Cinco
solas es la
denominación conjunta para cinco frases en latín que surgieron durante la
Reforma Protestante y resumen las creencias teológicas básicas de los
reformadores o protestantes que entraban en contraposición con la doctrina de
la Iglesia Católica Romana.
La palabra latina sola significa en español “solo” o
“solamente”. Las cinco solas expresaban cinco creencias
fundamentales, que los reformadores entendían como pilares esenciales para la
vida y práctica cristianas. Todas y cada una de las solas rechazaban o se oponían explícitamente
a prácticas y doctrinas extendidas a comienzos del siglo XVI en la cristiandad
y que los reformadores criticaban, atribuyéndolas a la usurpación de
competencias, atributos o cualidades por la jerarquía eclesiástica de la
Iglesia Católica Romana, y especialmente por su cabeza, el Papa; y que en
realidad correspondían, o bien únicamente a Dios, o bien a todos los
cristianos.
1: Sola Scriptura – Solo la Escritura (La Biblia es el único estándar de Fe y Practica)
La doctrina de que la Biblia es por sí sola
la autoridad suprema, fue el “Principio Formal” de la Reforma. En 1521, en el
histórico interrogatorio de la Dieta de Worms, Martin Lutero declaró que su
conciencia estaba cautiva a la Palabra de Dios diciendo: “Al menos que se me
convenza mediante testimonios de la Escritura, y claros argumentos de la razón,
— porque no le creo ni al Papa, ni a los concilios, ya que está demostrado que
a menudo han errado y se contradicen entre ellos —, estoy vencido por los
textos de la Sagrada Escritura que he citado, y mi conciencia está ligada a la
Palabra de Dios.
"Del mismo modo, la Confesión de Bélgica estableció:
“Creemos, que esta Santa Escritura contiene de un modo completo la voluntad de
Dios, y que todo lo que el hombre está obligado a creer para ser salvo se
enseña suficientemente en ella… Tampoco está permitido igualar los escritos de
ningún hombre -a pesar de lo santos que hayan sido- con las Divinas Escrituras,
ni la costumbre con la verdad de Dios (pues la verdad está sobre todas las
cosas), ni el gran número, antigüedad y sucesión de edades o de personas, ni
los concilios, decretos o resoluciones; porque todos los hombres son de suyo
mentirosos y más vanos que la misma vanidad. Por tanto, rechazamos de todo
corazón todo lo que no concuerda con esta regla infalible…” (VII).
La Escritura dice:
“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de
tu ley… Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu
misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra
sobre todas las cosas… Pero persiste tú en lo que has aprendido y te
persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido
las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por
la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra.” (Salmo 119:18; Salmo 138:2; 2 Timoteo
3:16-17)
Este lema define la función de las
Escrituras como única autoridad sobre la iglesia. Así como los Reformadores del
siglo dieciséis y diecisiete rechazaron la autoridad del papado y la iglesia
Romana, los protestantes contemporáneos deben hoy rechazar toda autoridad
extra-escritural sobre la iglesia. Cualquier autoridad, organización,
experiencia, liderazgo, motivo o práctica dentro de la iglesia debía estar
sujeta al lema de Solo la Escritura. El
predicar fielmente y el escuchar atentamente la Palabra de Dios tiene que
volver a ser un acto central en la adoración Cristiana. La aplicación de las
enseñanzas Bíblicas a la vida practica y cotidiana de los cristianos y de la
iglesia es nuestra tarea continua. El entendimiento y la aplicación práctica de
las verdades bíblicas son indispensables para la santidad, piedad, salud, el
cuidado y la disciplina de la iglesia.
La Escritura solamente es la regla
inerrante de la vida de la iglesia, pero la iglesia protestante de hoy le ha
quitado a la Escritura su función de autoridad. En práctica la iglesia se guía
con mucha frecuencia por la cultura. Las técnicas terapéuticas, las estrategias
de mercadeos y el ritmo del mundo del entretenimiento y de los medios de
comunicación tienen mucha más influencia sobre las necesidades, el
funcionamiento y los objetivos de la iglesia que la Palabra de Dios. Los
pastores han descuidado su derecho y obligación de decidir y supervisar los
servicios de adoración, que incluye el contenido doctrinal de la música. En la
medida en que la autoridad bíblica ha sido abandonada en la práctica, las
verdades bíblicas desvanecen de la realidad cristiana y las doctrinas bíblicas
han perdido importancia, la iglesia poco a poco se ha despojado de su integridad,
autoridad moral y dirección.
