“Justicia eterna
son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré”.
(Salmo 119:144)
Por: Pr. Julio César Barreto
En esta vida hay
cosas de las cuales podemos prescindir. Vamos por la senda como si llevásemos con
nosotros, un equipaje donde cargamos con nuestras pertenencias. A medida que
avanzamos, suele suceder que llegamos a necesitar aligerar nuestra carga,
despojarnos de algo de peso y así poder avanzar mejor.
Es así como soltaremos y dejaremos atrás algunas cosas, pero entre todo aquello que
resulta valioso e imprescindible, se encuentra justamente esta virtud: “Entendimiento”.
La vía por la cual transitamos se llama: “La Senda de la Vida” (Me
mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a
tu diestra para siempre. Salmo 16:11); y en la misma
medida en que vamos adquiriendo
entendimiento, nuestra mente, nuestro corazón y nuestro camino, se iluminan
gradualmente más y más.
¿Qué significa
Entendimiento?
Comprender, discernimiento, descifrar, conocer perfectamente algo.
¿Qué necesitamos
entender?
-Necesitamos entender a Dios (Jeremías
9:23-24)
Así dijo Jehová: No se
alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el
rico se alabe en sus riquezas.
Mas alábese en
esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová,
que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas
quiero, dice Jehová.
-
Entender nuestros propios errores ( Salmo 19:12)
¿Quién
podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
-
Entender cuál es la voluntad de Dios (Efesios 5:17)
Por
tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
¿Cuáles son los Beneficios que obtenemos por ser
entendidos?
-
Recordemos que el salmista le dijo a Dios: “Dame
entendimiento y viviré”; o sea en “Entender” nos va la propia vida.
Jesús estuvo muy interesado en que sus discípulos tuviesen
entendimiento:
(Lucas
24: 13-49)
Entonces él les dijo: ¡Oh
insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
¿No era necesario que el Cristo
padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que
de él decían.
Y les dijo: Estas son las
palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se
cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y
en los salmos.
Entonces les abrió el
entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras.
Me
siento inclinado a concluir este artículo con las palabras benditas reflejadas
en el Salmo 32:
“Te haré entender, y te enseñaré el
camino en que debes andar; Sobre ti
fijaré mis ojos.
No seáis como el
caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con
cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario