, para miles y millones de creyentes a lo largo de la historia de la iglesia, esta es una dolorosa realidad. Por causa de su fe, no pueden reunirse y se las han ingeniado de una y mil maneras para estar “conectados” y “conectadas.”
Quiere decir que esta incapacidad para estar “unánimes juntos” bajo un mismo techo no es algo nuevo para la iglesia, pero sí lo es para una iglesia que se ha acomodado y que muchas veces ha dando prioridad a sus propias necesidades.
Claro, pensamos que nunca nos iba a pasar, que eso solo ocurre en algunos países de Medio Oriente, o ciertas regiones de Asia o África, en donde las puertas al evangelio están completamente cerradas. Pero nos pasó y nos está pasando ahora. No podemos reunirnos y ahora nos toca vivir nuestra fe en “confinamiento,” o como lo han llamado más amigablemente, en “distancia social.”
Pensamos que algo así nunca nos iba a pasar. Pero nos está pasando ahora.
El gran enemigo es un virus microscópico que precisamente se vuelve aterrador porque no lo vemos, ni sabemos dónde está, o quién lo tiene, pero que ataca de forma letal. Entonces, la iglesia se ve obligada a confinarse, a guarecerse, a no salir y a tener que “conectarse” por internet o celular. Es un confinamiento… de lujo. En nuestro confinamiento tenemos todo, incluyendo películas, snacks para las películas, y hasta mayor tiempo durante el día para pasar con nuestros seres queridos. Pero sigue siendo un confinamiento, y ningún confinamiento es agradable. El nuestro es incómodo, molesto, porque altera nuestro estilo de vida y nos restringe de ir y hacer lo que nos gusta.
Pero hubo alguien que no solo vivió en confinamiento, sino que lo vivió de manera dolorosa, injusta y sin comodidades. Su mayor privilegio era contar con una pluma y un pergamino. Desde su confinamiento escribió: “Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca. No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús” (Fil. 4:4-7 DHH). 
El confinamiento no debe establecer la agenda de nuestras vidas; al menos no lo hizo con el apóstol Pablo. Nuestro confinamiento ha de ser activo, donde, en la gracia de Dios podamos:
a. Encontrar las fuerzas para alegrarnos
b. Practicar la generosidad en medio de la escasez y las compras de pánico
c. Orar y especialmente presentar a Dios las situaciones que nos afligen y que se han visto agravadas por el confinamiento
d. Dar gracias a Dios, de manera constante y con mayor conciencia de cada bendición que recibimos como regalo divino
Por ahora, no podemos salir de nuestros hogares, pero aún ello es muestra del amoroso cuidado de Dios por lo cual debemos darle gracias.
¿Cuál es el resultado de vivir un confinamiento activo y centrado en Dios? Que Dios derramará su paz en nuestra mente y corazón. Paz, esa paz de Dios es precisamente lo que más necesitamos en este momento para poder sobrellevar esta crisis. Que esta paz nos inunde y a la vez seamos canales “virtuales” para transmitir esa paz a muchos otros y otras que están viviendo en confinamiento desesperado. Que la paz de Dios nos de fuerzas para esperar activamente hasta día en que nuevamente podamos reunirnos bajo un mismo techo.

Carlos Cevallos – Seminario Fuller – Pasadena CA (EEUU)
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jueves, 26 de marzo de 2020

La espiritista de Endor


Para unos, se trata de una auténtica comunicación con el más allá. Para otros no es más que un hecho diabólico.


Detalle del cuadro El espíritu de Samuel invocado por Saúl, del pintor ruso Nikiforovich Dmitry Martynov. / Wikimedia Commons



Enfoque JUAN ANTONIO MONROY

Antes de escribir sobre la vida de esta mujer quiero ocuparme del tema del qué trata el capítulo 28 en el primer libro de Samuel: el espiritismo.

¿Qué es el espiritismo? En dos palabras: La creencia de que los vivos pueden comunicarse con los muertos. Esta doctrina estudia la naturaleza, origen y destino de los espíritus y sus relaciones con el mundo corporal.

