Juan 3: 16 – Lo has escuchado en innumerables prédicas. Puede que haya sido uno de los versículos que te hizo poner tu fe en Cristo. Hay camisetas y objetos que se mercadean con el. En fin, Juan 3:16 es de los versos más utilizados y posiblemente el más famoso. Pero, ¿cuáles son sus implicaciones? ¿De qué nos habla este versículo? Veamos a ver si podemos escudriñarlo un poco aquí.
El verso dice así:
»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. ~Juan 3:16 (NTV)
Un hijo
Si eres Padre o Madre, sabes que haces lo que tengas que hacer para proteger a tu hijo u hija. Lo que sea incluso puede significar aceptar culpas y responsabilidades legales para que el o ella tengan una oportunidad. Sin embargo, lo más preciado para un padre o madre, fue precisamente lo que Dios dio. Fue a Jesús a quién Dios entregó, para acercarnos a nosotros los humanos a El. Fue lo que sacrificó en amor por nosotros. Si estás dispuesto a sacrificar a tu hijo por algo, ese algo debe ser muy valioso para tí. Me atrevo a apostar que ni sacrificarías a tu hijo. Curioso, pues en antigüedad, algunas religiones paganas sacrificaban a su primogénito a los dioses, y aquí tenemos al Dios del Universo haciéndolo al revés: sacrificando a su primogénito/unigénito por la humanidad. El objeto de su amor y fidelidad: nosotros. Wao.
Pero, ¿Amó Dios a Jesús?
Imagínate que tienes dos hijos y uno de ellos, al dar reversa desmedidamente en su auto, rompe la puerta de la entrada de la marquesina de tu casa. Inmediatamente vas a la escena y le dices al culpable: “Te amo tanto que voy a castigar a tu hermano, quien está durmiendo tranquilamente en su cuarto ahora mismo, por este error que tu has cometido.” Puede que el culpable se sienta amado, pero ¿y el que dormía tranquilamente? ¿Serías amoroso con el al tomar esta acción?
Ahora, si lo llevamos a la situación de Jesús, ¿habrá demostrado Dios amor hacia El al castigarlo por nosotros? Verás, si Dios fue injusto con Jesús y nos amó a nosotros más que a su propio hijo, podríamos poner en tela de juicio su “amor perfecto y justo”. ¿No te parece? No hace sentido que un Dios de amor haga semejante cosa. El papá que castiga al hijo que duerme tranquilamente ama a uno de sus hijos más que al otro, ¿no les parece? y si vemos la situación de Jesús ligeramente, podríamos llegar a esta conclusión. De hecho, es esta una de las objeciones que podemos presentar a algunos sistemas de creencias, por el estatus que le colocan a Jesús.
¿Quién es Jesús?
Los Testigos de Jehová afirman que Jesús es la primera creación, pero que no es Dios. Es hijo en el sentido en que fue creado por Dios. Desde este punto de vista, nosotros somos hijos de Dios por que nos creó. No porque nos adoptó al creer en Jesús y aceptar su sacrificio. Si Dios entregó a Jesús para recibir el castigo en vez de nosotros, y Jesús fue la primera creación entonces: La propiciación no fuese perfecta, pues el cordero expiatorio (Jesús) no era perfecto. A menos que el castigo Dios lo tomase sobre el mismo. Si se sacrifica El mismo, por nosotros, entonces sí hace sentido que sea por amor.
Pero quién se sacrificó fue Jesús… Entonces, ¡Jesús es Dios! por que su sacrificio fue completo y perfecto. y la Biblia afirma que fue por el mundo entero. Todo el que declare con su boca lo que ya creyó en su corazón: “Jesucristo es el Señor y Dios lo levantó de entre los muertos” va a honrar a Dios en su vida y encontrará salvación en Jesús. Por lo que podemos concluir que la Biblia enseña que Cristo es Dios.
Analizando la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, que es la traducción que utilizan los Testigos de Jehová – la cual ha sido cambiada de los manuscritos originales, notamos que el texto promueve lo mismo que el nuestro: Jesús es Dios (si seguimos el pensamiento lógico a su conclusión, lo cual intentamos lograr con este artículo) – contrario a lo que predican, aunque claramente establece que los que no crean, serán destruidos (Los Testigos de Jehová no creen en el infierno):
16 ”Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. ~Juan 3: 16 (TNMSE)
Amó al Mundo
En el mundo hay millones de personas que no conocen a Jesús. ¿Ellos se salvarán? Esto es un tema que nos conmueve. ¿Qué pasará con aquellos? nos preguntamos. Sabemos que Dios es justo y no condenará a nadie injustamente. Por lo que de acuerdo a lo que la persona creyó, Dios juzgará. pero el mismo verso nos lo dice: “todo el que crea en él” Así que la oferta es para todos, pero sólo será vigente al que crea. Y esa acción de nuestra voluntad de creer, redunda en una eternidad de vida junto al Dios creador de todo lo que existe; visible e invisible. Junto a El viviremos y nos gozaremos. Por siempre.
Esto nos debe provocar a darle gracias a Dios por tan grande salvación. Tan costosa salvación. Pero también debe impulsarnos a hacerle ese ofrecimiento que ya nosotros aceptamos al mundo entero. La invitación está sobre la mesa, y el precio de esa salvación es tan alto, que Dios la regala. Sólo quiere que creamos en su hijo Jesús, quien es Dios para que estemos con El. Para siempre.
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