miércoles, 6 de abril de 2016

Amor; la Clave para la madurez de carácter en el cristiano





En la vida cristiana  los dones espirituales son importantes y necesarios para  dar a conocer que Jesucristo está con nosotros; ya que la gente ve el poder de Dios en acción. Sin embargo, el Fruto del Espíritu Santo es indispensable en la vida de cada creyente, ya que a través de él  testificamos no sólo que Dios está con nosotros, sino también que Dios vive en nosotros y que somos discípulos de Jesucristo.

Porque el Fruto es para unas excelentes relaciones humanas entre todos los cristianos y aún con los no cristianos. El Fruto del Espíritu es una demostración que Jesucristo nos ha cambiado y que estamos creciendo en comunión con Él.

I.-EL APÓSTOL PABLO PRESENTA LA NECESIDAD QUE EL CRISTIANO TIENE DE SER UN CREYENTE MADURO (1 Co.13:11).

A.- La  analogía  de la vida  espiritual y biológica:
El apóstol Pablo realiza esa magistral comparación entre un niño en su lógico proceso de crecimiento físico, emocional y mental hasta convertirse en todo un hombre que lleno de conocimiento puede realizar juicios cabales de la vida. Cuando ya es un hombre, de ninguna manera se comporta como cuando tenía sus doce o trece años; ahora es diferente.


1.- De igual manera en la vida espiritual sufrimos esa transformación: Al inicio de nuestra vida cristiana los milagros y las señales son nuestro alimento para ir creciendo, pero conforme crecemos en el conocimiento bíblico y doctrinal, descubrimos que esos elementos ya no son necesarios para amar a Dios y servirle, ahora ya es el conocimiento  y la experiencia que tenemos de Él.

B.- La  edad madura hace que lo que hacíamos de niños  se deje de lado. Descubrimos que para que la Iglesia se mantenga unida ya no son los milagros, sino es esa capacidad que tenemos de poder  amar a cada uno de los miembros de  nuestra congregación. ¡Eso es madurez cristiana!
1.- Cuando somos capaces de amar incondicionalmente a cada persona que es parte de la iglesia de Jesucristo.


II.- PABLO  CONTRASTA LOS DONES ESPIRITUALES CON LA MADUREZ ESPIRITUAL  (1 Co.13. 1-4).
El creyente que tiene los dones espirituales  y no tiene amor:


A.–  Solamente hace ruido,  ruido y mucho ruido, ya que no tienen  sentido  todos esos milagros, las señales y las obras portentosas que haga. De poco sirven a la Iglesia.

B.– Nada es. Delante de Dios esa persona nada es. Lo es porque es cristiano, sin embargo, con los dones que posee y falto de amor, no es algo importante.

C.- De nada  le sirve. Los milagros y las señales son para los incrédulos, en el área del trabajo  evangelistico  sí sirven, pero la Iglesia de Jesucristo requiere más del amor que se brindan cada uno de sus integrantes para mantenerse siempre unida.

III.- PABLO PRESENTA  ALGUNAS   CUALIDADES QUE DISTINGUEN AL CRISTIANO QUE DE VERDAD AMA  (1 Co.13.:4-10).

A.- Es  sufrido: del  gr. makrothumeo = ser paciente, tener paciencia,  esperar con paciencia, aguantar con paciencia.

1.- No significa que seamos cristianos resignados, pero sí creyentes que amamos al Señor y ese amor produce paciencia en nuestra vida, la cual nos ayuda a ser personas que esperamos se cumpla  la voluntad de Dios en  nosotros.

2.- Ante las situaciones de  la vida, en medio de las enfermedades, y desde luego,  para nuestras relaciones humanas  con los hermanos de la iglesia. Cuando existe amor en nuestra vida es que vamos a tener paciencia.

3.- Bien sabemos que la paciencia es esencial para que mostremos amor por cada miembro del cuerpo de Cristo día a día.

B.- No tiene  envidia : gr. zelóo = mover por envidia, tener celos, arder de envidia.

1.- Ser libre de envidia con respecto a los bienes materiales de otras personas, el negocio o empleo de los hermanos, la casa que poseen los familiares y desde luego, no tener envidia por los dones  ministeriales y/o espirituales de otros cristianos.