Los historiadores del espiritismo fechan su origen en Nueva York hacia los años 1840. La familia Fox decía oír golpes extraños en la casa, principalmente en la gran mesa del comedor. Sin más pruebas, el padre interpretó que se trataba de mensajes dirigidos desde el más allá a sus pequeñas hijas Catalina y Margarita. Convertidas en mujeres adultas las dos se dedicaron a ejercer como “mediums”. El movimiento espiritista se propagó inmediatamente por Estados Unidos y llegó a Europa. En este continente sus más altos representantes fueron el francés Alan Karder y el escocés Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes.

Entre los libros publicados por Karder el más conocido es El Evangelio según el espiritismo. Doyle defendió el espiritismo en su obra Historia del espiritualismo.

Existe un espiritismo vulgar, prefabricado, de mentira, consistente en reunir a varias personas entorno a una mesa y la que preside el grupo, la médium, tras la creación de un ambiente apropiado, en juego con las emociones, invoca a algún muerto y esperan respuestas del otro lado mediante unos toques en la mesa. Existe también un llamado espiritismo científico, defendido en sus libros por Alan Karder, Conan Doyle y otros más cercanos a nuestros tiempos.

Millones de personas en el mundo tienen sus propias ideas sobre la vida después la muerte. Para muchos, los espíritus de los muertos están enterados en el más allá de lo que les ocurre en el más acá a familiares que aún permanece en la tierra.

La historia que en la Biblia protagoniza la espiritista de Endor ha sido mil veces estudiada y expuesta por comentaristas del Antiguo Testamento, católicos y protestantes, conservadores y liberales. Para unos, se trata de una auténtica comunicación con el más allá. Para otros no es más que un hecho diabólico. San Agustín decía que el espíritu de Samuel sólo era un fantasma con el que especuló la mujer. Tomás de Aquino fue más allá, afirmó que no fue Samuel quien respondió a la mujer, sino el demonio. En estas letras me abstengo de interpretar, que no es la intención mía; me limitaré a explicar literalmente lo que la Biblia dice, siguiendo el principio de mis ideas, hablar donde la Biblia habla y callar donde la Biblia calla.

Los filisteos, enemigos eternos de Israel, acamparon en Sunem, un lugar situado en la falda oriental del pequeño Hermon. A diez kilómetros de distancia al norte del monte Gilboa estaba el ejército de Israel, mandado por el rey Saúl. Cuando Saúl, desde la cumbre del monte, vió a los miles de filisteos que aguardaban la batalla, “tuvo miedo y se turbó su corazón en gran manera”. En este estado de temblor, presintiendo una próxima catástrofe, consultó a Jehová. Era de los que se acordaban de Dios cuando llovía. ¿Qué sentido tenía aquella consulta? ¿Simple curiosidad? ¿Saber lo que Jehová pensaba de aquella batalla? ¿Recibir tácticas guerreras desde lo alto? “Consultó Saúl a Jehová, pero Jehová no le respondió”. Desesperado, dio a varios de sus soldados esta orden: “Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación para que yo vaya a ella, y por medio de ella pregunte”.

No fue difícil. En Endor, ciudad perteneciente a la tribu de Manasés, al sur del monte Tabor, los soldados hallaron a la mujer apropiada. Una espiritista cuyo nombre no se menciona en la Biblia.

Saúl deja sus vestiduras reales, utiliza ropa como hombres del pueblo, llega a casa de la espiritista y le dice: “Te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere”.

La mujer se resiste. Sin saber quien era aquel hombre, le recuerda la orden que había dado el rey Saúl de extirpar del reino a todos los adivinos. El disfrazado rey la tranquiliza. Le jura por Jehová que ningún mal le ocurrirá. Cede la mujer. Le pregunta: “¿A quién te haré venir?”. Responde Saúl: “A Samuel”. Cuando la espiritista toma contacto con Samuel, según dice la Escritura inspirada, descubre la mentira.

Le dice: ¿por qué me has engañado? Tú eres Saúl. El rey la tranquiliza. No temas. Sigue tu trabajo. ¿Qué has visto? Dice ella: “Un hombre anciano viene, cubierto de un manto”. Entendió Saúl que se trataba de Samuel. Y tiene lugar el diálogo entre el muerto y el vivo, entre el cielo y la tierra. Primeras palabras de Samuel del otro lado. “¿Por qué me has inquietado haciéndome venir?” Gran lección. Los justos siguen vivos y reposan en el más allá.

