martes, 2 de agosto de 2016

Las Cosas Cambian




Por: Julio César Barreto


Que las cosas cambian, de eso no hay duda. Unas cambian para bien y otras a veces para lo contrario. Hay cambios  inducidos, como hay otros que sobrevienen por factores ajenos a nuestra real voluntad. Los seres humanos no solemos adaptarnos fácilmente a nuevas situaciones, pero si algo nos debe quedar claro, es que cuando la Mano de Dios está en el asunto, todo será para nuestro bien, y para el beneficio (inclusive) de muchos (“Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de lo que él ha llamado de acuerdo con su plan”. Rom. 8:28 TLA)


Podemos ver un ejemplo práctico en el relato del libro de Ester. Una joven hebrea que contrajo matrimonio con el rey Asuero (Jerjes I). Este poseía 127 provincias que se extendían desde la India hasta Etiopía. Asuero se había divorciado de su esposa anterior, Vasti, quien lo había dejado en ridículo frente a varios embajadores. Aparentemente Asuero tenía además varias concubinas; sin embargo, de acuerdo con la narración del libro que lleva el nombre de su mujer, Ester fue la reina principal y –su esposo- el rey Asuero, la amó más que cualquiera de sus otras mujeres (Ester 2: 17-18,22) |1|


Un cambio de reina: La reina Vasti no quiso comparecer ante  el rey Asuero, quien quería mostrarla a sus importantes invitados presentes en su agasajo:

 “El séptimo día, estando el corazón del rey alegre del vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcas, siete eunucos que servían delante del rey Asuero, que trajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era hermosa.

Más la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió en ira. Preguntó entonces el rey a los sabios que conocían los tiempos (porque así  acostumbraba el rey con todos los que sabían la ley y el derecho…les preguntó qué se había de hacer con la reina Vasti según la ley, por cuanto no había cumplido la orden del rey Asuero enviada por medio de los eunucos).

Y dijo Memucán delante del rey y de los príncipes: … Si parece bien al rey, salga un decreto real de vuestra majestad y se escriba entre las leyes de Persia y de Media, para que no sea quebrantado: Que Vasti no venga más delante del rey Asuero; y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella.

Ester es la nueva reina: Ester vivió dentro del centro políticamente peligroso del Imperio Persa. Su misión la involucró en una serie de asombrosos contrastes. Huérfana, parte de una minoría étnica y religiosa, llegó a ser la esposa del rey persa. 

Pero, no fue un simple “cuento de hadas”. Más bien, al tiempo que aumentó su estatus, ella fue preparada para cumplir una misión muy especializada. 

Esta requería, al comienzo, la arriesgada estrategia de vivir de “Incógnita” manteniendo su origen en secreto. Más tarde, tuvo que hacer una peligrosa revelación de su país de origen y su fe.


“Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes: y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti”.


A veces, cuando menos lo piensas acontece algo que  modifica significativamente el curso de nuestra vida.  El caso de Ester es un ejemplo de ello. Pero, lo más importante es reconocer que las cosas cambian no solo para nuestro provecho, sino también para ayudar a otros. 

“Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?"

Como podemos darnos cuenta en el caso de Ester, el cambio fue para la salvación de toda una Nación. Ester resultó favorecida, y  desde su nueva posición de influencia fue un instrumento  valioso para la preservación de su pueblo (Israel).

Que vengan todos los cambios que Dios quiera para nuestra vida. Pidamos en oración entenderlos, saber aprovecharlos y convertirlos en un motivo de alabanza y gloria para nuestro Creador.

Qué bueno es cuando la bendición que Dios nos concede, es para compartirla con otras personas, porque así en lugar de ser uno solo el que de Gloria a Dios, serán (más bien) muchos los que elevarán su voz y alabarán al Creador. 


Fuentes: Libro de Ester (Las Sagradas Escrituras).
|1| Wikipedia

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