miércoles, 15 de junio de 2016

Oraciones que traspasan los cielos


                                 “Oren sin cesar” 1 Tes. 5:17



Por: Julio César Barreto


Orar no es un simple ejercicio de emitir palabras. Muchas veces hemos escuchado decir: “Orar es hablar con Dios”. Esa es la definición genérica, la más sencilla manera para tratar de explicar algo de mucha relevancia. La oración puede transformar la historia de los pueblos, el curso de una vida, algo que hace que podamos tener control de los acontecimientos, al punto de derribar muros gigantes, detener el Sol y la Luna y hasta derrotar gigantes.

Llegó un momento en que los discípulos de Jesús sintieron la necesidad de conocer eso que ellos tantas veces vieron a su Maestro hacer; Él oraba, y de verdad, con intensidad, con frecuencia. Ellos entonces se acercaron a él y le dijeron: “enséñanos a orar” (Lucas 11:1).

Nunca es tarde cuando la dicha llega, dice un refrán popular, de igual manera cabe decir: “Nunca es  tarde cuando por fin aprendemos y aplicamos los importantes principios que pueden hacer que nuestra oración no se quede  flotando en el perímetro del lugar donde hemos orado, sino que ella tenga poder y sea capaz de traspasar los cielos.


LA ORACIÓN NOS SEÑALA QUE REINAREMOS CON CRISTO

Los sacerdotes del Antiguo Testamento tenían tres deberes esenciales:
·         Servir al Señor en el Santuario.
·         Enseñar al pueblo la ley de Dios.
·         Consultar al Señor por el pueblo.

Dentro de las funciones del servicio al Señor en el Santuario, estaba la de ofrecer el incienso aromático en el Altar del Incienso, tanto por la mañana como por la tarde delante de Jehová (Éxodo 30: 1-10). Todo esto era una figura de la oración que debemos presentar a Dios cada día, tal como lo dijo el salmista: “Suba mi oración a ti como el incienso” (Salmo 141:2).
La oración no solo es intercesión, también es adoración a nuestro gran Rey. Jesús le dijo a sus discípulos: “Yo les asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mi” (Lucas 22 28-30).

Como reyes, pero sobretodo como sacerdotes de Dios que somos, estamos llamados a cumplir con nuestro sagrado deber de presentar cada día el olor grato y fragante de la oración a nuestro Dios (Apoc. 1:5-6 – Apoc. 5:10 – 1Pedro 2: 9-10).
No olvidemos que en el cielo está el Tabernáculo original, del cual el que Moisés hizo en la tierra era figura del verdadero.

¿RESPONDE DIOS A TODAS LAS ORACIONES?

La respuesta es: Si.  ¿Entonces por qué muchos cristianos se desalientan cuando oran y no reciben (aparente) respuesta La?  Vamos a ver esto con discernimiento espiritual.

1.       La respuesta de Dios es: NO
Moisés (Deut. 3: 23-29)

Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.”

2.      La respuesta de Dios es: Si (pero hay que esperar).
Abraham (Gen. 15; Gen. 21). 25 años tuvo que esperar pacientemente Abraham para ver realizado por fin el cumplimiento de la promesa dada por Dios.


ORACIONES ESTORBADAS

Algunas oraciones no reciben ni un SI ni un NO,  porque simplemente no llegan, es decir, son bloqueadas (estorbadas). Veamos 2 ejemplos:

1.       Enemistades en el seno del hogar, las cuales perturban la oración. (1 Pedro 3:7)
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”

2.      La oposición de las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes. (Daniel 10: 12-13).

“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. 

Jesús nos dejó el más poderoso ejemplo. Sí Él oraba qué decir de nosotros. Daniel  oraba 3 veces al día (Daniel 6:10). La oración nos prepara para reinar con Cristo, porque mientras ejercemos en esta tierra de los vivientes nuestro oficio sacerdotal, y elevamos nuestro incienso diariamente (oración), nos estamos proyectando hacia nuestro glorioso futuro cuando reinaremos con Cristo y le serviremos y adoraremos para siempre, porque Él es el Cordero de Dios que vive y reina para siempre.

Nota: Este  artículo no es una investigación exhaustiva acerca de las causas por la que Dios dice No o Si a nuestras oraciones, tampoco lo es acerca de las oraciones estorbadas. La idea es  motivar a mis lectores a investigar  en oración y lectura de la Palabra de Dios acerca de este tema.


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