viernes, 17 de abril de 2015

¿Se puede creer en la Biblia si tiene serpientes que hablan? (AELR)


                       
Intentando de derrotar la veracidad de Biblia, he encontrado a muchos que utilizan algún argumento parecido a este:
“Si yo pudiese creer en una serpiente que habla, entonces pudiese creer que la Biblia es cierta.”
¿Se podría creer lo que la Biblia dice de la historia, lo que menciona sobre Jesús y otras cosas cuando contiene partes que describen a animales que hablan?
Claro. Me explico:

Tomando la Biblia Literalmente

La manera correcta de interpretar la Biblia es en su sensis literalis – o en su sentido literal. ¿A qué me refiero con esto? Que la Biblia se debe interpretar, literalmente, en su interpretación Literal-Gramática-Histórica, cuyo propósito es encontrar el significado de cada pasaje bíblico tal y como fue intencionado por el autor original, lo que los lectores originales hubiesen entendido y tomando en cuenta las reglas de interpretación del género literario en el cual se escribió el pasaje.
Una vez el Cristiano afirma esta interpretación literal del texto, inmediatamente surgen las preguntas de los escépticos: “Si eso que dices es cierto, entonces Jesús es – literalmente – una puerta, porque en Juan 10:9 Él dijo: ‘Yo soy la puerta.'”
Desafortunadamente, este tipo de argumento es erróneo de varias formas. Primero, comete la falacia argumentativa de reductio ad absurdum. Éste error de pensamiento se comete cuando se ridiculiza un argumento porque es, supuestamente, absurdo, pero no presenta evidencia en contra del argumento en sí, ni de por qué es absurdo.
Pero, más importantemente, el escéptico ignora el uso de los diferentes géneros literarios que utiliza la Biblia (como poesía, narrativo, enseñanzas didácticas, et cétera) y técnicas literarias de la misma forma que otra literatura lo hace. Éstos métodos no le restan a una lectura literal de la Biblia, sino que le añaden profundidad al texto. Algunas de las prácticas más comunes que se encuentran en la escritura incluyen:
Lenguaje Fenomenológico – describir cosas de a diario en un lenguaje común. (Ejemplo: “Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué[…]” [Josué 10:27])
Hipérbole – una obvia e intencional exageración (o disminución) para expresar un punto. (Ejemplo: “Mirad, el mundo se va tras él.” [Juan 12:19])
Metáfora – Aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión. (Ejemplo: “Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. Él es la Roca. [Deuteronomio 32:3-4])
Antropomorfismos – cosas atribuyen a la divinidad la figura o las cualidades del hombre u otros elementos no divinos. (Ejemplo: “Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.” [Salmo 61:4])
Personificación – atribuirle un carácter o naturaleza personal a algo inánime o noción abstracta. (Ejemplo: “[…]los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.” [Isaías 55:12])
Simbolismo – elude nombrar directamente los objetos o conceptos y prefiere sugerirlos o evocarlos. (Ejemplo: Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro[…]” [Apocalipsis 1:12])
Éstas técnicas literarias no evitan la lectura de la Biblia en su sensis literalis y el escéptico intelectualmente honesto entiende esta parte. Pero, ¿qué hacemos cuando algún narrativo bíblico parece muy fantástico y opuesto a nuestra experiencia a diario – como, por ejemplo, un animal hablando en lenguaje humano? ¿Cómo uno interpreta la Biblia entonces?

La Serpiente en el Edén

El narrativo encontrado en Génesis 3 sobre una serpiente que habla y la caída del hombre es tanto literal como  arquetípico.
Desde el aspecto literal, vemos cómo el pecado entró en la humanidad a través de los primeros humanos.
Desde el aspecto arquetípico, el texto de Génesis 3 nos enseña cómo la tentación ocurre constantemente en la experiencia humana y que los Cristianos no deben ignorar las maquinaciones del enemigo (2 Corintios 2:11).
Pero ese enemigo, ¿verdaderamente habló a través de una serpiente?
No es difícil pensar que sí.
La razón es porque las consecuencias del evento se ven todavía: hay pecado en el mundo y el hombre está separado de Dios. Algunos piensan que fue un hecho literal, otros (como el filósofo y estudioso en literatura C.S. Lewis) entienden que el relato de la Creación fue dado por Dios al estilo de fábula, para que pudiésemos entender lo que Dios estaba tratando de decir: que el mundo está como está por culpa del pecado que entró en él.
La realidad es que, dada la existencia de un Ser sobrenatural, no sería ilógico implicar eventos sobrenaturales, incluyendo serpientes que hablan, asnas que sostienen conversaciones (pienso que “Shrek” se copió de Balaam) y… un carpintero judío que se levanta de los muertos.
Sin embargo, estas cosas no son experimentadas con frecuencia. El error está en pensar que tenemos que rechazarlas de antemano como falsas sin ningún tipo de razón. Eso se llama prejuicio – y no tiene lugar en un debate intelectual.
Por esta razón pienso que el escéptico incorpora su prejuicio anti-sobrenatural y sus presuposiciones naturalistas en sus lecturas Bíblicas. Entonces, encerrados en su parcialidad, los milagros son imposibles y como la Biblia contiene eventos milagrosos, la Biblia se vuelve imposible de creer.
Pero, ¿y si Dios existe? Como mencioné: si Dios existe, entonces no estaría lejos de la realidad que sucedieran cosas sobrenaturales.
En toda honestidad, una serpiente que habla es mucho menos milagroso que lo que se piensa de que la vida en nuestro planeta surgió de la nada, dado el universo como se conoce y las constantes cosmológicas necesarias para que la vida pudiese surgir. Pensar que un asna hable cuesta menos que pensar que la información dentro del ADN surgió por su propia cuenta.
Hay muchísimos eventos asombrosos que son increíbles de creer, pero ciertos.
Por lo tanto, pienso que el dilema no es si una serpiente o un asna puede hablar. El dilema está en la pregunta de que si un Dios sobrenatural existe. Si hay evidencias de que un Dios sobrenatural existe, pensar que una serpiente habló es nada.
Esa es la pregunta que el escéptico debe buscar contestar, en vez de utilizar serpientes que hablan como excusa para no tener una verdadera conversación.
En fin, haya sido literal o metafórico, la evidencia de que sí ocurrió lo que ocurrió en el Edén está presente: el pecado entró al mundo. En otras palabras: aunque, tal vez, no  se sepa con exactitud cómo pasó, sabemos con exactitud qué pasó – y ese es el punto. Por lo tanto, se puede confiar en el mensaje redentor de la Biblia.
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Fuente: http://verdadyfe.com/
Editado por: Agape en la radio (AELR)

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