Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de
su alabanza. Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de
su mano, Y allí estaba escondido su poder. (Habacuc 3: 3-4)
Por: Julio César Barreto
De una hermosura indescriptible estas palabras de Habacuc, “Su gloria cubrió los cielos…” Incontable
cantidad de ocasiones, el cielo se ha cubierto con la gloria de Dios. Cuando
creó (al principio) los cielos y la tierra, Dijo Dios al culminar su creación que
todo era bueno en gran manera (Gen. 1:31).(Job 38: 4-7).
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ... Cuando alababan todas las estrellas del
alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?
Aquella noche de la anunciación del nacimiento del Mesías,
creo que la gloria de Dios cubrió los cielos (Lucas 2: 8-15).
Había pastores en la
misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su
rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del
Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.
Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,
que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David,
un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un
pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las
huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
Sucedió que cuando los ángeles su fueron de ellos al cielo, los pastores se
dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha
sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
Aún falta una ocasión en que su gloria cubrirá los cielos. Será
un día esperado por todos los que le amamos. ¡Un día maravilloso! (Apoc. 21:
1-7).
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo
y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa
ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa
ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su
pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el
que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y
me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me
dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que
tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El
que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Y la Tierra se llenará de Su alabanza (Zacarías 14: 4-11).
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los
Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se
partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle
muy grande; y la mitad del monte se
apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle
de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la
manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y
vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.
Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Será un día,
el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que
al caer la tarde habrá luz. Acontecerá también en aquel día, que saldrán
de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra
mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey
sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.
Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de
Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de
Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y
desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. Y morarán en ella,
y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada
confiadamente.
UNA VEZ MAS...ESTIMADO HERMANO EN LA FE...SIGUE DEJANDOTE GUIAR POR NUESTRO DIOS...FELICIDADES POR EL ESTUDIO BIEN DESGLOSADO...SALUDOS Y BENDICIONES AL POR MAYOR...HNO.PACO.
ResponderEliminarMuchas gracias amado hermano Paco. A Dios (nuestro Padre) sea siempre toda la gloria. Dtb.
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