¿Por dónde empezar?
Hay quienes entienden que los tatuajes no son algo que glorifica a Dios. Hay otros que dicen que es un símbolo permanente de su amor por Él. Pero, ¿hay algún problema con hacerse un tatuaje? ¿Es pecado?
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Para contestar la pregunta directamente: No.
Como tal, no es un pecado tener o hacerte un tatuaje. ¿Por qué? Porque nuestra salvación no depende de lo que tengamos en nuestra piel, sino en nuestro corazón.
En el Antiguo Testamento – como se mencionó en una entrada anterior – los tatuajes eran prohibidos por Dios. No obstante, al profundizar en el estudio de la Palabra, nos damos cuenta que el propósito de la prohibición de tatuajes (al igual que muchas otras cosas) era para separar y distinguir los Israelitas de los pueblos paganos a su alrededor – que marcaban sus cuerpos como ritos a sus dioses, sus muertos y otras prácticas semejantes.
Interesantemente, en el Nuevo Testamento, no hay mención sobre tatuajes o pantallas.
Algunas personas refieren al texto bíblico de 1 Corintios 3:16-17, en el cual Pablo menciona que el cuerpo es “templo del Espíritu Santo y cualquiera que destruyese el cuerpo, Dios le destruirá a él.” Pero, citar este versículo por sí solo es una violación al contexto sobre el cual fue escrito: La Fornicación. No tiene que ver con tatuajes o pantallas.
Ahora bien, lo que sí tenemos es una serie de pautas (o reglas guía) que se deben utilizar para tomar decisiones – no sólo de tatuajes, pero de todo aquello que la Biblia no especifica. Para efectos del tema, los ejemplos serán dirigidos a los tatuajes, aunque son pautas generales para cualquier tipo de decisión de la cual la Biblia no especifica.
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PAUTA #1: “«Todo está permitido», pero no todo es provechoso. «Todo está permitido», pero no todo es constructivo.” (1 Corintios 10:23)
- Básicamente, antes de hacer cualquier cosa, necesitamos pausar y pensar: “¿Cómo esta decisión me beneficiaría a mí y a los que me rodean?”
- Hacerse un tatuaje es tan personal, que puede llegar a ser orgulloso y egoísta de tu parte sin darte cuenta.
- Como Cristiano, las personas que inmediatamente deber llegar a tu mente son: tus padres, tu esposo/a (si aplica), tus pastores y/o líderes en la iglesia y tus hermanos/as de la iglesia. ¿Ellos estarían de acuerdo a que te hicieses un tatuaje? Al hacerte un tatuaje sin la aprobación de ellos corres el riesgo que que cometas el pecado de rebeldía – y eso es una marca en tu corazón, no en tu piel.
- Además debes considerar el POR QUÉ quieres un tatuaje. Me parece que debe haber una razón más allá de “¡quiero uno!” o “¡se ve brutal!”
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PAUTA #2: “Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano.” (Romanos 14:21)
- Básicamente, lo que nos dice es que tenemos que ser CONSIDERADOS de aquellos que tal vez no vean las cosas de la fe como tú las ves. En otras palabras, tienes que ser considerado/a de la señora de tu iglesia que piensa que los tatuajes son “del diablo.”
- Si piensas conseguirte un tatuaje, tal vez puedas considerar hacértelo en algún lugar que sea facilmente tapado por tu ropa, para que no alarmar a aquellos cuya preferencia es no tatuarse.
- Tal vez te consigas un tatuaje gigantesco en tu cara que diga “¡CRISTO TE AMA!” pero puede que le causes estrés a alguien más… modesto… que tú. Háztelo en el brazo o en el hombro y predicas con él en un concierto o en la playa, cuando te pongas la camisa de “Cristo Salva” sin mangas. Hay un lugar para tatuajes y puede que la iglesia no sea el mejor.
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PAUTA #3: “En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.” (1 Corintios 10:31, énfasis añadido)
- Como Cristianos, esto debe ser aplicable a todo aspecto de nuestras vidas. Las palabras “cualquier otra cosa” son absolutas. ¿Guiar el auto? Para la gloria de Dios. ¿Mi vestimenta? Para la gloria de Dios. ¿Hacer chistes? Para la gloria de Dios. ¿Tatuajes? Para la gloria de Dios.
- Es todo por nuestro testimonio. Necesitamos probar que Cristo vive en nosotros y que Él es nuestra redención de la forma que vivimos, no sólo con lo que decimos.
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El Veredicto
Puedes tener/hacerte un tatuaje e ir al cielo. Dios no se preocupa tanto por el exterior tanto como el interior. (1 Samuel 16:7).
Sin embargo, tenemos que recordar que somos EMBAJADORES DE CRISTO (2 Corintios 5:20) y debemos ejercer sabiduría y prudencia si tener un tatuaje es algo que estamos considerando.
No sólo pienses en tí si piensas hacerlo. Tienes un testimonio que cuidar.
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Cosas para recordar en el momento de hacerte un tatuaje:
- ¿Me hace falta o es que sencillamente lo quiero?
- ¿POR QUÉ lo quiero?
- ¿Tengo la aprobación de mis padres/cónyuge? (o, si aplica, “¿Qué tipo de ejemplo quiero ser para mis hijos? ¿Un tatuaje perjudica/ayuda a este fin?”)
- ¿Va en contra de las normas establecidas en mi iglesia?
- ¿Mis pastores/líderes aprobarían de que tenga un tatuaje? ¿Aprobarían del arte que quiero?
- ¿Estoy de acuerdo con las reglas/condiciones asociadas con tener un tatuaje? (Por ejemplo, quitarte la pantalla antes de subir al altar por cualquier razón) NOTA: Si te haces un tatuaje o pantalla y te rehusas a este tipo de limitaciones, estás en rebeldía y ¡estás pecando!
- ¿Es algo que voy a querer en 25 años? ¿35?
- ¿Me ayuda a glorificar a Dios? ¿Cómo?
- ¿Me ayudará a bendecir/evangelizarle a otras personas?
Además asegúrate que haces tu investigación sobre los riesgos envueltos en tatuarse (hepatitis, por ejemplo) y asegúrate que consigas un lugar certificado y estéril para el procedimiento.
Finalmente, presento una buena razón para tener un tatuaje:
Conozco un muchacho que tiene un tatuaje en su pecho, donde estaría su corazón. Son tres clavos ensangrentados dentro de una corona de espinas y las palabras “Recuerda el precio de tu corazón” en un círculo alrededor de los clavos y la corona. Las letras están al revés de modo que, cuando se mira en el espejo, las puede leer correctamente. Dice que es un recordatorio constante para no pecar. El va a las piscinas con camisilla y pocos son los que saben que tiene un tatuaje. El tatuaje es entre él y Dios y lo ayuda a glorificar a Dios recordándole la importancia de ser santo delante de Dios.
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Hay algunos que dicen que Jesús tiene un tatuaje en su muslo (Apocalipsis 19:16)…
Pero no recomiendo utilizarlo cuando abogues tu caso a tus pastores.
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Fuente: http://verdadyfe.com/“No comprometas tu testimonio por una opinión socialmente aceptable que carece santidad.” (Matt Slick)
Editado por: Ágape en la radio (AELR)
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