“SOBRE TODO LO QUE POSEES, ¡ADQUIERE INTELIGENCIA!” (Proverbios 4:7)
Como cualquier padre, Dios quiere que les vaya bien a Sus hijos. Pero para que te vaya bien en la vida, debes preguntarte de vez en cuando dos cosas:
1) ¿Me tomo en serio mi desarrollo personal?
“Sabiduría ante todo, ¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia!” (Proverbios 4:7). Sigue siempre aprendiendo, leyendo y haciendo preguntas. Un proverbio chino dice: “Quien pregunta es necio cinco minutos; quien no pregunta es necio toda la vida”. Algunos somos como la niña que pensó que ya sabía todo de matemáticas al haberse aprendido la tabla de multiplicar hasta el 12. Cuando su abuelo le preguntó irónicamente: ‘¿Cuánto es 13 por 13?‘, ella se burló respondiendo: ‘No digas tonterías, yayo. ¡Eso no existe!‘. El ansia de sabiduría y conocimiento determina tu futuro. Para seguir dando tienes que seguir recibiendo.
2) ¿Disfruto de lo que hago?
Nunca alcanzarás tu destino haciendo algo que detestes. La pasión es el eje de la satisfacción y del éxito verdaderos; es la chispa que enciende el fuego; te propulsa cuando otros se cansan; te ayuda a salir con soluciones cuando los demás se quedan sin ideas creativas; te fortalece cuando otros se rinden y te da valor para arriesgarte cuando los demás ansían seguridad. Cuando pierdes la pasión, suceden dos cosas: primero, ya no persigues la excelencia; segundo, pones en peligro tu integridad, porque sientes la tentación de tomar atajos y transiges conformándote con algo menos de lo que a Dios le gustaría. Un líder dijo: ‘Lo que genere pasión en ti es la clave de tu destino. Muchas veces lo que te apasiona es la clave de lo que puedes lograr’.
“EL QUE QUIERA HACERSE GRANDE ENTRE VOSOTROS, DEBERÁ SER VUESTRO SERVIDOR” (Marcos 10:43 CST)
Dos preguntas más que deberías hacerte constantemente:
3) ¿Estoy dispuesto a servir a otros? ¿Dices que quieres ser líder? ¿Por qué?
Hasta que no respondas a la pregunta con los motivos adecuados, Dios no te dará el puesto. A veces sólo lo queremos para controlar; otras, no estamos dispuestos a pagar el precio del éxito y únicamente queremos las ventajas que conlleva, como un despacho, un buen sueldo, un título reconocido y la admiración de los demás. Jesús dijo: “El que quiera hacerse grande entre vosotros deberá ser vuestro servidor” (Marcos 10:43 CST). El liderazgo te pone en una posición donde es fácil ocuparse de las propias necesidades primero antes de ayudar a l os demás. Siempre existe esa tentación, y siempre está mal. Debes preocuparte sinceramente por la gente y ayudarles a desarrollar su potencial. Cuando lo hagas, estarás honrado a Dios y Él te honrará a ti.
4) ¿Estoy haciendo aquello para lo que fui llamado?
“Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado” (Romanos 12:6 CST). Samuel Johnson dijo: “Muchos hombres malgastan parte de su vida tratando de exhibir virtudes que no poseen… de ganar un aplauso que no pueden mantener”. Si tienes en mente una idea de las virtudes que debe tener alguien con talento y tú careces de ellas, te costará reconocer tus capacidades. Henry Ford destacó: “Preguntarse por quién debería ser el jefe es como preguntar quién debería ser el tenor del cuarteto. Está claro, ¡el hombre que cante como tenor!”Para tener éxito en la v ida, debes saber para qué cosas te dio talento Dios.
“CUIDAD MUCHO VUESTRA MANERA DE VIVIR” (Efesios 5:15 CST)
Tres preguntas más que deberías plantearte:
5) ¿Estoy aprovechando el día al máximo?
“Cuidad mucho vuestra manera de vivir. No viváis como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento” (Efesios 5:15-16 CST). Sólo te puedes preparar para mañana si te concentras en lo que tienes que hacer hoy. Si no haces lo que debes en este día, mañana lo pasarás rectificando los errores de hoy. Tu vida no cambiará hasta que no cambies algo de tu rutina diaria. Sólo te podrás mantener encaminado si te preguntas: ‘¿Estoy aprovechando el día al máximo?’ y luego rectificas el camino cuando no sea así.
6) ¿Me estoy tomando mi tiempo para pensar?
Una de las mejores cosas que puedes hacer es sacar tiempo para pensar, lo cual es especialmente necesario si eres alguien a quien le gusta marcarse metas y lograrlas. Nos gusta sentir que vamos mejorando, que pasamos de etapa y que logramos las cosas. Pero para hacer lo correcto, del modo correcto y en el momento correcto, deberemos tomarnos un tiempo para evaluar nuestra actividad. ¿Lo haces?
7) ¿Estoy agradando a Dios con mi vida?
Se le recuerda a Enoc por estas palabras: “Agradaba a Dios” (Hebreos 11:5 NTV). ¡Qué testimonio! Jesús dijo: “¿De qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?” (Marcos 8:36). Dejando de lado los logros, tu meta por excelencia debería ser agradar a Dios. Y para eso debes pasar tiempo con Él en oración y leyendo las Escrituras. En oración te comunicas con Dios y a través de la Palabra Él se comunic a contigo. ¡Es una combinación ganadora!
Fuente: devocionalescristianos.org
Edición y reproducción: Ágape en la radio (AELR).
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