Por: Pr. Julio César Barreto
Porque aún un poquito,
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. (Hebreos 10:37)
Los acontecimientos se están precipitando vertiginosamente. Ante las miradas atónitas de las multitudes las profecías adquieren una dimensión cada vez más notoria. Sobran los ejemplos:
(Mt. 24.3-28; Mr. 13.3-23)
Luego se fueron al Monte de los Olivos. Jesús se sentó, y los discípulos se le acercaron para preguntarle aparte:
—Queremos que nos digas cuándo va a ocurrir esto. ¿Cuál será la señal de tu regreso y del fin del mundo? Jesús les contestó:
—Tengan cuidado de que nadie los engañe. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a mucha gente...
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Ustedes tendrán noticias de que hay guerras aquí y allá...
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y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo...
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Igualmente, cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas.
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