Estos niños originarios de Uganda, África, con edades de entre 6 a 13 años, fueron rescatados de la miseria y ahora están viajando por los Estados Unidos extendiendo el mensaje de gozo y esperanza a través de sus alabanzas y su danza a Dios, formando parte del coro de niños “Watoto”.
Ellos son niños huérfanos, pertenecientes al Ministerio Watoto, y a través de la música, comparten sus testimonios demostrando al mundo que Dios desea ser un Padre afectivo con toda la humanidad.
El ministerio fue fundado en 1991 por los misioneros canadienses Gary y Marilyn Skinner, quienes en su corazón surgió la necesidad de ayudar a los miles de niños ugandeses que habían quedado huérfanos por el sida y la guerra civil. Hoy día tienen su base en los Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, y desde 1994 han estado enviando al coro alrededor del mundo para ministrar gratis valiéndose de ritmos gospel contemporáneo, africano y de danza.
LOS NIÑOS TIENEN QUE IR A AUDICIONES PARA FORMAR PARTE DEL CORO Y SOLO SE LES PERMITE PARTICIPAR DE UNA GIRA.
Timothy Skinner, quien es el coordinador, dice que las giras ayudan a concienciar sobre la crisis del sida en Uganda, ayudando de ésta manera a recaudar fondos para el ministerio Watoto (“los niños”) a través de las ofrendas que reciben durante los conciertos.
SKINNER DESCRIBE EL MINISTERIO COMO UN “PROGRAMA DE DISCIPULADO ESPIRITUAL”.
Watoto recauda dinero para construir hogares para los huérfanos. Hasta ahora se han construido 60 hogares en tres aldeas. En cada residencia habitan ocho niños y una directora que cuida de ellos.
Cerca de 1,500 niños están al cuidado del ministerio, aunque los Skinners esperan algún día que la ayuda alcance a 30,000.
Los planes que tienen para el futuro incluyen construir una escuela secundaria, una escuela vocacional, un centro para retiros y un campamento para niños.
Es hermoso ver como el amor de Dios puede restaurar la vida de personitas que como ellos, sufren día a día momentos terribles por la guerra y la horfandad que ésta deja en las regiones de África.
Fuente: Publicado por Nadia Aguilar (tecnoiglesia.com)
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