miércoles, 2 de septiembre de 2015

10 Cosas que el Púlpito no es - AELR

                    


He aquí Diez errores que se cometen desde el Púlpito:

(1) Predicar conceptos erróneos Por supuesto, el error más grave que uno puede cometer es predicar algo que no es la verdad.
Solución: Hay que estudiar mucho la palabra de Dios antes de predicar (Santiago 3:1). Uno debe asegurar que todos los puntos en una predicación tienen apoyo bíblico.

(2) Hablar sin organización (I Cor 14:7-9) Algunos predicadores extravían de una cosa a otra en su mensaje, desviándose cada rato del punto principal y luego hablando "en círculos". A veces al terminar el mensaje, nadie sabe ni cual fue el tema.

Sugerencias: Divide su mensaje en 3-10 puntos principales (3 a 5 es ideal) y escriba estos puntos en la pizarra. Haga el esfuerzo de dar énfasis a estos puntos principales para que la audiencia los recuerde.
Aprenda a hacer bosquejos (el plan de la predicación) y no desvie del plan.


(3) Citar muchos textos sin explicar ninguno (I Cor. 14:19): 
Sugerencia: Es mejor explicar bien un solo texto en una predicación que citar 50 sin dar sentido a ellos. Si tiene este problema, haga el esfuerzo en citar menos textos, pero explique bien como ellos apoyan los puntos principales.

(4) Hablar sin dar ilustraciones: Las predicaciones "secas" casi siempre carecen de buenas ilustraciones.

Sugerencia: Aprenda a dar buenas ilustraciones en sus mensajes. Las enseñanzas de Jesús están llenas de parábolas e ilustraciones. En el sermón del monte habló de sal, luz, polilla, orín, ladrones, lámparas, lirios, aves, paja, vigas, padres, hijos, puertas, caminos, arboles, cimientos, etc. para ilustrar verdades espirituales (Mateo 5-7).
Así hoy en día las buenas predicaciones están llenas de ilustraciones.

El aprender usar buenas ilustraciones cuesta mucho tiempo y trabajo pero usted puede comenzar por analizar bien cada punto en su mensaje. ¿Cuales son algunos acontecimientos en la vida, la naturaleza que puedan servir para explicar el punto? ¡Esfuércese en aprender como dar buenas ilustraciones!

(5) Hablar sin dar las aplicaciones: Si los que escuchan no ven como cierto principio tiene importancia en la vida diaria, no van a prestar atención a él.

Sugerencia: Al dar cualquier punto bíblico, conteste para la audiencia la pregunta, ¿por qué es importante este punto para mi vida? ¿Cómo puedo aplicarlo en mi vida?
Jesús fue el maestro de la aplicación. Por ejemplo, no solamente dijo que debemos amar a los enemigos, sino explicó en Mateo 5:38-47 cómo demostrar este amor.
continua en la última página




(6) Hablar sin entusiasmo: Algunos por estar tímidos o cansados murmuran y hablan con voz baja como si no les interesara su propio mensaje. Pocos pueden escuchar un mensaje que se da sin entusiasmo.
Solución: Hable conociendo que la salvación de la audiencia depende del mensaje. (¡Así es!) No tenga miedo de demostrar con sus emociones lo que usted siente al analizar la palabra. No se preocupe tanto por cómo la gente le ve a usted, sino por ella y su salvación.


(7) Mensajes demasiado largos: ( Eccl. 5:2,3) Pocos predicadores pueden mantener la atención de la audiencia por más de 45 minutos. Con algunas pocas excepciones, los mensajes muy largos no llegan al corazón de la audiencia.
Sugerencia: Practique el mensaje de antemano y revíselo bien. Corte todo punto que no sea necesario. ¡Evite la repetición de puntos! Si no puede presentar el mensaje en 25-40 minutos, divídelo en dos partes y hacer de él dos mensajes, partes una y dos.


(8) Mensajes demasiado complicados: Pocos van a entender mensajes complicados y casi nunca llegan al corazón de la audiencia.
Sugerencia: Por lo general, trate de hacer sus predicaciones tan sencillas que los niños pueden entenderlas. Guarde el material profundo para las clases bíblicas para hermanos maduros.



(9) Usar el púlpito para hablar de problemas personales (Mateo 18:15): A veces cuando hay problemas con uno o dos hermanos, se usa el púlpito para criticarles.
Sugerencia: Si es un problema que trate de solamente uno o dos personas, vaya a ellos y hable del problema en privado con ellos. El púlpito es para mensajes de aplicación pública y no para desahogarse del la molestia que uno tenga con los demás.



(10) No balancear la predicación (II Tim. 3:16): Ya hemos hablado en este boletín de predicadores que solamente condenan y de otros que solamente hablan de "cosas lindas". 
Sugerencia: Una iglesia necesita de exhortación y corrección. No dé solamente mensajes de una sola clase.






Fuente: http://www.creced.com/
Reproducido por: AELR - Ágape en la radio.












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