viernes, 4 de septiembre de 2015

Cuando separarse es necesario y hasta inevitable




                         ¿Por qué se separan las personas?

                             ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? (Amós 3:3)


Por: Pr. Julio César Barreto

Las personas permanecen juntas (a veces) toda la vida, otras (al contrario) lo están por un tiempo corto, mediano, o largo.
Lo ideal sería que las personas permanezcan siempre juntas, pero por distintas razones esto no es posible.  Surgen interrogantes en procura de algunas respuestas, que aporten  conocimiento en tal sentido:

-          ¿Por qué se separan los seres humanos?
-          ¿Se pueden evitar las separaciones?
-          ¿Separarse es mejor que permanecer juntos?


   Cuan apropiado para hablar acerca de este tema, me parece  la pregunta plasmada en Amós 3:3:

                   ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”

 He escogido este texto casi como un pretexto, para hablar de un asunto que no resulta nada fácil. Espero que en la medida que lo desarrolle, con la ayuda del Espíritu Santo logre ponerlo en contexto.

Lo que Dios le está diciendo a Israel a través del Profeta Amós en esa ocasión, es más o menos esto:

        ¿Andaremos Uds. (Israel) y Yo (su Dios) juntos, si no tuviéremos una unidad de      Pensamiento, Doctrina, Propósito, y espíritu?


       ¿Andaremos juntos Uds. (Israel) y Yo (su Dios) sin que tengamos un mismo       Sentir, Hablar, Pensar, y Actuar?


          ¿Andaremos juntos Uds. (Israel) y Yo (su Dios) si no estuviéremos de acuerdo?


Esta enseñanza tiene un propósito. Digamos que al menos podemos extraer de ella 3 lecciones:

 En primer lugar: Aunque sería lo deseable, permanecer juntos siempre, a veces surge la necesidad  de que las personas tengan que separarse.

En segundo lugar: Algunas actitudes improcedentes, generan los conflictos, las desavenencias, los desacuerdos entre las personas, y esto las empuja a apartarse la una de la otra.

En tercer lugar: No todo el tiempo son inevitables las separaciones. Sí surgen acuerdos, cambios de actitud, dialogo entre las personas, sobre todo si nos dejamos tratar por el Espíritu Santo, si oramos, si buscamos mirar introspectivamente (Observación que alguien hace de sí mismo para reflexionar sobre su propia persona)  dónde les estamos fallando a nuestros amigos, hermanos, familiares, y nos proponemos rectificar. Entonces  será posible seguir juntos.

Todos los ejemplos que van a ser considerados en este artículo, tienen respaldo de las Escrituras, para que se cumpla lo plasmado en 1 Pedro 4:11

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”


                  


SEPARACIONES CONYUGALES

Al hablar de separaciones resulta casi inevitable tener que señalar, lo concerniente a los Divorcios.  Dios (nuestro Padre) ordenó que el hombre dejara su casa, se uniera a su mujer y fueran uno solo (Génesis 2:24). ¿Pero qué sucedió? – Los hombres desobedecieron la ley de Dios y surgieron las separaciones entre los conyugues (Divorcios). Al respecto dice Dios en su Palabra lo siguiente:

  1.- El Adulterio es causal de separación:

“…el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” (Mateo 5:32).

Repudiar: Rechazar legalmente al conyugue y romper el vinculo matrimonial, por una causa justificada (Adulterio).

Fornicación: Acto sexual fuera del matrimonio.
La acción adúltera, al igual que la muerte, rompe el vínculo matrimonial.


2.- La Unión con personas no creyentes (a veces) genera separaciones:

“…Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.”
                                                                                                          (1 Cor. 7: 12-15).                      
 Han existido algunos casos que ameritaban instrucciones específicas. Tales como la conversión de uno de los miembros conyugales, mientras el otro permanece en incredulidad. Por otra parte se han dado y continúan dándose los casos en los cuales, ambos conyugues se hacen cristianos, pero al cabo de un tiempo uno de ellos se vuelve incrédulo. Para ellos se escribieron estas palabras.

Pablo les escribió a los creyentes en Corinto y les exhortó diciéndoles:

“…No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” (2 Cor. 14-18).

Nota: Estas son las separaciones indeseables (en ambos casos), pero que en ocasiones se tornan necesarias. Pueden, sin embargo evitarse, siempre y cuando haya una actitud prudente, sabia, humilde ante Dios y ante el Conyugue ofendido, para buscar agotar todos los recursos disponibles y salvar la unión de la pareja y por ende de la familia.


             


ABRAHAM Y LOT SE SEPARAN

Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot.
Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro.
Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai,

al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.
También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas.
Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar.

Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra.
Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.

¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.
Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.

Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro.
Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.

Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente.
Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.

Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.

                                              (Génesis 13)
¿Cuáles fueron las causas de la separación entre estos dos hombres?
Antes de enunciar las causales, es necesario señalar que Abram cumplió parcialmente la orden de Dios, pues salió de su tierra llevándose con él a su sobrino Lot (quien de seguro no salió solo, sino con sus parientes).
   “…Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” (Génesis 12:1).

Uno de los causales para la separación de Abraham y Lot, fue de connotación económica. Debido a la abundancia de bienes de ambos, la tierra resultó insuficiente para ambos “…Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar.”

Abraham y Lot tenían una visión diferente. Lot estaba más pendiente de sus posesiones. El necesitaba tierras, pastos frescos, agua para su ganado y para su gente. Su visión era terrenal “…Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.” Sin embargo, Lot no consideró a la hora de escoger la tierra, la connotación espiritual de dicho lugar (Sodoma y Gomorra) “…y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.”