En lugar de adaptar la fe cristiana para
satisfacer las necesidades que sienten los consumidores, debemos proclamar la
ley como única medida de verdadera virtud y el evangelio como el único mensaje
de verdad salvífica. La Escritura debe transferirnos de nuestras necesidades
percibidas a nuestras necesidades reales, y debe liberarnos de nuestra miopía
de vernos a nosotros mismos a través de las imágenes seductivas, clichés,
promesas, y prioridades de la cultura de las masas. La única manera de poder
comprendernos correctamente a nosotros mismos y ver las provisiones de Dios
para suplir nuestras necesidades es a la luz de la verdad de Dios.
La Biblia,
por consiguiente, debe ser enseñada y predicada en la iglesia. Los sermones deben
ser exposiciones de la Biblia y sus enseñanzas, y no expresiones de las ideas y
opiniones de la época y culturas. No debemos ir más allá de la verdad que Dios
nos ha dado. El trabajo del Espíritu Santo en la experiencia personal no puede
estar desconectado de La Escritura. El Espíritu de Dios no habla en forma
contraria o independiente de La Escritura. Sin La Escritura nunca hubiésemos
sabido de la gracia de Dios en Cristo. La Palabra bíblica, no las experiencias
espirituales, es la base de la verdad.
TESIS PRIMERA:
SOLA SCRIPTURA:
Afirmamos que la Escritura inerrante es la
única fuente de revelación divina escrita, la cual es lo único que puede regir
la conciencia. La Biblia sola enseña todo lo que es necesario para nuestra
salvación de pecado y es la medida con la cual todo el compartimento del
cristiano debe medirse
Negamos que cualquier credo, concilio o
individuo pueda regir la conciencia del cristiano, que el Espíritu Santo habla
independientemente o lo contrario de lo que está escrito en la Biblia, o que
experiencias espirituales personales puedan ser en alguna forma u ocasión,
medio de revelación.
2: Sola Fide –
Solo por Fe (Justificación solo por la Fe)
El “Principio Material” de la Reforma fue
la justificación solamente por fe. La Confesión de Fe de Westminster establece,
“La Fe, así recibida y reposada en Cristo y su justicia, es el único
instrumento de justificación; aunque esta no actúa sola en la persona
justificada, sino que está siempre acompañada de todas las demás gracias
salvíficas; no siendo una Fe muerta, sino mas bien, una Fe que obra por el
amor.”
De la misma manera, la Confesión de Ginebra
señalo la necesidad para aquellos justificados por fe diciendo, “Confesamos que
la entrada que tenemos a los grandes tesoros y riquezas de la bondad de Dios
que nos es asegurada es por fe; como también, con confianza cierta y seguridad
de corazón, creemos en las promesas del evangelio, y recibimos a Jesucristo
como nos es ofrecido por el Padre y nos es descrito por medio de la Palabra de
Dios. (Artículo 11)”.
La Escritura dice:
“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado
por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de
Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los
gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán
benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el
creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están
bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en
todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley
ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe
vivirá;…” (Gálatas 3:6-11)
Este lema define cual es el medio único por
el cual se puede alcanzar la salvación. Esto es, cuando Dios por su gracia da
fe al pecador para creer en Cristo y ser salvo. Esa fe es el medio. Dios no
salva a alguien automáticamente si no cree. Nadie nace salva, nadie hereda la
salvación, ni nadie puede salvarse a sí mismo o salvar a otros. Solo la fe
salva. Y esa fe es en Cristo. El Objeto de la Fe es Cristo. Y esa fe nos es
dada por gracia. Este fue el aspecto crucial de la Reforma Protestante. Martín
Lutero fue liberado de sus tormentos de conciencia en el convento donde se
auto-laceraba buscando justificación cuando leyó: El Justo por la Fe vivirá (Romanos.
1:17)
La justificación es a través de la gracia
solamente, por fe solamente, debido a Cristo solamente. Este es el artículo por
el cual la iglesia se mantiene en pie o cae. Hoy en día este artículo es
ignorado, distorsionado o a veces aún negado por líderes, profesores
teológicos, académicos y pastores que se creen ser evangélicos. Aparte de que
la caída naturaleza humana siempre se ha negado a reconocer la imputación de la
santidad de Cristo, las ideas modernas avivan las llamas del descontento con el
Evangelio bíblico. Nosotros hemos permitido que este descontento dirija la
calidad de nuestro ministerio y lo que estamos predicando.