Respuesta del rey al profeta: “Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mi y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, por esto te he llamado, para que me declares lo que debo hacer”. Sigue la voz de ultratumba: “¿Por qué me preguntas a mi, si Jehová se ha apartado de ti? Mañana estaréis conmigo tú y tus hijos”.

Tremendo razonamiento: Si Dios se aparta de nosotros no existe hombre alguno, cualquiera sea su jerarquía religiosa, que pueda ayudarnos.

Sobrecogido, despavorido, pálido, Saúl cayó al suelo. Llevaba un día y una noche sin comer. La emoción lo dejo sin fuerzas. La espiritista se portó como una buena madre. Mató un ternero que tenía y obligó al rey a comer. Saúl obedeció. Después de comer abandonó la casa.

Las palabras de Samuel tuvieron exacto cumplimiento. En la batalla contra Israel, los filisteos mataron a tres de sus hijos, entre ellos Jonatán. El mismo rey fue gravemente herido. No queriendo caer prisionero de los filisteos pidió a su escudero que lo matara, a lo cual se negó. “Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. Así murió Saúl aquel día juntamente con sus tres hijos”.

Los intérpretes de la Biblia andan divididos en sus opiniones respecto a la historia. ¿Fue un auténtico caso de espiritismo como defienden los líderes de esta doctrina? ¿Fue Saúl victima de una embaucadora? ¿Vio ella realmente a Samuel o tenía aprendido el lenguaje de su profesión? ¿Estuvo en su astucia la adivina en contacto con el diablo? Quienes defienden la aparición de muertos citan a Moisés y a Elías, muertos siglos atrás, junto a Jesús en la cima de un monte y a Abraham, Lázaro y el hombre rico de la parábola en Lucas capítulo 16 hablando desde el más allá.

El jesuita Juan Leal, comentando la historia de la espiritista de Endor en el segundo tomo de la biblioteca de autores cristianos, página 359, dice: “El texto parece hablar de una aparición verdadera”.

Nada más puedo añadir.


Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - La espiritista de Endor

miércoles, 25 de marzo de 2020

El tweet de Dios sobre la ley moral de efecto y causa


Hay una relación proporcional entre el tamaño de la soberbia y la altivez y el tamaño de la ruina y la calamidad.


Foto de Amritanshu Sikdar en Unsplash.n Unsplash.




En el mundo natural hay establecida una relación comprobable entre un efecto y la causa que lo produce, relación que es el campo de estudio de las ciencias físicas y que está resumida en la famosa escena, sea real o no, de Newton y la manzana. Si la manzana cae a tierra ¿por qué no se cae la Luna? Tanto el efecto de la caída de la manzana como el de la no caída de la Luna obedecen a una misma causa: La ley de la gravedad, que determina que los cuerpos se atraen en relación directa a sus masas y en relación inversa al cuadrado de las distancias que los separan. Eso explica que la manzana caiga y la Luna no. No es cuestión de suerte, ni de causas aleatorias o misteriosas. Es una ley física, que se cumple siempre y en todas partes instantáneamente.

También en el mundo moral existe una relación entre causa y efecto, con la diferencia de que en vez de ser instantánea, como sucede en el mundo físico, suele llevar tiempo hasta que se hace patente. Con todo, muchos no ven, o no quieren ver, que haya tal relación en el mundo moral. Especialmente en la época actual es así, pues al estar dominada por una lógica materialista, no tiene sentido preguntarse si hay una causa moral tras los efectos. De ahí que solamente se busquen soluciones materiales, sin ir a la auténtica raíz. En realidad, el mismo hecho de hacerse la pregunta de por qué ocurren las cosas, es considerado tarea propia de desequilibrados o inadaptados, que solamente buscan enredarlo todo y no ayudan a remediar el problema.

Sin embargo, queda pendiente la seria cuestión de que si no se hace un buen diagnóstico lo que sucederá es que no se atajará el mal que hay detrás del mal. Para los seguidores del materialismo es suficiente con solventar los síntomas y eso es lo que divulgan a los cuatro vientos. Pero la miopía, que está cerca de la ceguera, de tal planteamiento es evidente, por lo que seguir su línea de pensamiento lleva al desastre individual y colectivo.

