"...algunas veces nos habla en sueños, mientras dormimos profundamente; otras veces nos habla al oído; claramente nos advierte que ya no hagamos lo malo ni sigamos siendo orgullosos; así nos libra de la muerte…"
Por: Julio César Barreto
Cuando la ciudad duerme, no importa en qué lugar del planeta Tierra sea; ¿Cuántos se fueron a la cama
tristes? ¿Cuántos se acostaron alegres? ¿Quiénes podrán realmente conciliar el
sueño? ¿Cuántos amanecerán vivos al despertar? ¿Cuántos de ellos podrán abrir sus ojos para contemplar
un nuevo día? ¿Quién estará durmiendo en una buena cama y cuantos estarán en el suelo acostados sobre unos
cartones?
Muchas preguntas podrían
hacerse al respecto, pero una cosa es cierta; no todos CUANDO LA CIUDAD DUERME,
se acuestan plácidamente. No todos tienen su conciencia tranquila, no todos se acostaron
con su estomago lleno (a menos que sea de aire). Cuando las sombras caen sobre
la ciudad, entonces surgen los fantasmas que acosan las vidas de los seres
humanos, y no es que no lo estén presentes en el día, sino que la noche tiene
ese algo especial que hace que muchas cosas no se vean igual.
Al decir Fantasmas, me refiero a los pensamientos
atiborrados en la mente y clavados como espinas en la existencia de las
personas, y que no pueden drenar, porque se ha perdido toda esperanza. Al decir Fantasmas, me quiero dirigir al miedo y la inseguridad que
experimentan esos niños de la calle que duermen debajo de los puentes, a
orillas de las quebradas, o en el
interior de los túneles de los alcantarillados, compartiendo el hábitat de
miles de roedores y de insectos.
Pero, gracias a Dios que también puede decirse que CUANDO LA
CIUDAD DUERME, alguien encontrará la
paz, alguien obtendrá el perdón, algunos
pasarán de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz. Esto lo digo
porque muchos de ellos, abandonados por la sociedad, por sus familiares,
despreciados por el mundo entero, clamarán a aquel que ellos (aunque no lo
pueden ver, ni sentir) han escuchado que se llama Dios, y muchos (por
primera vez en su vida) elevarán una oración
al Dios Todopoderoso.
Esto sucederá porque Dios prepara el terreno para que los
hombres tengan la oportunidad de conocerle a Él. Entonces se cumplirá en
millones de seres humanos alrededor del mundo entero, lo que está escrito en el
libro de Job 33 (TLA)
“Tal vez no nos damos cuenta, pero Dios no deja de
hablarnos; algunas veces nos habla en sueños, mientras dormimos profundamente; otras
veces nos habla al oído; claramente nos advierte que ya no hagamos lo malo ni
sigamos siendo orgullosos; así nos libra de la muerte…Todo esto lo hace Dios cuantas
veces sea necesario, para salvarnos de la muerte y dejarnos seguir con vida”.
Todo esto lo hace nuestro maravilloso Dios a plena luz del
día, pero también lo hace... CUANDO LA CIUDAD DUERME.
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