“…Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que
es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”. Apóstol Pablo (2 Tim. 1:12)
Por: Pr. Julio César Barreto
Toda persona en este mundo tiene
algo en lo que cree y lo sostiene
fervientemente. Hablamos del verbo creer
como la acción de considerar una cosa como verdadera o pensar que existe. Un buen día (cuando menos
lo esperaba) me hice un creyente. Debo aclarar que esto no fue como
consecuencia de mi voluntaria decisión. Realmente yo no hubiera dado ese giro a
mi vida, de no haber mediado el poder de Dios sobre mí. De tal manera que puedo
decir categóricamente que yo no elegí a Dios en mi vida, sino que Él me eligió
a mí…”No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que
pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” (Juan 15:16).
Como consecuencia de haber sido hallado
por Dios, muchas cosas cambiaron en mi vida. Muchos conceptos que (ahora
entiendo) eran completamente equivocados tuve que desecharlos y en su lugar he
puesto fuertes columnas de verdad, las
cuales sostienen mi fe y hacen que mi camino esté claramente definido
delante de mí. Y es que no puede ser de
otra manera. Por ejemplo; un abogado es un profesional que
litiga en casos donde se tratan asuntos legales. La constitución de un
país es considerada la ley suprema y es una forma de ley federal. Por lo tanto,
la mayoría de los casos están basados en cuestiones constitucionales y se
llevan a cabo en un sistema de cortes federales. Podemos inferir entonces que hablamos de alguien que ha estudiado y que
debe conocer y comprender perfectamente
acerca de leyes.
De igual manera todo cristiano
debe estudiar y conocer cabalmente las Escrituras (la Ley Suprema de toda la
Creación), y tener muy bien definido y en perfecto orden, todo aquello en lo
que cree. En mi caso como un creyente que soy en Jesucristo, también tengo mi
reglamento de fe y conducta y lo quiero compartir con mis lectores:
Las Sagradas Escrituras: Es la revelación escrita de Dios al
hombre, y de esta manera los sesenta y seis libros de la Biblia que nos han
sido dados por el Espíritu Santo constituyen la Palabra de Dios. Absolutamente
inerrante en los documentos originales, infalible, y exhalada por Dios. (2
Pedro 1:20-21; 2 Timoteo 3:16).
Dios: Creo que no hay más que un Dios vivo y verdadero (Deuteronomio
6:4; Isaías 45:5-7; 1 Corintios 8:4), un Espíritu infinito, que todo lo sabe
(Juan 4:24), perfecto en todos Sus atributos, uno en esencia, existiendo
eternamente en tres Personas—Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2
Corintios 13:14) —mereciendo adoración y obediencia cada uno por igual.
El Hombre: Creo que el hombre fue directa e
inmediatamente creado por Dios a Su imagen y semejanza. El hombre fue creado
libre de pecado con una naturaleza racional, con inteligencia, voluntad,
determinación personal, y responsabilidad moral para con Dios (Génesis 2:7,
15-25; Santiago 3:9). Creo que por causa de la desobediencia de Adán a la
voluntad revelada de Dios y a la palabra de Dios, el hombre perdió su
inocencia, incurrió en la pena de muerte espiritual y física; se volvió sujeto
a la ira de Dios; y se volvió inherentemente corrupto y totalmente incapaz de
escoger o hacer aquello que es aceptable a Dios fuera de la gracia divina. Sin
poder alguno para tener la capacidad en sí mismo de restauración , el hombre está perdido sin
esperanza alguna. Por lo tanto, la salvación es en su totalidad la obra de la
gracia de Dios por medio de la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo
(Génesis 2:16-17; 3:1-19; Juan 3:36; Romanos 3:23; 6:23; 1 Corintios 2:14;
Efesios 2:1-3; 1 Timoteo 2:13-14; 1 Juan 1:8).
Salvación: Creo que la
salvación es totalmente de Dios, por Su gracia
basada en la redención de Jesucristo, el mérito de Su sangre derramada, y que
no está basada en méritos humanos u obras (Juan 1:12; Efesios 1:7; 2:8-10; 1
Pedro 1:18-19). Creo también en la Regeneración, la Elección, la Santificación,
la Seguridad del creyente, la Separación del creyente para vivir una vida de
justicia y obediencia a Jesucristo.
La Iglesia: Creo que todos
los que confían en Jesucristo son inmediatamente colocados por el Espíritu
Santo en un Cuerpo espiritual unido, la iglesia (1 Corintios 12:12-13), la
novia de Cristo (2 Corintios 11:2; Efesios 5:23-32; Apocalipsis 19:7-8), de la
cual Cristo es la cabeza (Efesios 1:22; 4:15; Colosenses 1:18). Creo que la
formación de la iglesia (el Cuerpo de Cristo) comenzó en el Día de Pentecostés
(Hechos 2:1-21, 38-47) y será completada cuando Cristo venga por los Suyos en
el rapto (1 Corintios 15:51-52; 1 Tesalonicenses 4:13-18).
Ángeles
Ángeles Santos: Creo que los
ángeles son seres creados y por lo tanto no deben ser adorados. Aunque son un
orden más alto de creación que el hombre, han sido creados para servir a Dios y
para adorarlo (Lucas 2:9-14; Hebreos 1:6-7, 14; 2:6-7; Apocalipsis 5:11-14;
19:10; 22:9).