Hay un tweet de Dios que establece la relación de causa y efecto en el mundo moral y es el que dice: ‘Antes del quebrantamiento es la soberbia y antes de la caída la altivez de espíritu.’ (Proverbios 16:18). Este tweet también se podría traducir de esta otra manera: ‘Delante de la ruina va la soberbia y delante de la calamidad va la altivez de espíritu.’ Soberbia y altivez representan dos entidades de enormes dimensiones que parecen dominar todo el escenario, pues su anchura, longitud y altitud son tan grandes que no dejan espacio para nada más. La soberbia y la altivez lo llenan todo, o eso parece, siendo las reinas absolutas, cuya voluntad se sale con la suya y siempre consiguen sus antojos, sin que nadie les pueda decir: ¿Qué hacéis?

La soberbia y la altivez están compuestas de dos ingredientes a partes iguales, que son la maldad y la necedad, siendo el resultado de la mezcla de ambos elementos, así como el oxígeno y el hidrógeno producen agua. Su desafiante actitud se atreve incluso con lo más sagrado, en lo cual se complacen especialmente, al transgredir lo intocable, como prueba de su prepotencia. El osar provocar al cielo y quedar impunes, les sirve para incrementar su sensación de inmunidad y como muchos quedan seducidos por el despliegue de su poder, al que nada puede abatir, la bola de nieve de la grandiosidad de la soberbia y la altivez crece más y más, hasta el punto de ser imparable.

Lo que pocos vislumbran, es que detrás de esa imponente presencia hay dos efectos letales que indefectiblemente vienen, como son la ruina y la calamidad. Claro que ¿quién podría creer que semejantes acompañantes seguían muy de cerca a la soberbia y a la altivez, en vista de que éstas no dejaban ver, por su corpulencia, otra cosa que no fuera a sí mismas? Sin embargo, el hecho de que eclipsaran momentáneamente a la ruina y la calamidad no significaba que éstas no estuvieran ahí, esperando el momento oportuno de hacer acto de presencia. Además, hay una relación proporcional entre el tamaño de la soberbia y la altivez y el tamaño de la ruina y la calamidad.

Delante de la calamidad del mundo antiguo, que aconteció en tiempos de Noé, la altivez caminaba bien erguida, imaginando que nunca sucedería lo que efectivamente iba a pasar; delante de la ruina que sucedió en Sodoma, andaba a paso bien firme la soberbia, pensando que jamás sería desarraigada su prosperidad, junto con su misma existencia. El mundo actual, ebrio de soberbia y altivez, se ríe de que todavía haya gente que crea que hubo una calamidad en los tiempos de Noé y una ruina en los tiempos de Sodoma, con lo cual retroalimenta su soberbia y altivez, lo que no evita que la ruina y la calamidad vengan a marchas forzadas y se hagan presentes ahora. Y es que la ley de causa y efecto no sólo funciona en el mundo de las ciencias físicas, también funciona en el mundo moral, porque el mismo Dios que estableció en la creación una pauta, estableció igualmente la otra, tanto en el aspecto individual como en el colectivo.

Se trata de hechos demostrables y demostrados, no de teorías propias de espíritus ilusos e inquietos, por lo que más valdría que se extrajeran lecciones de esa realidad, por si todavía hay tiempo de escapar de algo mucho peor.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Claves - El tweet de Dios sobre la ley moral de efecto y causae la ruina y la calamidad.

lunes, 23 de marzo de 2020

Asia Bibi pide asilo a Francia


“He encontrado mucho amor aquí, creo que me encontraría bien entre vosotros”, señala la cristiana pakistaní.




Asia Bibi recibiendo la ciudadanía honorífica de París, junto a su familia. / Twitter @Anne_Hidalgo




Después de publicar un libro autobiográfico, con la periodista francesa Anne-Isabelle Tollet, donde relata su etapa en prisión y su nuevo día a día, Asia Bibi ha solicitado públicamente a Francia que le conceda el asilo político a ella y a su familia y que los acoja en el país. “He encontrado mucho amor aquí, creo que me encontraría bien entre vosotros. Creo que es absolutamente necesario que todo ser humano tenga libertad religiosa y esa es exactamente la impresión que tuve en Francia”, ha señalado. “Deseo que el presidente atienda mi petición”, ha asegurado Bibi en una entrevista concedida a la cadena de radio RTL.

