La Biblia no es un libro
limpiecito y seguro. No tenemos que buscar demasiado en sus páginas sin
toparnos con batallas sangrientas, horrendas violaciones por gangas, ciudades
destruidas por fuego, y casi toda la humanidad ahogada en una inundación – y
eso es sólo el comienzo de Génesis. Los críticos del Cristianismo muy a menudo
tildan al Dios del Antiguo Testamento como un maniaco genocida, que abusa de su
esposa, esclavista y tirano opresor de quien alguien nos debe salvar. No es
extraño escuchar personas incluso dentro de las iglesias que acorralan a Jesús
contra el Dios presentado en el Antiguo Testamento.
Así que, ¿cómo trabajamos
honestamente con estos pasajes? ¿Es el Dios del Antiguo Testamento malo?
Cuando predicamos a través
de las Escrituras y nos tropezamos con estas páginas rociadas con sangre, ¿cuál
es nuestro acercamiento hacia el sexo y la violencia flagrante, la codicia y
las ansias de poder, las extrañas leyes ceremoniales y los sacrificios que se
sienten tan extraños para nosotros hoy día? ¿Cómo predicamos esos pasajes
Bíblicos clasificados “R”?
Aunque estos pasajes pueden ser fuertes a primera vista, guardan
un tesoro para aquellos que se aventuran a estudiarlos. La Biblia no es un libro hecho de algodón dulce; ésta presenta la
cruda realidad de nuestro Mundo, los traumas y las tragedias que nos abruman en los noticieros
nocturnos en la televisión. El Dios que proclama sus páginas, es salvaje e
indómito, con un amor furioso e implacable que no se detendrá ante nada para
traer de vuelta a casa a su creación rota.
Deseamos ofrecerte algunas observaciones de esas escenas
difíciles clasificadas “R” del drama bíblico.
Cruzando
el Abismo Histórico
¿Alguna vez has visto alguna de esas películas clásicas, como
las películas de Alfred Hitchcock o “It’s a Wonderful Life” o cualquier serie de televisión de algún período histórico
pasado como “Mad Men” o “Downtown Abbey” y te ha llamado la atención cuán diferentes eran las cosas
antes? Las personas se vestían diferente, hablaban de manera diferente, y
utilizaban frases al hablar que son poco familiares parta nosotros hoy día. La
tecnología era muy “primitiva” comparada con la nuestra, las ciudades estaban estructuradas en
maneras diferentes y únicas, y las normas sociales en el hogar o en la oficina
podrían parecernos muy anticuadas o extremas. Estamos separados de esa era por
el paso del tiempo.
Ahora, toma ese abismo histórico, y multiplícalo por 100.
Literalmente. Estamos separados de esas escenas clasificadas “R” en las historias bíblicas por miles de
años. Existe un abismo histórico, de lenguaje y cultura. Adentrarnos en esos
pasajes es como si unas personas descubren y ven las películas de Alfred
Hitchcock en el año 5015 en un idioma desconocido para ellos.
Entonces, ¿cómo cruzamos
ese abismo histórico? ¿Cómo podemos entender estas escenas ahora, miles de años
después, en un idioma que no es el nuestro? Hay varias cosas que tenemos que
considerar para poder cruzar ese abismo.
Las cosas
eran diferentes
Primero, cuídate de los anacronismos Asume
que muchas cosas no eran igual que hoy día. Por ejemplo, cuando Dios emite el
comando al ejército de Josué que destruyera las ciudades, asociamos “ciudad” con lo que conocemos hoy que es un centro de población civil por
lo que muchos asumen que Dios está mandando el asesinato indiscriminado de una
población civil.
Pero en la antigüedad las
cosas eran diferentes. Las ciudades eran fortificaciones militares pequeñas,
defendidas por soldados que protegían los civiles que vivían en los campos de
alrededor. El ejército de Josué está tumbando la Gran Muralla China, no destruyendo
a Beijing; están tumbando el Pentágono, no la ciudad de Nueva York. Así que una
buena pregunta que nos podemos hacer cuando nos enfrentamos a un pasaje extraño
como estos es: ¿Es mi entendimiento de este pasaje anacrónico?
No te
olvides del contexto
Segundo, cuando intentas cruzar el abismo histórico y te tropiezas con
prácticas extrañas, ayuda el preguntarse; ¿Qué propósito sirvió esta práctica
en el contexto original? Muchas de las leyes ceremoniales de Israel, por ejemplo,
estaban ahí para separar ese pueblo como uno distinto a los demás. Así que las
regulaciones como las de circuncisión y la menstruación, cuáles comidas podían
comerse, qué textiles podían ser usados en la ropa y la pureza en el sistema
sacrificial, apartaban a Israel del resto de las naciones y posiblemente
cargaba un significado que era entendido inmediatamente dentro de un contexto
del Medio Oriente de antigüedad.
Los pasajes como estos no cargaban verdades eternas que debían
ser practicadas en todo y cualquier lugar (por favor pastores, ¡resistan las
ganas de que su congregación sacrifiquen cabras en el altar de su iglesia!) En
realidad estas leyes se circunscriben a un tiempo y lugar en particular. Podemos
pastorear nuestra gente al sacar el propósito y significado de estas prácticas
como mejor podamos, caminando lejos del “qué” hacia el “por qué” en la narrativa macro.