Ángeles Caídos: Creo que
Satanás es un ángel creado y el autor del pecado. Él incurrió en el juicio de
Dios al rebelarse en contra de su Creador (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:11-19),
al llevar a varios ángeles con él en su caída (Mateo 25:41; Apocalipsis 12:1-14)
y al introducir el pecado a la raza humana por su tentación de Eva (Génesis
3:1-15). Creo que Satanás es el enemigo abierto y declarado de Dios y el hombre
(Isaías 14:13-14; Mateo 4:1-11; Apocalipsis 12:9-10), el príncipe de este
mundo, quien ha sido derrotado a través de la muerte y resurrección de
Jesucristo (Romanos 16:20); y que será eternamente castigado en el lago de
fuego (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:11-19; Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10).
El Rapto de la Iglesia: Creo
en el regreso personal, corporal de nuestro Señor Jesucristo antes de la
tribulación de siete años (1 Tesalonicenses 4:16; Tito 2:13) para sacar a Su
iglesia de esta tierra (Juan 14:1-3; 1 Corintios 15:51-53; 1 Tesalonicenses
4:15-5:11) y, entre este acontecimiento y Su regreso glorioso con Sus santos,
para recompensar a los creyentes de acuerdo a sus obras (1 Corintios 3:11-15; 2
Corintios 5:10).
El Período de Tribulación: Creo que inmediatamente después de sacar a la
iglesia de la tierra (Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18) los justos juicios
de Dios serán derramados sobre un mundo incrédulo (Jeremías 30:7; Daniel 9:27;
12:1; 2 Tesalonicenses 2:7-12; Apocalipsis 16), y que estos juicios llegarán a
su clímax para el tiempo del regreso de Cristo en gloria a la tierra (Mateo
24:27-31; 25:31-46; 2 Tesalonicenses 2:7-12). En ese momento los santos del
Antiguo Testamento y de la tribulación serán resucitados y los vivos serán
juzgados (Daniel 12:2-3; Apocalipsis 20:4-6). Este periodo incluye la 70a.
semana de la profecía de Daniel (Daniel 9:24-27; Mateo 24:15-31; 25:31-46).
La Segunda Venida y el Reino
Milenial: Creo que después del periodo de tribulación, Cristo vendrá a la
tierra a ocupar el trono de David (Mateo 25:31; Lucas 1:31-33; Hechos 1:10-11;
2:29-30) y establecerá Su reino mesiánico por mil años sobre la tierra
(Apocalipsis 20:1-7). Durante este tiempo los santos resucitados reinarán con
El sobre Israel y todas las naciones de la tierra (Ezequiel 37:21-28; Daniel
7:17-22; Apocalipsis 19:11-16). Este reinado será precedido por el
derrocamiento del Anticristo y el Falso Profeta y deposición de Satanás del
mundo (Daniel 7:17-27; Apocalipsis 20:1-7).
Creo que el reino mismo va a ser
el cumplimiento de la promesa de Dios a Israel (Isaías 65:17-25; Ezequiel 37:
21-28; Zacarías 8:1-17) de restaurarlos a la tierra que ellos perdieron por su
desobediencia (Deuteronomio 28:15-68). El resultado de su desobediencia fue que
Israel fue temporalmente hecho a un lado (Mateo 21:43; Romanos 11:1-26) pero
volverá a ser despertado a través del arrepentimiento para entrar en la tierra
de bendición (Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:22-32; Romanos 11:25-29).
Creo que este tiempo del reinado
de nuestro Señor será caracterizado por armonía, justicia, paz, rectitud y
larga vida (Isaías 11; 65:17-25; Ezequiel 36:33-38) y será llevado a un fin con
la libertad de Satanás (Apocalipsis 20:7).
El Juicio de los Perdidos:
Creo que cuando Satanás sea soltado (por un poco de tiempo) después del reinado
de Cristo por mil años (Apocalipsis 20:7), Satanás engañará a las naciones de
la tierra y las reunirá para combatir a los santos y a la ciudad amada, y en
ese momento Satanás y su armada serán devorados por fuego del cielo
(Apocalipsis 20:9). Después de esto, Satanás será arrojado al lago de fuego y
azufre (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10) y entonces Cristo, Quien es el Juez de
todos los hombres (Juan 5:22), resucitará y juzgará a los grandes y pequeños en
el Juicio del Gran Trono Blanco. Creo que esta resurrección de los muertos no salvos
a juicio será una resurrección física, y después de recibir su juicio (Romanos
14:10-13), serán entregados a un castigo eterno consciente en el lago de fuego
(Mateo 25:41; Apocalipsis 20:11-15).
Eternidad: Creo que
después de la conclusión del milenio, la libertad temporal de Satanás, y el
juicio de los incrédulos (2 Tesalonicenses 1:9; Apocalipsis 20:7-15), los
salvos entrarán al estado eterno de gloria con Dios, después del cual los
elementos de esta tierra se disolverán (2 Pedro 3:10) y serán reemplazados por
un cielo y tierra nuevos, en donde sólo morará la justicia (Efesios 5:5;
Apocalipsis 20:15; 21-22). Después de esto, la ciudad celestial descenderá del
cielo (Apocalipsis 21:2) y será el lugar en el que moren los santos, en donde
disfrutarán de la comunión con Dios y de la comunión mutua para siempre (Juan
17:3; Apocalipsis 21-22). Nuestro Señor Jesucristo, habiendo cumplido Su misión
redentora, entonces entregará el reino a Dios el Padre (1 Corintios 15:24-28)
para que en todas las esferas el Dios trino reine para siempre (1 Corintios
15:28).
A grandes rasgos…Esto es lo que creo.
Fuente: https://evangelio.wordpress.com/doctrina/
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