El visado provisional que Canadá concedió a la cristiana pakistaní después de su liberación en octubre de 2018, expirará pronto. “Sabía que Canadá estaba comprometido a hospedarnos durante un año, hasta diciembre. Estamos muy agradecidos con este país por su bienvenida y su protección”, ha explicado Bibi al diario La Croix. Por este motivo, ha hecho público su deseo de trasladarse a Francia. “Mi vida es del Señor, lo sé, y si soy libre no es casualidad. Dios me había confiado una misión. Y mi historia no será inútil porque ayudará a otras personas”, escribe en su libro.

Desde el Elíseo han señalado que “Francia está dispuesta a acoger a Asia Bibi y a su familia si así lo desean”. “Desde su condena en 2010 por blasfemia, Francias se ha movilizado junto a Asia Bibi”, han remarcado aludiendo a las peticiones de liberación de Bibi que ha hecho el gobierno francés durante las presidencia de Nicolas Sarkozy, François Hollande y, actualmente, Emmanuel Macron.




Bibi ha solicitado formalmente al presidente Macron el asilo político. / Twitter @Anne_Hidalgo



Bibi, ciudadana honorífica de París

Precisamente, Bibi se encuentra esta semana en la capital francesa donde ha recibido el título de ‘Ciudadana honorífica de la ciudad París’. Algunas voces, sin embargo, se han mostrado críticas con su decisión de querer establecerse en Francia porque, dicen hay más riesgo de fundamentalismo que en otros países.

Es el caso de la portavoz de la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada, Marta Petrosillo, que, en una entrevista en Vatican News, asegura que “en Francia hay redes yihadistas que ya han atacado y han habido ataques terroristas de origen islámico, por lo que no es realmente el país más seguro para ella en este momento”. “Si otros países de la Unión Europea se presentaran, y ella tuviera la posibilidad de elegir, habría que plantear otra cuestión”, reitera.

Bibi se reúne este viernes con el presidente Macron para trasladarle personalmente su petición de asilo. “Me siento libre pero aún amenazada. Sigo recibiendo amenazas de muerte de mi país. Por parte de los talibanes, todo es posible”, afirmaba unos días atrás.


Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - Asia Bibi pide asilo a Francia

sábado, 21 de marzo de 2020

8 cosas que el coronavirus nos puede enseñar

Nosotros, como cristianos, debemos responder a esta crisis con fe y sin miedo. Un artículo de Mark Oden.




Foto de Jose Antonio Gallego Vázquez en Unsplash.n Unsplash.




Me desperté esta mañana y encontramos a Nápoles, la tercera ciudad más grande de Italia, completamente cerrada. Todos los eventos públicos, incluyendo cultos de iglesia, han sido prohibidos. Bodas, funerales y bautizos han sido cancelados. Colegios, cines, museos y gimnasios han cerrado. Mi mujer y yo acabamos de volver del supermercado, en el cual tardamos dos horas debido a las colas para comprar. Italia tiene el mayor número de casos de coronavirus fuera de China: más de 37.000 casos y 2.900 muertes. Como resultado, han pedido que 60 millones de personas no salgan de sus casas a menos que sea absolutamente necesario.

Nosotros, como cristianos, ¿cómo debemos responder ante esta crisis? La respuesta: con fe y sin miedo. Debemos enfrentar el centro de esta tormenta y preguntar, “Señor, ¿qué quieres que aprenda a través de esta situación? ¿Cómo me quieres cambiar?”.

Aquí hay ocho puntos que nos vendría bien aprender, o reaprender, de esta crisis del coronavirus:
1. Nuestra fragilidad

Esta crisis global nos está enseñando cuán débiles somos como seres humanos. Al escribir este artículo, se han reportado 220.733 casos de coronavirus en todo el mundo, causando 9.057 muertes. Estamos haciendo todo lo posible para contener su propagación. Y en su mayor parte, confiamos en un éxito eventual. Ahora imagine que aparece un virus que es aún más agresivo y contagioso que el coronavirus. Ante tal amenaza, ¿podríamos evitar nuestra propia extinción como especie? La respuesta simple es claramente no, no podemos. Es muy fácil olvidarlo, pero como seres humanos somos débiles. Las palabras del salmista traen una verdad muy clara: “La vida de los mortales es como la hierba, florecen como una flor del campo; el viento [o Covid-19] sopla sobre él y se ha ido y su lugar ya no lo recuerda”. (Salmo 103: 15-16) ¿Cómo adoptamos esta lección de nuestra fragilidad? Quizás recordándonos que no tomemos nuestras vidas en esta tierra por sentado. “Enséñanos a contar nuestros días, para que podamos obtener un corazón de sabiduría”. (Salmo 90:12)
2. Nuestra igualdad