2.– Ser libre de envidia por el físico, los estudios o la familia  de nuestro mejor amigo; no sentir envidia por la casa, el auto o el negocio de otro miembro de la iglesia.

3.- Más bien, es, sentir felicidad por  que le está yendo bien a cada uno de los cristianos que conocemos y son nuestro prójimo. Y, también, cuando a alguien le va mal, nos causa tristeza.

C.- No es jactancioso : gr. perperéuomai = ser jactancioso ante los hermanos.
Existen creyentes que se jactan ante los hermanos que menos tienen.


1.- Quien se deja llevar por la jactancia es una persona que no tiene los pies en la tierra  y en su corazón no existe el amor de Dios.

2.- El  cristiano falto de amor para con su prójimo es alguien que va a herir y dañar las emociones y los sentimientos de toda persona.

D.-  No se envanece: gr. fusióo= hincharse, envanecerse.
El  cristiano  que se deja llevar por la vanidad es persona hinchada  por su belleza, su dinero, su intelecto o alguna otra cosa, pero  su corazón no está lleno de amor hacia sus  semejantes.


1.- La humildad se logra por una vida llena de amor.
2.- El amor es la clave para hacer sentir superiores a nosotros mismos a los demás.


E.- Sabe soportar todo gr. upomeno= perseverar, quedarse, sostener, soportar.
La iglesia cristiana está formada por personas redimidas por la sangre de Cristo, pero cada una de ellas posee su propio carácter, idiosincrasia y personalidad que los hacen únicos e inconfundibles. Lo cual ocasiona muchas veces conflictos con nosotros, puesto que no piensan, no hablan y tampoco actúan como nosotros o al menos como esperamos lo deben hacer.


1.- Cuando existe el amor de Cristo en nuestro corazón podemos  soportar, o mejor dicho, vamos a sostener a nuestro hermano en la vida cristiana.

2.- El amor que el Espíritu Santo produce  en nuestra vida  nos ayuda a quedarnos al lado de ellos para conservar la comunión cristiana.

3.- Hoy día, se hace necesario, saber soportar a los hermanos en la fe, saber quedarnos al lado de ellos para sostenerlos y ayudarles a crecer en Cristo.

F.- Es creer todo gr. pistéou=  creer, confiar, fiar, encomendar, creyente.
El cristiano que es lleno del Espíritu Santo y su vida está inundada de amor, es alguien que sabe confiar en la gente, no tiene sospechas, no deja que en su corazón se aniden intrigas acerca de quiénes forman parte de su círculo de amistad.


G.- No guarda rencor. Es decir, es un cristiano que todo lo perdona, todo lo olvida, todo lo borra de su mente. Es alguien que sabe brindar otra oportunidad a la persona que le ha fallado. Ya que su amor es más grande que la ofensa que le haya causado.

1.- Dios a nosotros nos ha dado infinidad de oportunidades para enmendar nuestros errores, ¿Quién somos nosotros como para no brindarla a nuestro prójimo?

2.- Siendo libres del rencor y llenos de amor ayudaremos a cada cristiano a crecer en su vida espiritual.

3.- El Señor va a llamarnos a cuentas a causa de porqué no sabemos perdonar a las personas que nos ofenden. El Padre nuestro es un ejemplo que Cristo nos dejó de ser seguidores suyos con capacidad de perdonar las ofensas de la gente contra nosotros.

Conclusión:

1.- Es necesario que en nuestra comunión con Jesucristo dejemos que Él continué moldeándonos con su Espíritu Santo  a fin de estar de continuo creciendo en el conocimiento de su Persona, Carácter, Ministerio y Propósito por el cual nos ha llamado a la salvación, y aceptar que entre todos sus seguidores  debemos amarnos.

2.- La mejor manera de saber y aceptar que existe amor entre nosotros es cuando somos capaces de: NO  ser jactanciosos, envanecidos, envidiosos  con nuestro hermano y   SÍ  ser  sufridos, creerles  y soportar a cada uno de los creyentes que son nuestros hermanos en la fe.



Fuente:reflexionescristianas.com
Enviado por Hermilo Rojo Venegas

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