Muchos miembros del movimiento de
crecimiento de iglesias creen que la comprensión sociológica de los miembros de
la congregación es tan importante para el éxito del evangelio como las verdades
bíblicas que se proclaman. Como resultado de esto, convicciones teológicas son
frecuentemente separadas del trabajo del ministerio. La orientación y técnicas
de mercadería en la iglesia nos alejan mucho más, borrando la distinción entre
la Palabra bíblica y el mundo, robando la cruz de Cristo de su ofensa, y
reduciendo la fe cristiana a los principios y métodos que traen éxito a las
corporaciones seculares del mundo.
Mientras la teología de la cruz puede ser
creída, estos movimientos en la realidad la despojan de su significado. No hay
evangelio excepto el de la sustitución de Cristo por nuestro lugar de tal
manera que Dios le imputó a Cristo nuestro pecado e imputó en nosotros la
santidad de Cristo. Debido a que Cristo recibió el juicio que nosotros
merecíamos, por esto nosotros ahora caminamos en su gracia, como aquellos que
han sido perdonados para siempre, aceptados y adoptados como hijos de Dios. No
hay ninguna base para ser aceptados frente al Santísimo Dios, excepto el
trabajo salvífico de Cristo. Nuestra aceptación por Dios no depende de nuestro
patriotismo, devoción eclesiástica o decencia moral. Solamente depende del
trabajo de Cristo. El evangelio declara lo que Dios ha hecho por nosotros en
Cristo. El evangelio no declara lo que nosotros podamos hacer para encontrar a
Cristo.
TESIS SEGUNDA:
SOLA FIDE
Reafirmamos que la justificación es por
gracia, solamente por medio de la de fe en Cristo. En la justificación la
santidad de Cristo es imputada a nosotros como la única posible satisfacción a
la justicia perfecta de Dios. Negamos que la Fe salvadora emerge del corazón
del hombre pecador, la Fe salvadora es un don de Dios, y como tal, es solo Dios
quien lo da libremente a quien Él quiere, el hombre muerto en sus pecados no
puede generar tal Fe para creer en y creerle a Dios; esto es un regalo de la
libre voluntad de Dios, y la base de la Fe es el Testimonio de Dios, el cual
esta revelado en la Santa Palabra, afirmamos que el objeto de la Fe es Cristo,
y su obra redentora en la cruz, así y solo así es que solamente por medio de la
fe somos salvos.
3: Sola Gratia –
Solo por Gracia (La salvación es solo por la Gracia de Dios)
Un clamor central de la Reforma fue la
“salvación por gracia”. Aunque la iglesia romana enseña que la misa es un
“sacrificio [que] es verdaderamente propiciatorio”, y que por medio de la misa
“Dios..…. nos otorga la gracia y el don de la penitencia, remite nuestras
faltas e incluso nuestros enormes pecados”, — los reformadores se regresaron a
la doctrina bíblica de la salvación por gracia mediante la fe. Nuestra postura
justificada ante Dios es imputada por la gracia a causa de la obra de
Jesucristo nuestro Señor. En contraste con las doctrinas de mérito personal
impartido por Roma, sola gratia y las doctrinas de la gracia, – depravación
total, elección incondicional, la redención particular, y la perseverancia de
los santos - fueron predicadas por todos los reformadores protestantes en todo
el movimiento protestante.
Como declara la Confesión Bautista de 1689,
“Cristo, por su obediencia y muerte, saldó totalmente la deuda de todos
aquellos que son justificados; y por el sacrificio de sí mismo en la sangre de
su cruz, sufriendo en el lugar de ellos el castigo que merecían, hizo una
satisfacción adecuada, real y completa a la justicia de Dios en favor de ellos;
sin embargo, por cuanto Cristo fue dado por el Padre para ellos, y su
obediencia y satisfacción fueron aceptadas en lugar de las de ellos, y ambas
gratuitamente y no por nada en ellos, su justificación es solamente de pura
gracia, a fin de que tanto la precisa justicia como la rica gracia de Dios
fueran glorificadas en la justificación de los pecadores.”
