“Tres veces cada año
aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él
escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta
solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno
se presentará delante de Jehová con las manos vacías” Deut. 16:16
Por: Julio César Barreto
Las fiestas de Jehová y que
fueron instituidas bajo la ley dada por Moisés, tenían un carácter de conmemoraciones, para que Israel siempre
tuviese presente los tratos especiales
del Señor, y por lo tanto celebrara las dispensaciones propiciadas por el Señor en la historia de su
pueblo.
Estas tres fiestas solemnes fueron:
La
pascua en Marzo - Abril (Abib).
El
pentecostés en Mayo - Junio (Siván)
Los
tabernáculos en Septiembre - Octubre (Tisri).
I. La Fiesta De La Pascua.
"Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió,
guardaréis este rito. Y
cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros
responderéis: Es la
víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de
los hijos de Israel
en Egipto, cuando hirió a
los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró” (Éxodo 12:25-27).
Dios hizo el
calendario sagrado para el pueblo hebreo, y este principia con su liberación de
Egipto, cuando se estaban haciendo los preparativos para la décima plaga y la
celebración de la primera pascua. En el Capítulo 12 del libro del Éxodo se
nos habla del propósito de Dios de
castigar con muerte a todos los primogénitos de Egipto. Dios no necesitaba una
exhibición de sangre en cada casa para
saber cuál de ellas estaba habitada por una familia hebrea, esto debe haber
sido más bien para probar la obediencia de todos ellos, él les instruyó a
preparar y comer un cordero con pan sin levadura y hierbas amargas dentro del
lugar donde habían puesto la sangre del cordero. Se cumplió la promesa de que
vivirían todos los Primogénitos de
las casas dondequiera que se encontrara.
Es muy
importante observar que la palabra "pascua" en ocasiones se usaba para
referirsea ese breve período de tiempo en el que el
cordero era sacrificado y comido; mientras que en otras ocasiones se usaba con
respecto a toda la fiesta en sí; No obstante hay que tomar debida nota que en otras
ocasiones, sólo se refiere al cordero mismo.
Antitipo: Cristo Es Nuestro Cordero Pascual.
1ª a los
Corintios 5:7 dice:
"...porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros."
¡Qué apropiado!
Todos los que estuvieron bajo la sangre del cordero pascual en Egipto fueron
salvos. Por otra parte todos los que no
se protegieron bajo ella fueron destruidos. He aquí que todos los que se cubren
con la sangre de Jesús tienen la salvación; todos los que no están bajo esa
sangre serán destruidos. El Cordero pascual murió en lugar de los primogénitos,
es decir, cualquier familia que no hubiera sacrificado un cordero habría
perdido a su primogénito. Realmente Jesús murió en nuestro lugar. De allí en
adelante Dios consideró suyo a cada primogénito. Así mismo, los que hemos sido
redimidos del pecado por la sangre de Jesús somos propiedad de Dios (Hechos
20:28; 1ª a los Corintios 6:19-20).
Fijémonos en
esta hermosa enseñanza: Así como los hebreos tuvieron que sacar de sus hogares
toda cosa leudada para poder participar dignamente de la fiesta de la pascua,
así mismo nosotros para poder participar de la fiesta de Cristo (nuestra
pascua), estamos en el deber de desechar la levadura del pecado y de toda
malicia.
“Limpiaos, pues, de la
vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con
la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes
sin levadura, de sinceridad y de verdad”. 1 Cor. 5: 7-8.
II. La Fiesta De
Pentecostés (las semanas).
El Contexto de los días
de esta fiesta.
Los primeros
frutos de sus cultivos estaban empezando a madurar en los días de pascua.
Cuando el pueblo acudía a la fiesta de la pascua, ellos debían traer algo de
los primeros granos maduros. Durante la semana de la pascua, evidentemente habría un día de reposo. Levítico 23:11-13
nos dice que al día siguiente de ese día
de reposo, el sacerdote debía mecer aquellos primeros frutos delante de Jehová, que todavía estaban en sus
gavillas; debía ofrecerse en holocausto un cordero; se debía ofrecer una
ofrenda de harina
y también una
ofrenda de bebida o libación. En Levítico 23:15-16 se dice:
"Y contaréis desde el día que sigue al día de
reposo, desde el día en que ofrecisteis la
gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas
serán. Hasta el día siguiente del
séptimo día de reposo contaréis cincuenta días;
entonces ofreceréis el nuevo grano a
Jehová."
