Por: Pr. Julio César Barreto
La humanidad ha desechado los mandamientos de Dios. El hombre no obtendrá su salvación por guardarlos o no, porque en todo caso, la Salvación es un "Don" (regalo) de Dios, que el hombre no se gana por méritos propios. Sin embargo, los mandatos de Dios fueron entregados a la humanidad para que esta tuviese una guía, por medio de la cual los seres humanos conociesen el camino de lo recto, de lo que a Dios le agrada, y para que a los hombres les fuese bien.
Pero; ¿Qué hicieron los hombres con los Mandamientos de Dios?
Los han traspasado deliberada y continuadamente.
¿Cuáles han sido las consecuencias por haber traspasado los hombres los Mandatos de Dios?
Les ha ido muy mal. Dios nos dejó escrito en Su Libro Sagrado (la Biblia) las consecuencias por no obedecer su Ley, pero también nos dijo que nos iría muy bien si acatábamos su Palabra fielmente.
En el número 2 de esta serie, en esta oportunidad me referiré a otro de los mandatos (no los Diez Mandamientos), sino un mandato dado a los creyentes pero que igualmente es valido para toda la humanidad, acerca de la embriaguez.
Consecuencias por el desacato a este mandato:
Embriaguez |
Lamentables accidentes de transito provocados por el consumo de alcohol.
Violencia Intrafamiliar |
Esto es solo por citar algunos de los graves males que ocasiona la embriaguez. Podríamos mencionar las consecuencias en el deterioro de la salud mental y física.
¿Cuál es la solución para este mal?
La solución es:
- Reflexionar seriamente acerca de este estilo de vida completamente destructivo.
- Pedir ayuda a Dios. Hablar con Él en oración sincera, de corazón.
- Creer en Jesucristo e invitarlo a venir al corazón y comenzar a vivir de manera diferente.
- Perseverar en conocer la Palabra de Dios y con la ayuda del Espíritu Santo crecer cada día en el conocimiento de Su Voluntad.
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