La Escritura dice:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la
cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para
con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,..” (Efesios
1:3-8)
Este lema define el fundamento sobre el
cual Dios acepta a los hombres. La gracia es lo contrario a pago o
compensación. Cualquier cosa que una persona merezca o se haya ganado por su
merito o esfuerzo es pago o compensación. Pero la gracia no tiene que ver nada
con meritos personales. La gracia solo la puede disfrutar gente indigna. Esto
es la esencia del Evangelio: Porque por Gracia sois salvos…no por
obras para que nadie se glorié (Efesios 2:8-9).
Por la exaltación de esa gracia, que es lo
único que ha movido a Dios a salvar a los pecadores, los protestantes
abandonaron la confianza en sí mismos y en las promesas de la doctrina Romana.
No hay obra humana que pueda ser base de salvación. No hay método, técnica o
estrategia que pueda transformar al hombre. La fe que salva no puede ser
producida en el corazón humano. Dios la da solo por gracia.
La confianza sin garantía en la habilidad
humana es un producto de la caída de la naturaleza humana. Esta confianza falsa
ha invadido el mundo evangélico. Aparecen ideas como el evangelio de
auto-estima y auto suficiencia, el evangelio de salud y prosperidad, el
evangelio que se ha convertido en un producto para vender y pecadores que se
han convertido en consumidores que quieren comprar el producto, la fe cristiana
considerada como verdadera, no porque sea verdad absoluta sino porque es un
método que funciona.
Estas actitudes silencian la doctrina de justificación, no
importa el compromiso o la doctrina oficial de nuestras iglesias.
La gracia de Dios en Cristo no es solamente
necesaria sino que es la única causa suficiente de salvación. Confesamos que
todo ser humano nace espiritualmente muerto y por consiguiente es incapaz de
aún cooperar con gracia re-generante.
TESIS TERCERA:
SOLA GRATIA
Reafirmamos que en salvación somos
rescatados de la ira de Dios solamente por su gracia. El trabajo sobrenatural
del Espíritu Santo es el que nos trae a Cristo a través de liberarnos de
nuestra esclavitud del pecado y resucitarnos de la muerte espiritual a la vida
espiritual.
Negamos que la salvación sea de alguna
manera el resultado de trabajo humano. Métodos humanos, técnicas o estratégicas
humanas que en sí mismas no pueden producir esta transformación. La Fe
salvadora no es producida por nuestra naturaleza humana no regenerada, es
solamente dada por Parte de Dios al pecador de pura Gracia.
4: Solus
Christus o Sola Christo – Solo por Cristo (Solamente por medio de la obra de
Cristo hay salvación)
La Reforma hizo un llamado a la iglesia a
regresar a la fe solo en Cristo como único mediador entre Dios y el hombre.
Mientras la iglesia romana mantuvo que “hay un purgatorio y las almas que son
detenidas allí son ayudadas por las oraciones intercesoras de los feligreses”,
“los santos deben ser invocados y venerados;”, y que, “sus reliquias deberán
ser veneradas”, los reformadores enseñaron que la salvación es solamente a
través de la obra de Cristo. Como dijo Juan Calvino en los Institutos de la
Religión Cristiana, “…intervino Cristo, e intercediendo por nosotros tomó sobre
sus espaldas la pena y pagó todo lo que los pecadores habían de pagar por justo
juicio de Dios; que expió con su sangre todos los pecados que eran causa de la
enemistad entre Dios y los hombres; que con esta expiación se satisfizo al
Padre… vemos solamente hacia Cristo para obtener favor divino y amor paternal.”
De la misma manera en el Catecismo de
Heidelberg, Pregunta 30, “¿Creen pues también en el único Salvador Jesús,
aquellos que buscan su salvación en los santos, o en sí mismos o en cualquiera
otra parte? No, porque aunque de boca se gloríen de tenerle por Salvador, de
hecho niegan al único Salvador Jesús: pues necesariamente resulta, o que Jesús
no es perfecto Salvador o que aquellos que con verdadera fe le reciben por
Salvador tienen que poseer en El todo lo necesario para su salvación.”
La Escritura dice:
“Porque hay un solo Dios, y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo
en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo… el cual
nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su
amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. El
es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él
fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de
todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del
cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los
muertos, para que en todo tenga la preeminencia;…” (1
Timoteo 2:5-6; Colosenses 1:13-18 )
Este lema define el origen y el objeto
central de la fe Cristiana. Los reformadores se opusieron a exaltar cualquier
cosa que no fuera la suficiencia de Cristo. Ningún ritual, institución o
individuo puede ni debe ser motivo de confianza sino Cristo. Ningún proyecto,
visión o necesidad debe competir por el lugar primario de Cristo en la iglesia.
