Por: Iván Enrique Mesa
Con su uso del “che”, su amor por el churrasco y su omnipresente consumo de mate, Argentina es un país especial. Y si no lo crees, ¡pregúntale a un argentino!
En el 2013, para la sorpresa de muchos, Argentina captó la atención del mundo cuando el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido para ser el nuevo Papa (después el Papa Francisco), el primero papa de las Américas. Argentina tiene una población de más de 43 millones y alrededor de 76% se identifican como católico romano, aunque menos del 10% practican. Reflejando tendencias en Europa, hay una marea laicista creciendo en el país. En este contexto, entonces, no es sorprendente leer que el 9% se identifica como evangélicos.
Dicho esto, también hay muchas razones para animarse. Como Jairo Namnún ha escrito, hay indicios de un resurgimiento teológico en América Latina. Hay hambre por la palabra de Dios y teología reformada. Namnún escribe:
Más y más creyentes están siendo despertados al verdadero evangelio. Muchos inconversos están siendo salvados en toda la región. Las iglesias están desarrollando relaciones profundas unas con otras. Conferencias están siendo organizadas, llamando a los creyentes a volver a las Escrituras.
Queremos señalar algunos de estos ejemplos y escuchar de aquellos que están sirviendo en América Latina. Con esto en mente, hablé con Samuel Masters, presidente del Seminario Bíblico William Carey en Córdoba, Argentina, sobre la iglesia evangélica en su país y los retos y bendiciones de ministerio allí entra otras cosas.
¿Cómo describirías el estado de la iglesia en Argentina?
Se habla mucho de un avivamiento en Argentina, pero yo no lo veo. Cuando llegó la Democracia en 1982, aumentaron ciertas tendencias sensacionalistas en el ambiente evangélico. Tele-evangelistas llenaron estadios y crecieron algunas iglesias. Se incrementó la influencia de los evangélicos, pero algunos casos notorios de fallas morales, como del predicador Hector Gimenez, dañaron a la iglesia. El resultado fue un leve aumento del porcentaje de evangélicos en el país y la enajenación de más del 90 por ciento de los argentinos del Evangelio.
Ahora la Iglesia Universal, una secta de Brasil, va en aumento. Este grupo combina elementos de neo-pentecostalismo y el fetichismo. En realidad, ha comenzado a extenderse a los Estados Unidos y a Inglaterra. Este culto ha tenido numerosos problemas con la ley y la mayoría de las personas no son lo suficientemente bien informados para distinguirlo de los evangélicos históricos. Sin embargo, vemos que hay quienes responden a la enseñanza expositiva de las Escrituras. También nos sentimos alentados por el crecimiento de los ministerios centrados en el Evangelio como Fiel en Brasil. Estamos orando para ver movimientos similares en el cono sur.
¿Qué es lo que más te anima hoy en día en la iglesia evangélica en tu país?
Creemos que estamos viendo el principio de una reforma en algunos sectores. Muchos jóvenes están respondiendo a la enseñanza que encuentran en el internet. El sitio de la Coalición por el Evangelio, por ejemplo, es de mucha importancia. Por ahora estamos hablando de cientos de jóvenes y no miles, pero hay focos de interés en todo el país. Harían falta más iglesias comprometidas con la doctrina reformada que acompañen a estos individuos.
Samuel Masters |
¿Cuál es el principal desafío que enfrenta la iglesia argentina?
Encontrar el camino de la sana doctrina sin caer en excesos desequilibrados. En general, vemos que por un lado están las iglesias que han caído en el formalismo o el legalismo. Por el otro lado, están las iglesias cuyas pastores manifiestan ser nuevos apóstoles y enseñan el evangelio de la prosperidad. Creo que hay una oportunidad importante para que las iglesias combinen sensibilidad cultural y seriedad teológica. Hace falta una reforma genuina y equilibrada.
¿Qué distingue a la iglesia de Argentina de la iglesia en Estados Unidos? ¿De la iglesia en América Latina?
A diferencia de la iglesia evangélica en Estados Unidos, la iglesia evangélica en América Latina nunca ha sido mayoritaria. De un país al otro puede haber distintos grados de penetración, pero en todos los casos las culturas de los países de América Latina todavía están esperando recibir las bendiciones de la reforma. En Estados Unidos hace mucho tenemos una situación donde se están despilfarrando las bendiciones históricas recibidas. En América Latina podemos tener cierto optimismo en cuanto al potencial de un verdadero avivamiento. Lamentablemente, una de las trabas más grandes son las expresiones religiosas no bíblicas que desde Estados Unidos tienen influencia en América Latina.
¿Cómo podemos orar por la obra de Dios en Argentina?
Que el Señor siga levantando líderes latinos comprometidos con Su Palabra y que nos dé los recursos para prepararlos y enviarlos.
Usted sirve como presidente del Seminario Bíblico William Carey en Córdoba Argentina. ¿Puedes hablar sobre su papel allí y la misión de la escuela?
Tenemos más o menos cien alumnos cursando clases online. Por ahora ofrecemos distintos certificados para estudiantes que desean prepararse para servir al Señor. Hay alumnos en Chile, Argentina, Perú, México, y Cuba. En el 2015, abriremos nuevos Centros de Estudios en el norte argentino y el sur de Chile. Todos los años auspiciamos una Conferencia Teológica que ayuda a nuclear los que están interesados en la teología reformada en el país. A mediano plazo nuestro propósito es abrir un programa de Maestría de Divinidades semi-residencial aquí en la ciudad de Córdoba. Nuestro compromiso es con la teología reformada y la obra misionera. Creemos firmemente en el enorme potencial de la fuerza misionera Latinoamericana. Si podemos darles la herramientas, no tengo dudas que el Señor los usará para “trastornar el mundo” (Hch. 17:6).
Iván Enrique Mesa, nacido en Miami y de origen cubano, es estudiante en el Southern Baptist Theological Seminary y sirve para The Gospel Coalition. Puedes encontrarlo en Twitter.
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