Por: Julio César Barreto
Jesús dijo: “Ustedes son la luz del mundo”. Desde entonces
es evidente que la Iglesia del Señor debe iluminar (cual Faro) al mundo entero.
Cabe la posibilidad de que estemos tratando de iluminar con nuestra propia luz (defectuosa),
lo cual sería completamente improcedente. ¿Qué valor pueden tener nuestras
propias obras? ¿Acaso nuestra débil luz podrá alumbrar a los seres humanos y
mostrarles el verdadero Camino a seguir?
Necesitamos la luz de aquel que dijo: “Yo soy la luz del
mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida” (Juan 8:12).
Nosotros
como discípulos de Cristo hemos sido comisionados para mostrar el camino del
Señor a los que nos quieran escuchar. Somos portadores de la luz, ya que en
nosotros mora la Palabra de Cristo que es la Luz. Somos como una ciudad
asentada sobre un monte. Todo el mundo nos ve. Estamos colocados en un lugar de
privilegio (por la Gracia de Dios), donde todos nos observan.
“Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”
(Mateo 5:14).
Si fallamos en mostrar la luz de Cristo (Cortocircuito),
eso afectará indefectiblemente a la humanidad.
¿No sería acaso eso lo que le
sucedió a (1) Mahatma Ghandi? . En una autobiografía que se publicó en la
India, él dice que en sus días de estudiante se impresionó mucho al leer los
evangelios y que pensó seriamente en bautizarse y ser miembro de una iglesia
cristiana. Pensaba que en el cristianismo estaba la solución a los prejuicios
raciales y a las diferencias de casta que afectan a la India y al África del
Sur.
Un domingo
por la mañana, Gandhi fue a una iglesia cristiana que estaba cerca, y tenía el
propósito de hablar con el pastor al terminar el culto. Cuando entró en el templo,
la comisión de recepción se negó a proporcionarle un asiento y le sugirió que
fuera a una iglesia de los negros. Gandhi salió de aquel templo para no volver
más. “Si también los cristianos tienen diferencias de clase”. Pensó; “permaneceré
siendo hindú, y desde allí atacaré el mal”.
Como
hijos de Dios, portadores de la luz de Cristo, debemos procurar no fallar en
nuestra gran misión de iluminar con Su luz a una humanidad que se encuentra en
tinieblas. Cuidemos que fluya debidamente a través de nosotros ese rayo de
esperanza y de vida, y mantengámonos alerta para que ningún (2) Cortocircuito
altere su correcta función.
(1) Mahatma Gandhi fue un abogado, pensador
y político hinduista indio. Recibió de Rabindranath Tagore el nombre honorífico
de Mahatma. En la India también se le llamaba Bāpu, ‘padre’ en idioma guyaratí.
(2) El Cortocircuito se produce cuando por casualidad en un circuito eléctrico se unen accidentalmente los extremos o cualquier parte metálica de dos conductores de diferente polaridad que hayan perdido su recubrimiento aislante: La resistencia en el circuito se anula y el equilibrio existente se pierde. El resultado es una elevación brusca de la intensidad de la corriente, un incremento excesivo de calor en el cable y la producción de lo que se denomina “cortocircuito”. El resultado final es la interrupción del flujo eléctrico.
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