Ninguna filosofía, ideal o argumento debe ser predicado en la iglesia que no
exalte a Cristo y su muerte en la cruz por el pecado de los hombres. Tenemos fe
en Cristo, no fe en la fe, o en las oraciones, o en la iglesia. Solo Cristo es
digno de confianza pues él es el único salvador.
En la manera en que la fe cristiana ha sido
secularizada, sus intereses han sido mezclados con los intereses de la cultura.
El resultado es la pérdida de los valores absolutos, individualismo permisivo,
y la sustitución de bienestar por santidad, recuperación por arrepentimiento, institución
por verdad, sentimientos por creencia, destino por providencia, y gratificación
inmediata por esperanza perdurable. Cristo y su cruz han sido desplazados del
centro de nuestra visión.
TESIS CUARTA:
SOLUS CHRISTUS
Reafirmamos que nuestra salvación es
obtenida por la pura Gracia de Dios mostrada en la obra Redentora y Mediadora
de Cristo. Su vida sin pecado y su pago sustitutivo por los pecadores solamente
son suficientes para nuestra justificación y reconciliación con el Padre.
Negamos que el evangelio sea predicado sin
el trabajo sustitutivo de Cristo, si es así, entonces, este no debe ser
declarado y la fe en Cristo no es solicitada.
5: Soli Deo
Gloria – Solo a Dios la Gloria (Solamente se le debe dar la Gloria a Dios en la
Salvación de los pecadores)
La Reforma recupero la enseñanza bíblica de
la soberanía de Dios sobre todos los aspectos de la vida del creyente. Toda la
vida deberá ser vivida para la gloria de Dios. Como pregunta el Catecismo Menor
de Westminster, “¿Cuál es el fin principal del hombre? El fin principal del
hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de Él para siempre.” Este gran y
apasionado propósito fue enfatizado por aquellos en el Siglo 16 y 17 que
buscaban reformar a la iglesia de acuerdo a la Palabra de Dios. En contraste a la
división monástica de vida de lo sagrado contra lo secular perpetuado por la
Iglesia Romana, los reformadores vieron que toda la vida debe ser vivida bajo
el Señorío de Cristo. Cada actividad del cristiano ha de ser santificado para
la gloria de Dios.
La Escritura dice:
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra
cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios… Si alguno habla, hable conforme a
las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios
da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la
gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
… y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los
siglos. Amén. … Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas
despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,… a él sea gloria en la
iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amén. … diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de
gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los
siglos de los siglos. Amén. … Porque de él, y por él, y para él, son todas las
cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”
(1
Corintios 10:31; 1 Pedro 4:11; Apocalipsis 1:6; 2 Pedro 3:1; Efesios 3:21;
Apocalipsis 7:12; Romanos 11:36).
Este lema define la esencia de la adoración
a Dios. Una de los grandes logros protestantes fue rescatar la adoración
espiritual de la contaminación ritual, idolátrica y supersticiosa en que se
encontraba. Más tarde, el movimiento Puritano termino de purificar lo que aun
restaba. Los puritanos fueron llamados así por su protesta contra la
conservación de rituales Romanistas en la iglesia de Inglaterra (Anglicana) y
por que reclamaban una adoración más pura para Dios. En esencia la adoración
debe tener a Dios como el centro. Toda adición no sancionada por la Escritura
fue desechada por los verdaderos protestantes. El entretenimiento así como el
gusto y la complacencia personal no tienen lugar en la adoración a Dios.
Hoy día la protesta no es contra los
poderes estatales que querían detener la Reforma. La protesta hoy debe ser
contra la tolerancia de las iglesias Protestantes contemporáneas ante la
degradación del Cristianismo Bíblico. Y esa degradación ha venido en la medida
en que los principios expresados en las cinco Solas han sido violados.
Cuando en la iglesia la autoridad bíblica
se ha perdido, Cristo se ha desplazado, el evangelio se ha distorsionado, o la
fe se ha pervertido, siempre ha sido por una razón: nuestros intereses han
desplazado los intereses de Dios y entonces hacemos su trabajo según nuestros
intereses y como nos plazca. La pérdida de la centralidad de Dios en la vida de
la iglesia de hoy es un hecho común y lamentable. Esta pérdida es la que nos
permite transformar adoración en entretenimiento, la predicación del evangelio
en mercadeo, fe y creencia en técnicas, ser bueno en sentirse bueno y sentir
bien, y fidelidad en éxito o sentimientos de haber obtenido santidad. Como
resultado de esto, Dios, Cristo y la Biblia comienzan a tener poco significado
para nosotros y no tienen influencia sobre nuestras vidas.
