La maestra iba a explicar la evolución a los niños. Entonces le preguntó a un niño: MAESTRA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera?
TOMMY: Si.
TOMMY: Si.
MAESTRA: Tommy, ¿ves el césped afuera?
TOMMY: Sí.
TOMMY: Sí.
MAESTRA: Ve afuera, mira hacia arriba y dime si puedes ver el cielo.
TOMMY: Sí, vi el cielo.
TOMMY: Sí, vi el cielo.
MAESTRA: ¿Viste a Dios?
TOMMY: No.
TOMMY: No.
MAESTRA: No podemos ver a Dios porque no está ahí. Él no existe.
Una pequeña niña pidió permiso para hacerle unas preguntas al niño. La maestra aceptó y la niñita preguntó:
NIÑITA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera?
TOMMY: Sí.
NIÑITA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera?
TOMMY: Sí.
NIÑITA: Tommy, ¿ves el césped afuera?
TOMMY: Síiiiiiiiiiiiii… (cansado de todas esas preguntas)
NIÑITA: ¿Ves el cielo?
TOMMY: Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………..
TOMMY: Síiiiiiiiiiiiii… (cansado de todas esas preguntas)
NIÑITA: ¿Ves el cielo?
TOMMY: Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………..
NIÑITA: Tommy, ¿ves a la maestra?
TOMMY: Sí…
TOMMY: Sí…
NIÑITA: ¿Ves su cerebro?
TOMMY: No.
TOMMY: No.
NIÑITA: Entonces Tommy no puede ver el cerebro de la Maestra. Llegamos a la conclusión de que ella NO TIENE CEREBRO.
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