Prestemos
atención
Tercero, es importante prestar atención a estas escenas clasificadas “R”.
Por ejemplo, a Israel le fue dada unas órdenes drásticas en Deuteronomio como: ”no le tendrán compasión” y “los destruirán por completo.” Aunque estas direcciones parecen severas a primera vista,
realmente era una retórica común en lenguaje de historia militar de guerras en
el Medio Oriente antiguo. El Antiguo Testamento en sí deja claro que esta
retórica no era intencionada a ser entendida con un liberalismo estricto.
Al prestar mayor atención
al género, retórica y simbolismo, podemos pastorear a nuestra congregación
presentando una imagen más matizada que confronta las caricaturas populares y
reclama una imagen mucho más limpia y robusta de la historia de Dios.
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Descripción
no es Sinónimo de Aprobación
Me he dado cuenta que hay dos tipos de películas con
clasificación “R”. Están las que se deleitan en presentar escenas innecesarias
para relatar una buena historia (piensa en“Fifty Shades of Grey”). Mientras que otras manejan honestamente la cruda realidad que
nos confrontan con las características nuestro Mundo caído (piensa en “Saving Private Ryan”). La naturaleza de los textos “R” de la Escritura es como el
segundo tipo: nos confronta con la vida al este del Edén – no para tentarnos,
sino que confrontarnos con la verdad de nuestro apuro, y con el Dios a quien le
interesa lo suficiente como para intervenir.
Hay tres cosas que
debemos tener presente cuando te tropieces con estas escenas difíciles.
Descripción
vs aprobación
Primero, sólo porque la Biblia mencione algo, no significa que
lo aprueba. Por ejemplo, en Jueces 19 una concubina de un Levita es violada
en ganga y dejada por muerta, luego es cortada en 12 pedazos y enviados a las
12 tribus de Israel. Recuerdo que en una ocasión alguien preguntó, “¿Cómo puedo seguir a un Dios que manda a hacer cosas como esta?”Pero en ningún lugar del
pasaje encontramos una directriz de Dios, un comando o que elogie o condone tal
acción.
De hecho, la lógica del pasaje nos lleva en la dirección
opuesta. El pasaje es situado en un contexto que describe cuán corruptos y
malvados se habían convertido los Israelitas, resultando en la fragmentación de
la nación. El evento se convierte en una imagen gráfica de un tema más amplio
en esta porción de la Escritura. Las tribus de Israel estaban divididas y sin
rey. Su política estaba fragmentada (como la mujer quien fue cortada en
pedazos) en una época donde “cada uno hacía lo que le
parecía correcto según su propio criterio” (Jueces 21:25) Es una señal de la rebelión de Israel contra Dios y el estado
fracturado entre si.
Aunque haya quiénes estén desconcertados que no hay una
condenación explícita de este evento, la audiencia Hebrea original entendía el
punto que se estaba haciendo. Si algo parece chocante y morboso para nosotros
hoy, hay una buena probabilidad que también lo era para ellos. Así que cuando
leemos que Lot se acostó con sus hijas o que Jefté hizo un voto precipitado que
le costó la vida a su hijo, deberíamos poder asumir la postura que estas
situaciones eran vistas, por su audiencia original, como eventos desafortunados
y desagradables. Sólo porque algo es descrito, no significa que es permitido.
Hay
críticas implícitas
Algunas veces la manera en que las cosas son descritas ofrecen
una crítica implícita. Por ejemplo, la poligamia se presenta frecuentemente en el Antiguo Testamento, haciendo
que algunos entiendan que la Biblia apoya esta postura. Pero, como regularmente
opinan los comentaristas bíblicos, las historias que incluyen poligamia siempre
presentan la devastación que la persigue. Las 12 tribus de Jacob en odio y
división, y los hijos de David terminan dividiendo el reino.
La poligamia era común en
la cultura antigua para aquellos pudientes que tenían el capital suficiente,
así que señalando los efectos devastadores en la historia bíblica, este
realmente se convierte en una crítica subversiva de la práctica antigua de la
misma. Sólo porque la poligamia aparece, no significa que es recomendada. La
narrativa funciona más como una advertencia que una sugerencia. Tomando nota de
estas consecuencias en las historias, podemos prepararnos mejor para el momento
de predicar.
Las
tácticas de Dios no son las nuestras
Finalmente, muy similar a lo que vemos con la poligamia,
frecuentemente vemos un “movimiento redentor” en juego en las Escrituras, donde Dios pacientemente siembra
semillas de transformación cultural las cuales necesitan tiempo para que
crezcan y den fruto. Por ejemplo, la esclavitud era una institución universal del mundo
antiguo. Muchos hoy día preferirían, desde el punto de vista occidental del
siglo 21, que Dios simplemente hubiese erradicado la esclavitud en la antigua
Israel.
