sábado, 28 de mayo de 2016

EL SEGUNDO GRAN DESPERTAR

  • El Segundo Gran Despertar
William Farley
Al final del Siglo XVIII, cuando la lucha por la independencia norteamericana empezaba a quedar lejos, muchos estadounidenses instruidos ya no profesaban la fe cristiana tradicional. Como reacción al secularismo de la época, en la primera mitad del Siglo XIX se propagó un renacimiento religioso hacia el oeste de los Estados Unidos, conocido como el Segundo Gran Despertar, que se caracterizó por una actividad evangelizadora sin precedentes y grandes cifras de conversiones y que derivó en la identificación del cristianismo con causas sociales como el abolicionismo.
Resurgimiento espiritual
El Segundo Gran Despertar consistió en actividades que variaron según la localidad y la expresión de su compromiso religioso. En Nueva Inglaterra, región localizada en el noreste del territorio americano, el renovado interés por la religión inspiró una oleada de activismo social. Además, el espíritu de renovación propició el surgimiento de nuevas denominaciones en el oeste de Nueva York. En los montes Apalaches de Kentucky, en el centro sudeste de Estados Unidos, y Tennessee, en el sur de Norteamérica, el reavivamiento fortaleció a las congregaciones locales y dio lugar a una nueva forma de expresión de la fe: la reunión religiosa al aire libre.
Este resurgimiento espiritual alteró fundamentalmente el carácter de la religión americana. Se establecieron sociedades misioneras, con miembros de distintas denominaciones, para evangelizar el oeste de los Estados Unidos. Asimismo, el activismo social inspirado por el reavivamiento dio pie al surgimiento de grupos antiesclavistas, así como de la Sociedad para la Promoción de la Abstinencia. También se iniciaron campañas para la reforma de las prisiones y para que los discapacitados y enfermos mentales recibieran los cuidados adecuados.
Los miembros de esas sociedades no sólo actuaron como apóstoles de la fe, sino también como educadores, dirigentes cívicos y exponentes de la cultura urbana del este. Las sociedades educativas y de publicaciones promovieron la educación cristiana; la más notable de ellas fue la Sociedad Bíblica de Estados Unidos, fundada en 1,816.
Con una visión más optimista de la condición humana, el Segundo Gran Despertar marcó una transición fundamental en la vida religiosa de América. Con gran énfasis bíblico, los predicadores de la Palabra de Dios remarcaron la capacidad de los humanos para cambiar su situación pecaminosa. Sin titubeos, hicieron hincapié en que los individuos podían reafirmar su libre albedrío a través de la elección de abrazar el Evangelio y alcanzar la salvación. De este modo, y gracias a las innumerables conversiones producidas, se sentó las bases del auge del cristianismo en los Estados Unidos.
El padre de los avivamientos
El oeste de Nueva York, desde el lago Ontario hasta las montañas Adirondack, había sido escenario de tantas renovaciones religiosas en el pasado, que llegó a ser conocido como “el distrito consumido por el fuego”. La figura dominante allí fue Charles Gradison Finney, un abogado que tuvo una revelación religiosa y se propuso predicar el evangelio. Sus actos de reavivamiento se distinguieron por la cuidadosa planificación, la habilidad escénica y la publicidad.
Finney, nacido el 29 de agosto de 1,792, predicó en “el distrito consumido por el fuego” a lo largo de toda la década de 1,820 y los primeros años de la siguiente. Después se fue a Ohio en 1,835 para impartir una cátedra de teología en la Escuela Superior Oberlin, de la que más tarde fue rector. Los estudiosos del Segundo Gran Despertar concuerdan en que fue la punta de lanza de este despertar religioso que impactó los Estados Unidos. Se le da crédito -directa o indirectamente-, por la conversión de alrededor de 500,000 personas.