Dios no existe para satisfacer ambiciones
humanas, deseos y apetitos de consumidores o nuestros intereses espirituales
privados. Debemos enfocarnos en Dios en nuestra adoración, en lugar de buscar
en la adoración la satisfacción de nuestras necesidades personales. Dios es
soberano en adoración; nosotros no lo somos. Nuestra preocupación absoluta debe
ser por el reino y la gloria de Dios, no por nuestros imperios, popularidad o
éxito.
TESIS QUINTA:
SOLI DEO GLORIA
Reafirmamos que debido a que la salvación
viene de Dios y ha sido obtenida por Dios, ésta es para la gloria de Dios y que
debemos glorificarlo a Él siempre. Debemos vivir nuestra vida completa en
Santidad y Piedad en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios y
solamente para su gloria.
Negamos que nosotros podemos propiamente
glorificar a Dios si nuestra adoración es confundida con entretenimiento, si
descuidamos la LEY o el EVANGELIO en la predicación, o si auto-superación,
auto-estima o satisfacción propia se han convertido en alternativas para el
evangelio, entonces hemos dejado de dar solo la Gloria a Dios.
UN LLAMADO AL
ARREPENTIMIENTO Y A LA REFORMA:
La fidelidad de la iglesia cristiana en
épocas pasadas tiene un contraste prominente con la infidelidad de la iglesia
del presente. A comienzos del siglo veinte, las iglesias cristianas mantenían
una función altamente misionera, y crearon numerosas instituciones religiosas para
servir en la causa de la verdad bíblica y el reino de Dios. Esa era la época en
la cual el comportamiento y las expectativas de los cristianos eran muy
diferentes del comportamiento y expectativas de la cultura. Hoy en día no se ve
la diferencia. El mundo evangélico de hoy está perdiendo su fidelidad bíblica,
brújula moral y el celo misionero.
Nos arrepentimos de nuestra contaminación
con el mundo. Hemos sido influenciados por los "evangelios" de la
cultura secular, que no son evangelios. Hemos debilitado la iglesia por nuestra
propia falta de arrepentimiento serio, nuestra ceguera a nuestro propio pecado
que vemos tan claramente en otros, y nuestra inexcusable falta de celo para
hablarles a otros de Dios y del trabajo salvífico de Cristo.
Con gran sentido de emergencia, llamamos a
cristianos equivocados que se han desviado de la Palabra de Dios con respecto a
esta Declaración para que vuelvan al evangelio histórico, Bíblico. Los que se
han desviado incluyen aquellos que declaran que hay esperanza de vida eterna
sin tener fe explicita en Jesucristo, los que aseguran que los que rehúsan a
Cristo serán exterminados en lugar de tener que enfrentarse al justo juicio de
Dios a través del eterno sufrimiento, o los que aseguran que evangélicos y
Católicos Romanos son uno en Cristo a pesar de que los Católicos Romanos no
creen en la doctrina bíblica de justificación.
Por la gloria de Cristo. Amen.
(Algunos recursos tomados
de: The Alliance of Confessing Evangelicals, 1716 Spruce Street, Philadelphia,
PA 19103 USA, Alliance of Confessing Evangelicals Executive Council 1996 Dr.
John Armstrong The Rev. Alistair Begg Dr. James M. Boice Dr. W. Robert Godfrey
Dr. John D. Hannah Dr. Michael S. Horton Mrs. Rosemary Jensen Dr. R. Albert
Mohler, Jr Dr. Robert M. Norris Dr. R.C. Sproul Dr. Gene Edward Veith Dr. David
Wells Dr. Luder Whitlock Dr. J.A.O. Preus, III).
Fuente:http://www.lagraciaylaverdad.org/
Gracias por el material publicado, lo requiero para reflexionar con un grupo de líderes de la responsabilidad que nos demanda a las Escrituras, de permanecer alertas frente a la sociedad de hoy día y sus influencias pegajosas y decadentes
ResponderEliminarEl material puede ser usado para ese importante propósito. Reconocer la "Fuente" (www.lagraciaylaverdad.org, elblogdejuliocesarbarreto.blogspot.com). Bendiciones.
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