Almolonga, una ciudad caracterizada por el antes y después de la década de los setenta.
Antes de ser visitada por el poder de Dios, era un lugar invadido por el temor, demonios, pobreza, idolatría, y su característica principal era el letargo inducido por el alcohol, fruto de servir a un ídolo llamado Maximón. Este ídolo perverso estaba asociado con los vicios de fumar, tomar licor y la inmoralidad.
El llamado que Dios hizo a un humilde hombre, Generó Riscajehe, para que luchara contra el poder de las tinieblas, permitió que el pueblo experimentara la liberación por el poder de Jesucristo, reportándose que el 90% de los 18 mil habitantes rindieran sus vidas a Cristo.
Desde que el poder de Dios empezó a transformar la comunidad, el crimen ha tenido un marcado descenso. El jefe de la policía testimonia que “nosotros metíamos en la cárcel un promedio de 20 a 30 personas al mes” Las multitudes se agrupaban sólo para ver a los borrachos pelear. Parecía que no tenía descanso. Antes, teníamos cuatro cárceles que no eran suficientes para acomodar a los prisioneros“. Pero ahora las cosas son diferentes. La gente ha cambiado de actitud, la última cárcel cerrada fue en 1988. Ahora está remodelada y se le llama el SALÓN DE HONORES, el cual es un lugar para celebrar bodas, hacer recepciones y para los eventos de la comunidad.
Sumado al descenso de criminalidad, se pueden ver también grandes cambios sociales, como la ausencia de prostitutas y el número de bares convertidos en pequeñas tiendas con nombres nuevos como :“La pequeña Jerusalén”, y “Jehová Jireh”.
Antes de la intervención de Dios, la mayor parte de hombres eran alcohólicos y sus hogares eran desordenados. La negligencia y el abuso físico eran desenfrenados. Era muy común que los hombres les pegaran a sus esposas, algunas veces con palos. Hoy, hay más comunicación entre las familias y el abuso ha disminuido.
Se ha producido una renovación económica. No hay evidencia de desempleo, limosneros, borrachos dormidos en las aceras o de vagabundos. Los apios, la coliflor, el repollo, las papas, las zanahorias, los rábanos, son a menudo increíblemente más grandes en tamaño que los que crecen en las aldeas vecinas. Los agrónomos de Estados Unidos visitaron para probar sus principios científicos para producir mejores cosechas. ¿El resultado? La sabiduría que Dios le ha dado a los granjeros de Almolonga produce más que cualquiera de los métodos científicos juntos. Nunca soñaron con vender vegetales fuera de Guatemala, pero ahora los exportan a otras naciones.
Editado y reproducido por: Ágape en la radio
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