Pero Dios toma una táctica diferente: se identificó con los
esclavizados (al liberar a Israel del yugo egipcio), luego radicalmente
humanizó la esclavitud en la ley Israelita (drásticamente superando el estándar
en el tratamiento del mundo antiguo hacia los esclavos). Este “movimiento redentor” puede verse al lanzar una trayectoria hacia la ideal abolición
de la esclavitud, mientras que acomoda las posibilidades realistas de aquel
tiempo. Dios no crea una utopía ideal de la noche a la mañana donde ya no hay
esclavos (es dudoso que tal cambio hubiese ocurrido tomando en cuenta el
contexto histórico antiguo). En vez, canaliza un movimiento que finalmente
trajo el fin a la esclavitud.
En una manera similar, la Biblia alza el estándar del trato a la
mujer, refugiados, y otras poblaciones vulnerables del mundo antiguo. Aunque
muchas prácticas podrían verse arcaicas hoy día, se pueden pastorear a las
personas al situarles en el contexto histórico, y señalar el “movimiento redentor” hacia los ideales del Reino de Dios.
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Apuntando
a Jesús
Nuestra más grande meta y propósito al enfrentar estos pasajes
clasificados “R” en las Escrituras es apuntar a Jesús. Cuando las personas
hacen la pregunta: “¿Cómo reconcilias a Jesús con
el Dios del Antiguo Testamento?” la respuesta es:
“¡Jesús es el Dios del Antiguo
Testamento!”
Muchos se imaginan a Jesús
como un hombre pasivo, ultra-liberal caminando entre las flores mientras le
dice a todos lo maravillosos que son – para luego compararlo con El Dios del
Antiguo Testamento: a quien imaginan como un guerrero sangriento que se levantó
por el lado incorrecto de la cama y está listo para destruir a quien sea que se
le pare en frente.
Pero el “Dios del Antiguo Testamento” es el Padre de Jesucristo, actuando a través de su Espíritu y
Palabra en la historia del pueblo de Israel. Esto significa que Jesús no es tan
solo señalado desde el Antiguo Testamento, pero también revelado en la historia
de Israel. Jesús es la Palabra por la cual Israel es hablado a la existencia, y
en quien Dios se revela a través del Viejo Testamento.
Así que cuando nos
enfrentamos a estos pasajes clasificados “R”, una de las mas grandes
bendiciones que he encontrado es que tienden a darnos una imagen más robusta de
quien Jesús es. Mirando a Jesús, a través del lente del Antiguo Testamento,
puede reclamar un mayor sentido de autoridad, poder y confrontación a un Mundo
inmerso en pecado. Y mirando al Antiguo Testamento, a través de el lente de
Jesús, puede añadir una mayor seguridad sobre el poder redentivo y amoroso de
Dios, Su sacrificio y benevolencia, y reconcilia la historia parta verla como
un todo.
Esto significa que debemos obviar cualquier atajo barato que
evite enfrentar a Jesús con los pasajes clasificados “R” del Antiguo
Testamento. Por ejemplo, recientemente hay personas que dicen algo así: “Moisés era todo “ojo por ojo y diente por diente” porque el
Antiguo Testamento es todo sobre violencia y venganza, pero Jesús vino a
enderezarnos realmente y poner a Moisés de cabeza, revelando que el Antiguo
Testamento estaba mal, Dios no quiere que busquemos retribución, sino que
perdonemos.”
Pero esto es un
entendimiento barato de lo que era la Ley Mosaica. El intento era restringir la
violencia. No condonarla. Todos en la antigüedad sabían que la violencia tendía
a escalar hasta salirse totalmente de proporción y control. Si le robabas la
vaca a alguien, te envenenaban el pozo, así que le quemabas el establo, y ellos
te arrancaban un ojo, por lo que tu le quitabas la vida. Entonces los Rodríguez
y los Pérez entraban en una guerra familiar que duraba generación tras
generación.
“Ojo por ojo” fue entendido a lo largo de
la historia de la iglesia, como una manera de restringir la violencia, y Jesús
no contradice esto, sino que lo profundiza aún más. Jesús lo lleva más allá
hasta el corazón: exigiéndole a sus seguidores que no sólo se restringieran en
la violencia, sino que ni la cometieran para empezar. Nos llama a perdonar por
completo.
Jesús toma este tema de la violencia en el Antiguo Testamento y
profundiza la trayectoria que Dios le impulsó varios pasos hacia adelante en
vez de negar lo preestablecido. Debemos profundizar sobre la forma en que Jesús
se refiere a los pasajes clasificados “R”, y evitar atajos baratos
en el proceso. Hacer esto puede agrandar nuestra apreciación hacia, y el
entendimiento de, ambos los pasajes de los que predicamos y al Jesús que
buscamos proclamar.
Al final, esto es una
invitación a sumergirse en las escenas difíciles del drama bíblico como una
manera de sumergirse en la presencia de Jesús. Porque cuando lo entendemos
correctamente, El es de quien la historia habla en toda su grandeza.
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Copyright 2015 PreachingToday.com. Utilizado con permiso. [Traducido y adaptado delartículo
original por Joshua Ryan Butler. Conoce más sobre Joshua pulsando
aquí.
¡Gracias, Joshua!]
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