Este virus no respeta las fronteras étnicas o las fronteras nacionales. No es un virus chino, es nuestro virus. Está en Afganistán, Bélgica, Camboya, Dinamarca, Estonia, Francia, Estados Unidos: más de 100 países y contando están siendo contaminados por el coronavirus. Todos somos miembros de la gran familia humana, creada a imagen de Dios (Génesis 1:17). El color de nuestra piel, el idioma que hablamos, nuestros acentos, nuestras culturas no cuentan para nada a los ojos de una enfermedad contagiosa. A los ojos del mundo, todos somos diferentes. A los ojos del virus, somos iguales. Quizás esta sea una de las cosas que el virus nos recuerda. En nuestro sufrimiento, en el dolor de perder a un ser querido, somos completamente iguales, débiles y sin respuestas.
3. Nuestra pérdida de control

Nos gusta tener un sentido de control. Pensamos que somos dueños de nuestro destino. “Estoy a cargo, tengo el control”, gritamos en el fondo de nuestros corazones. Y la realidad es que hoy, más que nunca, podemos controlar partes importantes de nuestras vidas. Podemos controlar la calefacción y la seguridad de nuestra casa de forma remota, podemos mover dinero alrededor del mundo con un solo click de una aplicación, e incluso podemos controlar nuestros cuerpos a través del entrenamiento y la medicina. Pero tal vez esta sensación de control es una ilusión, una burbuja que el coronavirus ha reventado, revelando la realidad: que no tenemos realmente el control. Ahora, en Italia, las autoridades están tratando de contener la propagación de este virus cerrando, abriendo y volviendo a cerrar las escuelas de nuestros hijos. ¿Tienen la situación bajo control? ¿Qué pasa con nosotros? Armados con nuestros sprays desinfectantes, evitando el contacto físico, cosa que es más fácil en algunos países que en otros, tratamos de reducir el riesgo de infección. ¿Tenemos el control de la situación? Apenas.
4. El dolor que compartimos al ser excluidos

Hace unos días, una miembro de nuestra iglesia viajó al norte de Italia. Al regresar a Nápoles, fue excluida de una cena con colegas de trabajo. Le dijeron que sería mejor que no viniera debido a sus recientes viajes al norte, a pesar de que no había estado cerca de las zonas rojas y no mostraba ningún síntoma de coronavirus. Obviamente, esto duele. El dueño de un restaurante de 55 años del centro de Nápoles ha estado recientemente en cuarentena. Después de haber dado positivo por Covid-19, se decía que se sentía relativamente bien físicamente, pero estaba triste por las reacciones de muchos de sus vecinos. “Lo que lo ha dañado más que su diagnóstico positivo de coronavirus es la forma en que él y su familia han sido tratados por la ciudad en la que vive” (Il Mattino, 2 de marzo de 2020). Ser excluido y aislado no es algo fácil de tratar: fuimos creados para una relación. Pero muchas personas ahora tienen que lidiar con el aislamiento. Es una experiencia que la comunidad de leprosos de la época de Jesús conocía demasiado bien. Forzados a vivir solos, caminando por las calles de sus pueblos gritando: “¡Inmundo! ¡Inmundo!” (Levítico 13:45)
5. La diferencia entre el miedo y la fe

¿Cuál es tu reacción a esta crisis? Es tan fácil dejarse llevar por el miedo. Para ver el coronavirus en todas partes, miro: en el teclado de mi computadora, en el aire que respiro, en cada contacto físico y en cada esquina, esperando infectarme. ¿Estamos en pánico? ¿O tal vez esta crisis nos está desafiando a reaccionar de una manera diferente, con fe y no con miedo? Fe, no en las estrellas ni en el destino, ni en alguna deidad desconocida. Más bien, fe en Jesucristo, el buen pastor que nos dice que él es la resurrección y la vida (Juan 11:25) justo antes de resucitar a un amigo de la muerte. Solo él tiene el control de esta situación, solo él puede guiarnos a través de esta tormenta. Nos llama a confiar y creer, tener fe y no miedo.
6. Nuestra necesidad de Dios y nuestra necesidad de orar