Antitipo: Fue la resurrección de Jesús la que realmente obtuvo en forma permanente y por la
eternidad los
primeros frutos de creyentes. Entre estas primicias se encontrarían las mujeres
que fueron a ver al sepulcro, los dos hombres a quienes se apareció Jesús en el
camino a Emaús y los apóstoles. Estos fueron "los primeros frutos
maduros" profetizados de la verdadera cosecha que muy pronto sería
recogida. Luego, cincuenta días después, cuando los judíos estuvieron trayendo
sus primeros granos segados a Jehová, los verdaderos primeros frutos de la
cosecha del evangelio (como tres mil personas - Hechos 2:41) estuvieron siendo
presentadas a Dios. Si este razonamiento es correcto, tenemos ante nosotros un
evidente y maravilloso antitipo entre la fiesta de pentecostés y el comienzo
del cristianismo. La fiesta del Pentecostés duraba
50 días. Esa era una fiesta de tipo profético porque apuntaba hacia la venida
del Espíritu Santo quien descendió sobre los creyentes (como 120) que se
encontraban orando en el aposento alto (Hechos 2:1).
III. La Fiesta
De Los Tabernáculos.
Se celebrara entre los meses de
Septiembre y Octubre (Tisri). Se llamaba también la cosecha y la vendimia. Duraba 7 días, y
era una celebración solemne destinada a ser perpetua y con acciones de gracias.
A la larga todas las naciones conmemorarán esta fiesta (Zacarías 14:16);
Y todos los que sobrevivieren de las
naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al
Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.
El propósito
de esta fiesta.
El propósito de esta fiesta era
doble. Fue una fiesta de acción de gracias por las cosechas del año y
también conmemoraba los años que
sus ancestros pasaron en el desierto viviendo en tiendas o
tabernáculos. Puede representar
las acciones de gracias de los cristianos, porque sólo Dios nos fortalece en
nuestro peregrinaje y vicisitudes en este mundo (Hebreos 11:13; 1ª de Pedro
2:11; Apocalipsis 112:6).
Como esta fiesta se celebraba en
otoño, ya habían recogido para ese entonces las uvas, los higos, ya se había procesado la
aceituna y los granos y habían sido almacenados. Es por esa razón que se llamaba
la "fiesta de la cosecha" a la salida del año (Éxodo 23:16). En
Deuteronomio 16:13-15 está implícito el elemento de acción de gracias:
"La fiesta solemne de los tabernáculos harás por siete días, cuando
hayas hecho la
cosecha de tu era y de tu lagar. Y te alegrarás en tus fiestas solemnes,
tú, tu hijo, tu hija,
tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda
que viven en tus
poblaciones. Siete días celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el
lugar que Jehová
escogiere; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos,
y en toda la obra
de tus manos, y estarás verdaderamente alegre."
En conmemoración del peregrinaje
de sus antepasados por el desierto, ellos habitaron en chozas o
cabañas por esa razón el nombre: "fiesta de los tabernáculos"
durante la fiesta…
"Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas
de palmeras, ramas de
árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de
Jehová vuestro
Dios por siete días...En tabernáculos habitaréis siete días; todo
natural de Israel habitará
en tabernáculos, para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo
habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto.
Yo Jehová vuestro
Dios”
(Levítico 23:40,
42-43).
Nota Importante: Al estudiar detenidamente
el Nuevo Testamento, en varias ocasiones nos encontramos con las tres fiestas
arriba mencionadas. Los padres de Jesús
iban todos los años a la pascua (Lucas 2:41). Fue precisamente en pascua que
Jesús (a la edad de doce años), estando en el templo en Jerusalén, dejó maravillados a los doctores de la ley y afirmó
en esa ocasión que en los negocios de su Padre le era necesario estar (Lucas
2:41-49). En la primera pascua de su ministerio, purificó el templo y con eso
enfureció a los líderes judíos (Juan 2:13-18). En otra sanó a un paralítico que
tenía muchos años esperando un milagro en el estanque de Betesda y por haberlo
hecho en día de reposo, surgió una controversia con los judíos (Juan 5:1-16).
Juan capítulo 7 de su evangelio nos habla de Jesús y sus discípulos asistiendo
a la fiesta de los tabernáculos. Fue precisamente en una pascua cuando Jesús
fue crucificado (Lucas 22:1- - 23:33). Fue durante la fiesta de pentecostés,
cuando judíos de todo el mundo conocido en ese entonces se encontraban en
Jerusalén y el apóstol Pedro proclamó el evangelio, predicando en esa
oportunidad un poderoso mensaje que dejó como resultado la conversión de unas 3
mil personas, quienes compungidas de corazón le preguntaron a los discípulos:
¿Varones hermanos: ¿qué haremos? (Hechos 2:1-47).
La Iglesia de
Cristo no celebra ninguna de estas fiestas estatuidas para Israel, sin embargo
tenemos una constante fiesta en nuestro corazón. Nos reunimos cada Domingo en
el día del Señor y como pueblo de Dios nos alegramos en su Presencia con gran
regocijo y le alabamos por la grandeza de Su Nombre.
La Cena del
Señor y el reunirnos en los templos en
el día del Señor para compartir la oración, los ayunos y vigilias, son nuestras
Convocaciones Santas de siempre en esta Dispensación de la Gracia. Exhortémonos
los unos a los otros a no faltar a ellas.
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