martes, 28 de junio de 2016

LIDIA, UNA EMPRENDEDORA MUJER DE DIOS


En el libro de Hechos capítulo 16 nos habla de Pablo y Silas que emprendieron su viaje misionero a todas las ciudades, donde anteriormente habían anunciado la Palabra de Dios para ver cómo se encontraban las Iglesias y confirmarlas en la Fe.
En este viaje misionero se le unió Timoteo (Hechos 16: 1-3), visitaron muchas Ciudades, pero cuando iban a ir a la ciudad de Bitinia El Espíritu Santo no se los permitió. (Hechos 16: 7)
Pablo tuvo una visión de que tenían que ir a predicar el Evangelio a Macedonia (Hechos 16: 9-12), y aquí empieza la historia de una mujer extraordinaria llamada Lidia. (Hechos 16:13-15)
LIDIA ERA UNA MUJER DE NEGOCIOS, TODA UNA EMPRESARIA
Ella vendía tintura de púrpura color carmesí y telas finas del mismo color, fabricadas en su ciudad natal Tiatira, esta tintura es un colorante que fabricaban sobre las bases de las púas del caparazón de un molusco era un colorante original y caro, por lo tanto Lidia debió ser una mujer de buena posición económica. La mano soberana de DIOS se aprecia en la vida de esta hermosa mujer. Dios la condujo a la ribera del río, porque el corazón de Ella buscaba tener un encuentro con EL, y fue
EL ESPÍRITU DE DIOS QUIEN ABRIÓ SU CORAZÓN, LE DIO OÍDOS ESPIRITUALES PARA ESCUCHAR Y OJOS ESPIRITUALES PARA VER EL IRRESISTIBLE LLAMADO DE CRISTO
Ella respondió al instante, Lidia escuchaba y ponía atención, voluntariamente abrazó la verdad del evangelio y acepto a CRISTO como único SEÑOR y SALVADOR y se convirtió en una creyente esa misma mañana. La manera en que se convirtió Lidia es una excelente ilustración de como DIOS siempre salva a las almas perdidas, DIOS las atrae con lazos de amor dondequiera que se encuentren. OSEAS 11: 4
ES DIOS QUIEN ABRE EL CORAZÓN PARA CREER, SI DIOS NO NOS LLEVA A CRISTO NUNCA LLEGARÍAMOS A EL. JUAN 6:44 Y 65
Nosotros no tenemos el poder para cambiar nuestros corazones o salirnos del poder del mal, para volvernos buenos, EFESIOS 2: 8-9. DIOS es EL que abre nuestro corazón para creer.
Todos los creyentes como Lidia, debemos confesar que fue DIOS quien primero nos abrió el corazón para creer. La FE de Lidia se hizo evidente en sus acciones, Hechos 16: 15.
La reunión tuvo lugar junto a un rio y Ella se bautizó de inmediato y también su familia. Ella estuvo muy dispuesta a ofrecer su casa a los misioneros que habían venido en el nombre de CRISTO, la hospitalidad de Lidia fue admirable y con toda seguridad que había más personas en este grupo, se quedaron en su casa por muchos días.
Si ustedes siguen leyendo, Pablo y sus compañeros siguieron anunciando el evangelio en esa ciudad. Y les acontecieron muchas cosas, los metieron en la cárcel, los azotaron, pero los creyentes se reunían a orar por ellos y ¿Sabes en donde?  en la casa de Lidia. Hechos 16: 40
Eso indica que Pablo había estado en Filipos el tiempo suficiente para fundar la primera Iglesia y
LIDIA TUVO EL HONOR DE TENER EN LA SALA DE SU CASA LAS PRIMERAS REUNIONES PARA ALABAR Y GLORIFICAR EL GLORIOSO NOMBRE DE NUESTRO  SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO, Y ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS EN LA PRIMERA IGLESIA QUE SE ESTABLECIO EN EUROPA, QUE GRAN PRIVILEGIO.
Logró ese honor al mostrar su hospitalidad a este equipo misionero a quien apenas conocía, este hecho fue tan notable como su FE.
La recompensa de Lidia en el cielo seguramente es grande y por eso es verdaderamente una mujer extraordinaria. Seguramente que cuando llegó ante la presencia del Señor le ha de haber dicho:
“SEÑOR ES GOZO ES MIO Y LA GLORIA TUYA”
ALABADO SEA EL NOMBRE DE NUESTRO PRECIOSO, GLORIOSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.
MI ORACION ES QUE LE OFREZCAS A DIOS LA SALA DE TU CASA, MUJER EXTRAORDINARIA.
Fuente: Publicado por: Elsa Zavala (tecnoiglesia.com)

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