Finney fue un teólogo innovador y pionero en las reformas sociales a favor de las mujeres y los afroamericanos, así como uno de los líderes más importantes del Segundo Gran Despertar. Su vida, entregada por completo al Creador, se puede sintetizar con una sola palabra: avivamientos. Fue conocido por sus innovaciones en el anuncio de las buenas nuevas del Todopoderoso y en la realización de reuniones cristianas. En su libro de mayor difusión “Cómo experimentar un Avivamiento”, impulsó la restauración de la corriente evangélica.
Charles Grandison Finney, quien solía repetir incansablemente que un avivamiento era indispensable cuando hay falta de amor fraternal y confianza entre los creyentes cristianos, sacudió con sus ideas transformadoras el planeta y se volvió la cara más visible de la expansión moderna del Evangelio. En los 139 años que han pasado desde su fallecimiento, producido el 16 de agosto de 1,875, este siervo diligente de Dios, se ha transformado en el autor cristiano más influyente para las nuevas generaciones de discípulos del Señor.
Evangelio en las fronteras
En la región Apalache, una importante cordillera de Norteamérica ubicada al este de su territorio, el reavivamiento cabalgó a lomos de grandes concentraciones de campo, tomando tintes similares al Gran Despertar del siglo anterior. Se trataba de reuniones al aire libre con la participación de diversos predicadores y que duraba varios días. Los colonos de zonas poco pobladas esperaban con expectación estas concentraciones religiosas que significaban la irrupción de Dios  en las regiones fronterizas.
El júbilo, los cantos y las alabanzas que estuvieron asociados a este tipo de reuniones tuvieron su origen en el gozo genuino de participar en un reavivamiento religioso junto a cientos, quizá miles de personas. Al respecto, la mayor reunión religiosa al aire libre fue la que se realizó en agosto de 1,801 en Cane Ridge, en el estado de Kentucky, un evento legendario en la historia religiosa estadounidense. Según los historiados cristianos esta reunión concentró alrededor de veinte mil creyentes y marcó un hito en la historia  del Segundo Gran Despertar.
El gran reavivamiento se propagó con rapidez en todo Kentucky, Tennessee y el sur de Ohio, y sus mayores impulsores fueron los metodistas y bautistas. Cada denominación tenía ventajas que le permitían prosperar en la frontera de los Estados Unidos. Los metodistas contaban con una organización muy eficaz, cuya base eran ministros -conocidos como viajeros de circuito- que buscaban adeptos en las comarcas remotas de la frontera.
Los bautistas no tenían una organización eclesiástica formal; sus predicadores eran granjeros que después de oír “el llamado” de Dios, estudiaban la Biblia y fundaban una iglesia, la cual les confería entonces el sacerdocio. De esas iglesias surgieron otros candidatos al ministerio que establecieron su presencia en sitios aún más inexplorados. Con esos métodos los bautistas llegaron a tener la primacía en todos los estados fronterizos y en la mayor parte del sur del país.
El Segundo Gran Despertar tuvo un profundo efecto en la historia de Estados Unidos. La fuerza numérica de los seguidores de Jesucristo, de distintas denominaciones, aumentó en relación con las congregaciones que predominaban en el periodo colonial. Las diferencias, cada día mayores, que surgieron en el seno del cristianismo estadounidense reflejaron el crecimiento y la diversidad de una nación en expansión religiosa.
 
Ampliado:
La mayor reunión religiosa al aire libre fue la que se realizó en agosto de 1,801 en Cane Ridge, en el estado de Kentucky, un evento legendario en la historia religiosa estadounidense. Según los historiados cristianos esta reunión concentró alrededor de veinte mil creyentes y marcó un hito en la historia  del Segundo Gran Despertar.
Charles Gradison Finney, fue el gran impulsor del Segundo Gran Despertar a lo largo de toda la década de 1,820 y los primeros años de la siguiente. Después se fue a Ohio en 1,835 para impartir una cátedra de teología en la Escuela Superior Oberlin, de la que más tarde fue rector. Se le da crédito -directa o indirectamente-, por la conversión de alrededor de 500,000 personas.

Fuente: impactoevangelistico.net

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