Hay quienes piensan que la ciencia y la religión son cosas contrarias. Aquí una sección dedicada al hecho de que la ciencia y la religión no son contrarias, sino complementarias.
“Para el científico que ha vivido con su fe en el poder de la razón, la historia termina como una pesadilla. Ha superado las montañas de la ignorancia; está a punto de superar el pico más alto y, cuando se levanta sobre la última piedra, un grupo de teólogos, que llevan ahí sentados por siglos, le dan la bienvenida.” (Robert Jastrow, astrónomo, físico, cosmólogo y agnóstico auto-procalmado)
El Dios de los Agujeros: La Guerra Inexistente entre la Ciencia y Dios.
“El Dios de los Agujeros” se refiere a una modalidad de pensar entre muchos escépticos y ateos que culpa a los Cristianos de atribuirle a Dios todo aquello que la ciencia no puede explicar. Es decir, llenar los agujeros en las explicaciones científicas con un simple: “porque Dios lo hizo así.”
Como he escuchado/leído muchas veces: “Sólo porque la ciencia no ha explicado algo no significa que nos debemos rendir y decir: ‘Dios lo hizo.'”
Pero, ¿es correcta esta acusación?
Muchos ateos y escépticos perciben a Dios de esta manera. Lo perciben como una explicación a fenómenos naturales que compiten con explicaciones científicas – llenando así los agujeros del entendimiento científico.
Pero esta percepción es defectuosa y equivocada.
Dr. Richard Howe |
El ateo Dan Barker (Director de Relaciones Públicas de “La Fundación para la Libertad de la Religión”) y el filósofo Cristiano Richard Howe hicieron un debate público sobre la existencia de Dios en la Universidad de Florida en el 1997. Dan Barker comentó:
“A través de la historia de la humanidad, hemos tenido […] preguntas [como estas:] ¿Qué causa los truenos? ¿Qué provocan los relámpagos? No sé; debe haber un gran ‘Thor‘ allá arriba que lo hace.” [risa de la audiencia] Pero ahora, ahora hemos aprendido sobre la electricidad. Y ahora, no necesitamos a Thor. Hemos borrado a ese dios, ¿verdad?Y la línea se sigue moviendo hacia arriba; mientras contestamos más y más preguntas, los dioses desaparecen.Todavía nos quedan muchas preguntas y ya no necesitamos poner a un Dios acá abajo. Él vive en los agujeros y cada vez esos agujeros se vuelven más pequeños…”
De seguro, Dan Barker no está solo en medio de los ateos. Si buscamos los comentarios en sitios web como este (que tratan con la existencia de Dios y argumentos a favor del Cristianismo), nos damos cuenta que existen muchos que consideran que Dios y la ciencia son explicaciones opuestas a los fenómenos naturales (como los truenos, los relámpagos o el fenómeno de la vida). Según este punto de vista, Dios sólo se necesita para rellenar los “agujeros” en el entendimiento científico actual. Eventualmente, la ciencia encontrará las explicaciones para llenar estos agujeros y eliminar la necesidad de Dios en lo absoluto.
El éxito de la ciencia ha llevado a la idea de que podemos concluir con certeza que no existe un Dios que creó y diseñó el universo, sólo porque podemos explicar los mecanismos del universo sin la necesidad de Dios.
Sin embargo, esto es un error categórico.
El matemático de la Universidad de Oxford, John Lennox (en su libro: “God’s Undertaker: Has Science Buried God?”), provee un excelente comentario sobre esta falacia lógica en relación al pensamiento ateísta del “Dios de los Agujeros.” Pondré su ilustración en mis propias palabras:
Imaginemos un auto de motor de Ford. Ahora imagina que alguien, en un lugar remoto del mundo está viendo este auto por primera vez y no conoce sobre tecnología moderna. Es posible que piense que hay un dios (el Sr. Ford) dentro del motor. Claro, si luego desarma el motor se dará cuenta de que adentro no está el Sr. Ford. Si después estudia ingeniería, podrá explicar cómo funciona el motor, sin la necesidad de que el Sr. Ford esté dentro de él.
Hasta ahora, todo bien.
El problema estaría si la persona decide que, porque entiende cómo funciona el motor del auto, es imposible pensar que existe un Sr. Ford que lo diseñó desde un principio. Esto es falso. En la filosofía se conoce como un error categorial.
Si nunca hubiese existido un Sr. Ford para diseñar el motor, no existiese un motor para que la persona lo pudiese entender.
De la misma forma, es un error pensar que nuestro entendimiento de los principios impersonales sobre los cuales se rige el universo hace que sea improbable o imposible la existencia de un Creador personal que lo diseñó y creó.
En otras palabras, no debemos confundir los mecanismos por los cuales el universo funciona con su Causa o Creador.
Lennox continúa:
“El problema básico es que aquellos con una inclinación ‘cientísta’ (a no ser confundida con ‘científica’) – como [los ateos] Atkins y Dawkins – no logran distinguir entre mecanismos y agencias. En términos filosóficos, ellos hacen un error categórico elemental cuando argumentan que, porque hemos entendido los mecanismos que explican un fenómeno natural, no hay un Agente que lo diseñó. Cuando Sir Isaac Newton descubrió la ley de la gravedad, no dijo: ‘He encontrado el mecanismo que explica el movimiento de los planetas, por lo tanto no existe un Dios que lo diseñó.’ Todo lo contrario: precisamente porque entendió cómo funcionaba, fue movido a mayor admiración por el Dios que lo diseñó de esa manera.”
Los comentarios de Lennox señalan a una gigantesca falta del razonamiento ateísta. Entender el mecanismo natural detrás de un fenómeno NO es lo mismo que explicar lafuente del fenómeno.
En resumen, las personas que argumentan que las explicaciones científicas son una alternativa a creer en Dios, confunden lo que es la ciencia con la ontología – deliberadamente poniendo estas dos cosas en conflicto. Preguntas científicas demandan contestaciones científicas. Preguntas ontológicas demandan contestaciones ontológicas. Por lo tanto, preguntar cosas ontológicas como: “¿por qué hay tanto orden en el mundo?” o “¿por qué el mundo es entendible en vez de caótico?” y contestar: “no sé, pero la ciencia lo descubrirá algún día” no tiene valor. (Aparte de que es la definición de “fe ciega” que tanto utilizan en contra del Cristianismo.)
No se trata de un “Dios de los Agujeros,” sino un “Dios de Todo el Espectáculo.”
Intentar de enmarcar un debate entre Dios y la ciencia es un intento de distraer la atención de la insuficiencia (o más bien: la quiebra) del razonamiento ontológico (no científico) de muchos ateos.
Fuente: http://verdadyfe.com/
Reproducido por: AELR (Ágape en la radio)
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