En medio de una crisis global, como individuos ¿cómo podemos hacer una diferencia? A menudo nos sentimos tan pequeños e insignificantes. Pero hay algo que podemos hacer. Algo vital que debemos hacer: llamar a nuestro Padre en el cielo. Orar para que nos muestre su misericordia. Este virus nos hace orar. Orar por las autoridades que dirigen nuestros países y nuestras ciudades. Ore por los equipos médicos que tratan a los enfermos. Oren por los hombres, mujeres y niños que han sido infectados, orar por las personas que tienen miedo de abandonar sus hogares, orar por los que viven en las zonas rojas, por aquellos en alto riesgo de otras enfermedades y por los ancianos. Que el Señor nos proteja y nos guarde. Orar para que el Señor Jesús regrese y que nos lleve a la nueva creación que ha preparado para nosotros, un lugar sin lágrimas, sin muerte, sin luto, llanto o dolor (Apocalipsis 21: 4).
7. La vanidad de muchas de nuestras vidas

“Vanidad de vanidades, dice el Predicador, vanidad de vanidades. Todo es vanidad.” (Eclesiastés 1: 2) Es muy fácil perder la perspectiva en medio de la locura de nuestras vidas. Nuestros días están tan llenos de personas y proyectos, trabajos y listas de deseos, hogares y vacaciones que nos cuesta distinguir lo importante de lo urgente. Nos perdemos en medio de nuestras vidas. Quizás esta crisis nos está obligando a volver al camino correcto. Quizás nos está enseñando una vez más qué es realmente importante en nuestras vidas y qué es la vanidad, el vapor, sin sentido y sin sustancia. Tal vez la Premier League o la NBA, tal vez esa nueva cocina o esa publicación de Instagram no sean tan esenciales para mi supervivencia. Quizás eso es lo que enseña el coronavirus.
8. Nuestra esperanza

En cierto sentido, la pregunta más importante no es, ‘¿qué esperanza tienes frente al coronavirus?’, porque Jesús vino a advertirnos de la presencia de un virus mucho más letal y generalizado. Un virus que ha afectado a todos los hombres, mujeres y niños. Un virus que termina no solo en una muerte segura, sino en la muerte eterna. Un virus llamado pecado. Y nuestra especie, según Jesús, vive bajo el control de un brote pandémico del virus del pecado. ¿Cuál es tu esperanza frente a ese virus? La historia de la Biblia es la historia de un Dios que descendió a un mundo infectado con este virus. Vivía entre personas enfermas, no llevaba una mascarilla o un traje de protección, sino que respiraba el mismo aire que nosotros, comía la misma comida que nosotros y, efectivamente, estaba infectado y muerto. Murió aislado, excluido de su pueblo, lejos de su Padre, en una cruz para poder proporcionar a este mundo enfermo un antídoto contra el virus, para poder sanarnos y darnos vida eterna. “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y el que vive creyendo en mí nunca morirá. ¿Crees esto?” (Juan 11: 25-26)



Mark Oden es pastor en la Iglesia Evangélica de Neápolis, en Nápoles.

Este artículo se publicó por primera vez en la web de The Gospel Coalition y ha sido reproducido con permiso.




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viernes, 20 de marzo de 2020

Julio César Barreto en Podcast Ivoox



¡Hola! Somos: "Ágape en la Radio Podcast & Streaming" (AELR). Al decir “Podcast”, queremos significar que es (en parte) una radio a la carta. Creemos en este género como algo perfectamente viable en nuestro actual mundo de las comunicaciones. Los audios de nuestros programas, están las 24 horas del día y los 365 días del año, disponibles para nuestros oyentes en nuestro canal de IVOOX (https://mx.ivoox.com/es/podcast-agape-radio-podcast_sq_f137121_1.html). Este sistema permite a los usuarios escuchar la radio, en cualquier lugar, como quiera y cuando pueda. No está restringido a la sintonía durante un horario determinado.

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jueves, 19 de marzo de 2020

Julio César Barreto en TuneIn



TuneIn te ofrece deportes en directo, música, noticias, podcasts y radio por Internet de todo el mundo. Escucha el audio que te gusta en cualquier dispositivo y deja que los momentos te conmuevan.

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