La Visión de Abraham era conforme a la Promesa dada por Dios “…Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.” (Génesis 12: 1-2).

Abraham seguía la visión de Dios, la tierra prometida. Ex esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Hebreos 11:10). Por esa razón vivió en la tierra prometida como si fuera extranjero en ella.

Nota Importante: Esta separación no fue provechosa en lo absoluto para el sobrino de Abraham. Quizás hubiese sido mejor, que él lo hubiese meditado mejor, y hubiese ligado su suerte a la de Abraham. El debió haberle buscado otra solución al problema que se planteó con sus trabajadores y los de su Tío.  Lot terminó perdiéndolo casi todo; su esposa, los yernos, su ganado, sus posesiones materiales, sus hijas lo deshonraron. Lot es un ejemplo que nadie debe imitar.



   


JACOB Y LABÁN SE SEPARAN

“Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza.

Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes.

También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo.

Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,

y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo.

Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre;

y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal.

Si él decía así: Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados.

Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí.

Y sucedió que al tiempo que las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados.

Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.

Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.”
                                                                                              (Gen. 31: 1-13)

Causas de la Separación: Labán (un suegro tramposo) constantemente le aplicaba triquiñuelas a su yerno Jacob. De esta manera Jacob, quien también había hecho trampas a su Padre y a su Hermano, ahora probó de su misma receta.
Los cuñados de Jacob también contribuyeron a perturbar las relaciones entre Labán y su Yerno. Estos se sintieron celosos al ver la prosperidad de Jacob y dijeron “…Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza.”

No en vano Santiago escribió acerca de los Celos y dijo: “…Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.”

Esta separación de Jacob y Labán fue definitivamente necesaria para ambos. Resulta evidente que estos dos personajes no tenían nada en común, sino solamente desacuerdos. Así que aquí una vez más cuadra muy bien la pregunta: “…              ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? (Amós 3:3).






PABLO Y BERNABÉ SE SEPARAN

“Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.

Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.

Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor,
y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.”  (Hechos 15: 36-41).

Causas de la separación: Pablo tuvo en realidad dos desacuerdos con Bernabé. El primero de ellos, cuando Bernabé se unió al Apóstol  Pedro en su simulación:

“…Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.

Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.  (Galatas 2:11-14)


Aquí en este percance estuvo indirectamente involucrado Bernabé, aunque el asunto se resolvió hablando Pablo, directamente con el hombre de mayor influencia entre los Judíos, es decir; Pedro.

El segundo percance entre Pablo y Bernabé fue por causa de Juan Marcos y lo encontramos en Hechos 15: 36-41

  “…Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.

Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.

Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro”.





Pablo era un hombre exigente. El había entregado su vida entera a la causa del Evangelio, había soportado prisiones, persecuciones, cárceles, azotes, naufragios, amenazas de los judíos, apedreamiento. Y NADA  lo había hecho claudicar. No retrocedía ante ninguna amenaza. De igual manera Pablo esperaba que sus colaboradores fuesen tal como él:

 “…Por tanto, os ruego que me imitéis. Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias”. (1 Cor. 4: 16-17)

“…Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma”. (Hebreos 10:39)

“…Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros”.  (Filipenses 3:17).

De tal manera que cuando Pablo ve que Juan Marcos los abandonó en Panfilia, durante la primera gira misionera, se sintió desagradado.

Pero este caso nos muestra que no siempre las separaciones son inevitables. Esta separación fue temporal, porque luego Pablo supera el impasse con Bernabé y Juan Marcos, mandando a buscar a este último para que le ayude en el Ministerio:

   “…Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio”.  (2 Timoteo 4:11).

Creo que ambos se consideraron el uno al otro “…Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”. (Hebreos 10:24).

Quizás Bernabé reflexionó y dijo para sí mismo: ¿De qué me aprovecharía separarme indefinidamente del Apóstol Pablo? Un hombre que lo ha entregado todo por la causa del Evangelio. Que nos ha dado un ejemplo contundente, de lo que significa “morir para este mundo y vivir para Cristo”.  Pablo por su parte quizás meditó y llegó a la conclusión de que todos alguna vez en la vida flaqueamos, pero que después de todo, lo mejor era valorar que Juan Marcos era un “Colaborador” de su ministerio, que como los obreros son pocos y las mies son muchas; ¿Sería de algún valor perder a  un buen soldado de Cristo, por no poder superar un simple desacuerdo?
Así que  a la final Pablo toma una sabia decisión y le escribe a Timoteo lo siguiente:
“…Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio”.  (2 Timoteo 4:11).


Podríamos sacar las siguientes conclusiones de todo lo que les he compartido:

 - Mientras dos o más personas caminen manteniendo una unidad de Pensamiento, Doctrina, Propósito, y espíritu. No habrá necesidad de separarse.

Pero cuando surgen innecesariamente las actitudes intransigentes (Actitud de la persona que no acepta los comportamientos, opiniones o ideas distintas de las propias o no transige con ello). Cuando se presentan los celos, contenciones, etc. Surge entonces la necesidad  de separarse.

Las separaciones no son deseables, pero a veces por las circunstancias se hacen necesarias y  (dependiendo de cada caso en particular) lo más saludable.

Sólo hay una persona de la cual jamás debemos separarnos. Aquel que le preguntó a los discípulos “… ¿Queréis acaso iros también vosotros?
Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. (San Juan 6:68-69). 











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