Había un hombre que vivía preocupado todos los días, sus amistades estaban cansados de escucharlo en cada queja y preocupación que tenía; hasta que un día notaron mucha tranquilidad en el, su rostro reflejaba paz y alegría y extrañados le preguntaron:
-¿Oye qué pasó? extrañamente ya no andas preocupado. a lo que respondió: Le estoy pagando a alguien para que se preocupe por mí.
—¿De verdad, y cuánto le pagas?
—Dos mil dólares por semana.
—¡Guao! eso mucho dinero ¿Como puedes pagarlo?
—No puedo, respondió. De eso, tiene que preocuparse él.
Es algo graciosa esta anécdota y obviamente que en la vida real no se pueden manejar las preocupaciones de esta manera; sin embargo los que somos hijos de Dios podemos ir ante nuestro Padre y entregarles todas nuestras cargas, Él tiene todo perfectamente bajo su control, sobretodo cuando a nosotros nos parece que todo va peor.
Salmos 147:4 dice: El cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres.
Isaías 40:28-29 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Diosa nunca esta demasiado ocupado como para dejar de vernos y escucharnos. Su poder y sabiduría los usa para nuestro beneficio.
Fuente: bibliatodo.com
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