miércoles, 10 de agosto de 2016

Me importa un Bledo







Nosotros sabemos que hay que obedecer y adorar a Dios. Por eso tratamos de convencer a los demás para que crean en él. Dios nos conoce muy bien, y espero que también ustedes nos conozcan. (2 Cor. 5:11 TLA)


Por: Pr. Julio César Barreto

Me falta mucho que aprender, de hecho no alcanzaría toda una vida para poder aprender tanto como debiera. Pero,  estoy sinceramente agradecido del Señor, porque me ha concedido el tener conocimiento de algunas verdades muy prácticas y necesarias. Él me ha enseñado (por ejemplo), que no debe importarnos realmente lo que hablen  las personas de nosotros;  siempre y cuando lo hagan mintiendo:

“Dios los bendecirá a ustedes cuando, por causa mía, la gente los maltrate y diga mentiras contra ustedes. ¡Alégrense! ¡Pónganse contentos! Porque van a recibir un gran premio en el cielo. Así maltrataron también a los profetas que vivieron antes que ustedes”  (Mateo 5: 11-12 TLA).


No es fácil soportar las calumnias y/o las difamaciones; entendiendo que hay una diferencia entre una cosa y la otra. La Calumnia es  una acusación o imputación falsa hecha contra alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle. Mientras que la Difamación tiene una connotación algo distinta.  En este caso estamos ante una  persona o personas que dicen en público o escriben cosas negativas en contra del buen nombre, la fama y el honor de una persona;  en especial cuando lo dicho o escrito es falso. 

Cabe la posibilidad que la difamación esté basada  en hechos ciertos, pero que las personas lo comentan con la deliberada intención de perjudicar a su víctima. Cualquiera sea nuestra situación; bien que no hayamos dado motivos para que comenten negativamente contra nosotros, como lo contrario; que comenten en base a alguna falta cometida. Lo cierto es que (por sobre todo) lo que en verdad, debe importarnos; es lo que Dios opine de ti y de mí. 

Lo que debemos a toda costa procurar es comportarnos de tal modo, que podamos decir como el Apóstol Pablo: “Dios nos conoce muy bien”.  Siempre habrá quien hable a favor o en contra nuestra. Recuerda: Lo más importante es lo que Dios piensa de cada uno de nosotros. Lo demás, como lo dice el titulo de este articulo: “Me importa un Bledo”.  ¿Si me entendiste, verdad?



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