Escrito por
Irene Abraham
¿Cuáles son los frutos del Espíritu?
Algunos de los frutos del Espíritu se describen en Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.”
El
fruto del Espíritu es esencialmente lo opuesto al pecado y el egoísmo.
El fruto del Espíritu es la vida de Cristo, es naturaleza divina. Es la
nueva y agradable vida que se vuelve parte de mi naturaleza cuando, en
obediencia al Espíritu, me dejo ser limpiado y muero al pecado. El fruto
del Espíritu es el resultado de andar en el Espíritu. (Gálatas 5:16-26)
¿Cómo obtenemos el fruto del Espíritu?
“De
cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra
y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” Juan 12:24.
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría… Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro…” Colosenses 3:5,12-13
Para
que este trigo o fruto crezca, algo debe de morir. Pero cuando muere,
la nueva vida comienza – obtenemos más y más de los frutos
del Espíritu cuando ponemos a la muerte nuestra naturaleza pecaminosa
mediante la obediencia al Espíritu – a través de andar en el Espíritu.
Por
ejemplo, la bondad es uno de los frutos del Espíritu. Nosotros queremos
mostrar bondad a nuestra familia, amigos y a todos aquellos que
conocemos a lo largo de nuestro camino; pero suele pasar que algo no
sale de acuerdo a lo que yo pensé, o alguien dice algo de cierta manera,
y percibo lo opuesto a la bondad dentro de mí. Algo desagradable quiere
salir, esto es mi naturaleza pecaminosa o “carne” y ¡ Esto es lo que
necesita morir, para obtener el precioso fruto de la bondad!
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría… Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro…” Colosenses 3:5,12-13
Obteniendo el fruto del Espíritu: Un proceso de toda la vida.
Obtener
el fruto del Espíritu es un proceso continuo: Algo en mí debe de morir,
para dar lugar a la naturaleza divina. Entre más yo “muera”, más podré
recibir pensamientos buenos, acciones y palabras, y asi llegar a ser más
y más justo y santo. (2 Pedro 1:3-9)
Lo
mismo aplica al amor, gozo, paz, paciencia, y los otros frutos del
Espíritu. Esto es un trabajo de por vida. Siempre hay más naturaleza
divina por la cual trabajar. Necesitamos tener este anhelo y deseo
ardiente constante en nuestros corazones, “¡Necesito ganar más de los
frutos del Espíritu!” “¡Necesito estar lleno de la naturaleza divina!”
“Mas
ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.” Romanos 6:22
Fuente: https://cristianismoactivo.org
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